El fiscal Guillermo Marijuán solicitó el miércoles de la semana pasada el sobreseimiento de Cristina Kirchner en una investigación por lavado de dinero que ya tiene como condenado al empresario Lázaro Báez.
El caso, conocido públicamente como “la ruta del dinero K”, se había iniciado luego de la publicación de una investigación periodística en el programa Periodismo Para Todos, de Jorge Lanata, donde Leonardo Fariña y otros involucrados en la operatoria revelaban detalles en una cámara oculta.
Marijuán impulsó la investigación desde su origen, en 2013. Según puntualizó en su dictamen, llegó a la conclusión de que no hay dudas de la estrecha relación que mantenían Cristina Kirchner y Lázaro Báez, pero no se encontraron pruebas que vinculen a la vicepresidenta al objeto de la investigación: el lavado de 60 millones de dólares que se enviaron a Suiza y luego regresaron al país.
Por su decisión, el fiscal fue blanco de críticas. Entre ellas las de Mariano Federici, presidente de la Unidad de Información Financiera durante el gobierno de Mauricio Macri, quien aseguró que se habían presentado en la causa 75 indicios que probaban las sospechas que existían sobre el rol de CFK.
En una entrevista con Infobae, Marijuán recordó que ese escrito presentado por la UIF era un punteo que describía situaciones vinculadas a otras causas en la que la ex Presidenta estaba siendo investigada, pero poco aportaban a los hechos que eran objeto del expediente de la “ruta del dinero”. El fiscal se refirió además al impacto que tuvo en el caso un fallo de Casación que determinó que el delito precedente al lavado era evasión y por qué se expidió sobre la cuestión horas antes de que CFK hablara en Plaza de Mayo.
- ¿Qué opina sobre las críticas del ex titular de la Unidad de Información Financiera Mariano Federici a su dictamen?
- Las he escuchado y me han llamado la atención. La causa denominada “la ruta del dinero K”, que se inició a raíz de un programa de televisión de investigación del señor (Jorge) Lanata, tuvo su comienzo judicial en 2013. El objeto procesal de esa causa tuvo que ver con un movimiento de fondos por 60 millones de dólares que hizo Lázaro Báez valiéndose del accionar delictual de un grupo aproximado de 20 personas, que fueron todas investigadas.
Esos fondos se sacaron del país para ser lavados y se utilizaron para ello diversas cuentas bancarias a nombre de sociedades en el exterior. El dinero llegaba a Suiza para luego volver a la Argentina como si fueran créditos para Austral Construcciones, una compañía comandada por el señor Lázaro Báez. Se blanqueaba el dinero simulando préstamos de Helvetic Services Group.
Todas esas personas involucradas en la maniobra fueron condenadas y también se abrieron otros tramos de investigación por otros sucesos, como por ejemplo la compra de campos en Uruguay y en Mendoza. Después de las elevaciones a juicio oral, quedaron en trámite otras partes y una de ellas tenía que ver con Cristina Fernández de Kirchner.
- ¿Cuál era la sospecha que recaía sobre la ex Presidenta?
- A la ex Presidenta se la vinculó al proceso fundamentalmente a partir de manifestaciones de Leonardo Fariña, que dijo en una oportunidad que Lázaro Báez lo convocó a unas oficinas que tenía en la calle Carabelas, en la Ciudad de Buenos Aires, y le comentó que la ex Presidenta había llamado al señor Lázaro Báez para consultarle si era cierto que estaba llevando dinero al exterior. Ante ese comentario, Fariña le preguntó a Lázaro Báez: “¿Vos qué le dijiste?”. Y Lázaro Báez contestó: “Se lo negué”.
Como se puede apreciar, no se trataba de un testimonio directo, porque Fariña no había presenciado ese encuentro. Tampoco como imputado colaborador Fariña afirmó que la ex Presidenta controlaba esa situación, simplemente había interrogado a Lázaro por este tema.
A pesar de esa debilidad probatoria inicial, tanto la Fiscalía federal a mi cargo como la UIF, que en ese momento dirigía el señor Federici, como la Oficina Anticorrupción, solicitamos la declaración indagatoria de Cristina Fernández de Kirchner sosteniendo que había un estado de sospecha, tal como exige el Código Procesal Penal.
- ¿Qué sucedió con ese pedido para indagar a Cristina Kirchner?
- En un primer momento, el juez denegó la citación a indagatoria. Tiempo después, luego de una serie de apelaciones y presentaciones que impulsó la Fiscalía a mi cargo y otras partes, la Cámara Federal ordenó que se recibiera la indagatoria, que se concretó en 2018.
El juez Sebastián Casanello declaró la falta de mérito, esto quiere decir que no encontró pruebas para procesar a Cristina Fernández de Kirchner. Desde esa falta de mérito dictada en 2018 hasta el momento que se va de la UIF en 2020, el señor Federici se limitó a presentar un escrito en donde ahora dice que aportaba 75 indicios que responsabilizarían a la ex Presidente.
- ¿Esos indicios no eran suficientes para mantener las sospechas sobre Cristina Kirchner?
- Lo que presentó en su momento la UIF fue un detalle de otras investigaciones en trámite, como Hotesur o Vialidad, que si bien eran puntos descriptivos de esos procesos, no aportaban pruebas concretas sobre la participación de Cristina Kirchner en el manejo, exportación y movimiento de los 60 millones de dólares que llegaron a Suiza y luego volvieron a la Argentina.
Por ejemplo, en uno de los indicios se cita que Lázaro Báez y personal de su empresa ocupaban habitaciones de manera ficticia, que surgía de la causa Hotesur... O se mencionaba que el nombrado había construido el mausoleo de Néstor Kirchner. Todas estas cuestiones hacen al vínculo que yo también detallo en mi dictamen, que va más allá de una relación personal. Pero yo, y el señor Federici lo sabe muy bien, tengo que fundamentar la elevación a juicio oral para que luego se pueda realizar un debate y puntualmente lo que debo señalar es qué hizo la imputada si así fuera para que se concrete el lavado de dinero.
- ¿Por qué cree entonces que Federici plantea que él había presentado estos indicios y usted tenía pruebas para mantener la acusación sobre Cristina Kirchner?
- Entiendo muchas veces la decepción que puedan tener algunos políticos y algunos ciudadanos como el señor Federici, cuya íntima convicción muchas veces no se sustenta con las pruebas. Como en todos los casos judiciales, existe la necesidad de recoger pruebas que él justamente tampoco pudo aportar desde el año 2018 hasta que se retiró de la UIF, porque ningún juez, ni el doctor Casanello ni la Cámara Federal, pudieron elaboraron un auto de procesamiento y mucho menos se podría haber sustentado una elevación a juicio.
- ¿Cuánto influyó en su decisión la sentencia de la Cámara de Casación Penal en donde se sentó el delito precedente?
- De esto se habla poco. Cuando la Cámara de Casación Penal confirmó la condena de Lázaro Báez, hubo un voto mayoritario de los doctores Borinsky y Ledesma en donde si bien confirmaron algunas condenas, hubo un detalle particular: el delito precedente del lavado de dinero se estableció en una supuesta evasión tributaria de Lázaro Báez.
Toda la masa de dinero que se utilizó para enviar a Suiza, comprar campos, cientos de bienes inmuebles y muebles, no provenía ya de la obra pública, como sostuvo el voto de la minoría y como siempre sostuvo la Fiscalía Federal, sino que simplemente se concluyó que Báez había evadido. Todos sus delitos posteriores de lavado tuvieron esta fuente dineraria. Todo eso es un absurdo, pero el señor Federici nada dice sobre el tema y tampoco otros críticos de mi dictamen.
El fallo de Casación, en lo que tiene que ver con las maniobras de lavado, lo hace aparecer a Lázaro Báez como un evasor y lo retira de la escena política y de su vínculo con Cristina Fernández de Kirchner. Entonces, la pregunta es: ¿qué debo hacer yo si no tengo pruebas directas de la participación de Cristina Fernández de Kirchner en la maniobra de lavado y además hay un fallo de Casación que indica que Lázaro Báez simplemente evadió y manejó discrecionalmente ese dinero 10 años después de abierta la causa y a 5 de la indagatoria?
El punteo de la UIF y el detalle de las causas que están en trámite no alcanza.
- En su momento, usted viajó al sur y realizó procedimientos en varias propiedades de Lázaro Báez. ¿Qué sucedió con esos bienes?
- Ése es un tema central. Cuando se realizaron los procedimientos en el sur, precisamente en Río Gallegos, fui personalmente a allanar distintas dependencias provinciales, entre ellas el Registro de la Propiedad Inmueble de Santa Cruz. Y en pocos días con todo el personal de mi Fiscalía pudimos determinar que la declaración jurada presentada por Lázaro Báez nada tenía que ver con la realidad.
Esta persona era ya en ese momento poseedor de cientos de propiedades y de bienes muebles -vehículos y maquinarias- y esto posibilitó también continuar durante varios días allanando esas propiedades. Ayudó a tener un cabal conocimiento de la maniobra concreta de lavado de dinero, lo que la UIF ahora tampoco recuerda es que ellos ni siquiera tenían un reporte de operación sospechosa. Los que encontramos las propiedades fuimos nosotros, quienes viajamos al sur en un momento tan complicado fuimos nosotros... y eso permitió el embargo, el decomiso y la ejecución más grande de la historia.
El lavado de bienes inmuebles todavía está en trámite en la fiscalía a mi cargo y tampoco se ha cerrado la investigación sobre la participación de personas de la política que tenían cargos nacionales y provinciales en aquella época.
- Se le cuestiona el momento elegido. ¿Por qué emitió ahora su dictamen?
- Por supuesto, soy conocedor de las innumerables críticas respecto al momento en que dictaminé, en vísperas de un feriado extenso y de un acto político que se iba a desarrollar. La verdad es que no tiene absolutamente nada que ver ninguna de esas circunstancias. A lo lago de los últimos meses, yo diría del último año, nos presentamos en la causa pidiendo al doctor Casanello la realización de numerosas pruebas. Ninguna de ellas arrojó un resultado que permitiera revertir el cuadro procesal de Cristina Fernández de Kirchner.
La última prueba que se recibió fue el estudio de más de un millón y medio de llamadas telefónicas. Cuando la recibimos, lo único que pudimos concluir fue que la versión de Fariña respecto de la supuesta reunión entre Lázaro Báez y la ex Presidenta era cierta, pero ello sólo le daba sustento al estado de sospecha que permitió indagarla, pero no a otro paso procesal.
El dictamen fue elaborado inmediatamente después de recibido el informe, que coincidió con este fin de semana largo. En su momento, pensábamos tenerlo antes, para diciembre, y me imagino que si yo hubiera opinado en ese momento seguramente también hubieran dicho que aproveché el Mundial de fútbol para que la noticia no tuviera la trascendencia que tuvo.
Dictaminé cuando tenía los elementos y en base al análisis probatorio que efectué, como lo hago con los otros imputados de la causa y en cualquier otro caso.
Seguir leyendo: