Sergio Massa regresó ayer de China y este lunes volverá a su despacho del ministerio de Economía para seguir avanzando en un nuevo acuerdo con el FMI. En paralelo a su gestión, y a veinte días del cierre de listas, el ministro se sumergirá en el escenario electoral en medio de nuevas versiones sobre su posible candidatura presidencial.
El próximo sábado Massa encabezará el congreso partidario del Frente Renovador (FR) y, según advierten en el espacio, en un discurso que mezcle los esfuerzos de su gestión con las dificultades electorales del oficialismo, volverá a marcar que es necesario que el Frente de Todos tenga un candidato único en las elecciones.
En la antesala de ese encuentro partidario la postura de Massa tendrá el aval de varios gobernadores del PJ que se reunirán el miércoles en el Consejo Federal de Inversiones (CFI). Allí expresarán la necesidad de que el peronismo tenga un candidato de unidad para evitar la dispersión de votos. El gran temor es salir terceros en los comicios de agosto y quedar muy mal parados para las elecciones generales de octubre, donde se definiría - según los resultados - quiénes son los dos frentes que pasan al balotaje.
Los gobernadores tienen en claro que con el cierre de listas a la vista es necesario que juegue sus cartas con una mirada coordinada. El gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, le puso un poco de picante a la previa del cónclave de mandatarios. Aseguró que “para ser candidato a presidente se tiene que haber ganado elecciones” y se quejó del centralismo respecto a las candidaturas. Lejos estuvo de apoyar a alguno de los nombres propios que está sobre la mesa electoral.
De los precandidatos confirmados Agustín Rossi es de Santa Fe, Daniel Scioli de la Ciudad de Buenos Aires y Juan Grabois de la provincia de Buenos Aires. Los precandidatos virtuales, como Sergio Massa y Eduardo “Wado” de Pedro, nacieron en territorio bonaerense. Ese es el argumento de la queja que emitió Capitanich. “Parece que todos los iluminados son del centro del país”, le dijo, con fastidio, el gobernador chaqueño a un par suyo en los últimos días.
La reunión en el CFI será importante para la conformación del escenario electoral del peronismo. Lo más lógico es que a partir de ese momento se clarifique en toda la coalición quiénes quieren un candidato único y quiénes no. Ya no hay margen de acción para demorar esa discusión de fondo que el oficialismo viene postergando desde hace tiempo. Esa demora está asociada a la incapacidad de generar un acuerdo y diseñar una estrategia.
El 10 de junio Massa tendrá el congreso del FR y cuatro días después se conocerá el índice de inflación de mayo. Los diez días que pasarán luego de ese momento hasta el cierre de listas serán determinantes para que el ministro de Economía resuelva si es candidato o no, y en que contexto lo hace. Su vocación es ser el candidato de la unidad y que todo el peronismo se alinee. En algunos sectores del kirchnerismo creen que puede lograrlo y en otros que terminará siendo el primer candidato a senador nacional.
En paralelo, Daniel Scioli está dispuesto a resistir la embestida contra su vocación de competir en las PASO. La alianza política con Victoria Tolosa Paz está sellada pero aún le falta volumen político. Sin embargo, sirvió para lanzar una señal contundente sobre su futuro. Será difícil que lo bajen del ring electoral.
Al otro lado de la grieta interna Eduardo “Wado” de Pedro trata de convertirse en un presidenciable a contrarreloj. Consiguió un fuerte respaldo sindical en los últimos días, pero debe levantar su nivel de conocimiento para que sus aspiraciones se materialicen. Una tarea difícil que no solo se soluciona con voluntad.
El pacto Larreta-Schiaretti que el peronismo mira con atención
Horacio Rodríguez Larreta y Juan Schiaretti avanzan en una negociación que tiene como ampliar Juntos por el Cambio. Esta tarde, a las 17, la Mesa Nacional de Juntos por el Cambio se reunirá para debatir si le abren las puertas a Schiaretti y cómo se ejecuta el plan de acción para flexibilizar los límites de la coalición opositora. Un dirigente al tanto de la negociación se animó a arriesgar que si las negociaciones avanzan a paso firme, “el 13 de junio el nuevo frente se presentará públicamente”.
“La voluntad de constituir el frente está firme. Lo que más preocupaba era la integración con el radicalismo y tanto Gerardo Morales como Martín Lousteau respaldaron el acuerdo”, sentenció un funcionario peronista que empuja la conformación de la nueva alianza desde el lado cordobés.
Un importante dirigente político inmiscuido en las negociaciones definió con puntualidad cuáles son los pasos a seguir: “El primer paso es acordar grandes lineamientos. Un programa. El segundo paso es instrumentar una coalición pre electoral. El tercer paso es construir una nueva coalición que pueda ser el vehículo para ponerse a consideración de la sociedad. El cuarto paso es, finalmente, que queden en pie las mejores candidaturas”.
En el sector del peronismo que lidera Schiaretti advierten que estas horas son cruciales para ver el accionar de los líderes de Juntos por el Cambio. Patricia Bullrich y sus dirigentes más cercanos cuestionaron la intención de ampliar el espacio bajo el lema: “Somos el cambio o no somos nada”. Rodríguez Larreta jugó a fondo con la publicación de un comunicado en el que aseguró que la coalición que integra “tiene que ampliarse y construir una nueva mayoría”. La oposición está en llamas.
Al respaldo del radicalismo se le sumó un guiño de Elisa Carrió, que ayer durante una entrevista televisiva dijo que es consciente de que “viene un año negro para la Argentina” y que la coalición necesita avanzar con “una alianza mayor” con “gente valiosa del peronismo que se puede incorporar”. Hoy será un día clave para saber qué margen de acción tiene Bullrich para resistir un acuerdo que ya tiene un aval amplio dentro de la coalición opositora.
“Si esto sale bien, queda abierta la puerta para sumar más gente del peronismo a una nueva coalición”, resumió un operador político que tiene conocimiento de los pormenores de la negociación. En el pequeño universo del peronismo anti grieta sostienen que frente a una derrota del Frente de Todos, lo que seguirá será el estallido de la coalición y la fragmentación absoluta del bloque de dirigentes.
En ese contexto, sería una oportunidad para sumar adhesiones que consoliden y le den aún más volumen a la nueva coalición que idean Rodríguez Larreta y Schiaretti. En definitiva, el fin último es gobernar “con el 70%”, como suele decir el Jefe de Gobierno porteño, con el fin de que la gestión tenga viabilidad, consenso y márgenes para lograr acuerdos básicos. Que gobernar no se convierta en una tarea inviable. Así lo piensan.
La semana que comienza estará cargada de negociaciones frenéticas para tratar de sellar la conformación de ese nuevo frente. Serán días de fuego amigo dentro de Juntos por el Cambio. Lo asumen con cierta naturalidad porque las diferencias están a la vista. Nadie tiene claridad sobre cuál será el final porque hay quienes temen que la coalición se fracture y un sector, liderado por Mauricio Macri y Patricia Bullrich, explore un acuerdo con Javier Milei. “Todo puede pasar”, repiten.
Especulaciones que atraviesan una alianza convulsionada por un acuerdo que está a punto de cerrarse. Situación que se da en paralelo a los movimientos inconexos y sin rumbo claro de la coalición oficialista, donde aún no han logrado ordenar la estrategia, las candidaturas y las prioridades de un programa de gobierno que se convierta en un punto de unidad pensando en el futuro inmediato.
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