Sergio Massa tiene previsto desarrollar una intensa agenda durante las noventa y seis horas que permanecerá en China. El ministro de Economía arribará a Shangai junto a una comitiva que integran -entre otros- Máximo Kirchner, Juan Manuel Olmos, Cecilia Moreau y Miguel Pesce, titular del Banco Central.
En su viaje relámpago al lejano oriente, Massa pretende fortalecer las reservas del Banco Central, profundizar las inversiones en litio y petróleo, abrir nuevo mercados y exhibir sus relaciones de poder adentro del Frente de Todos.
En este contexto, se entiende la presencia de Pesce, la secretaria de Energia, Flavia Royón, el líder de La Cámpora y el vicejefe de Gabinete, Juan Manuel Olmos, que representa a Alberto Fernández en todas las negociaciones internas que se libran en la coalición oficialista.
El ministro de Economía asume la debilidad estructural de las reservas del Banco Central, y por eso protagonizó una negociación reservada con Yi Gang, gobernador del Banco Popular de China. Asistido en Beijing por el embajador argentino Sabino Vaca Narvaja, Massa no sólo logró la renovación del swap por 18.500 millones de dólares, sino que además está cerca de coronar una ampliación de su libre disponibilidad para financiar el comercio entre terceros países.
Yi y Massa, junto a Pesce, se encontrarán el viernes dos de junio en Beijing para firmar la renovación del swap y posiblemente anunciar la ampliación del monto de libre disponibilidad. Hasta ahora, Argentina podía usar 5.000 millones de dólares, y la intención es llevar ese límite hasta los 8.000 millones de dólares.
Durante su estadía en Beijing, el ministro de Economía firmará inversiones para infraestructura vinculadas al proyecto de la Ruta de la Seda (OBOR). Esa iniciativa geopolítica de China preocupa a Estados Unidos por su peso financiero y su impacto en América Latina. Alberto Fernández relativiza los cuestionamientos de Washington, y asegura que esa una herramienta de cooperación eficaz para empujar obras públicas que no se pueden respaldar con los escasos fondos locales.
Massa se encontrará con Zheng Shanjie, presidente de la Comisión de Desarrollo y Reforma, para suscribir estas inversiones en el marco de la Ruta de la Seda. Y continuación se dirigirá al Banco Popular de China para firmar la renovación del swap por 18.500 millones de dólares.
Antes de volar a Beijing, el jefe del Palacio de Hacienda hará escala en Shangai. Allí, Massa participará de las sesiones del directorio del Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) de los BRICS, un foro multilateral que integran Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. En este cónclave, el ministro explicará la situación económica de la Argentina y solicitará la ayuda financiera del NBD.
Hace casi un mes, Lula da Silva prometió a Alberto Fernández que apoyaría a la Argentina para obtener el respaldo de los BRICS y del Nuevo Banco de Desarrollo. En este contexto, Massa decidió viajar a Shangai para monetizar la oferta de colaboración de Lula da Silva. Será una larga negociación que involucra a Rusia y su aliado Xi Jinping.
Además, como Argentina no integra los BRICS ni es socio del NBD, la ayuda financiera implica una compleja arquitectura técnica. Es necesario que se apruebe los fondos, que esas partidas estén atadas a un proyecto de inversión o un determinado intercambio comercial con un país integrante de los BRICS, y a continuación su uso estaría asegurado.
Massa se llevará la promesa de cooperación de Dilma Rousseff -titular del Nuevo Banco de Desarrollo-, pero los fondos tardarán un tiempo prudencial en beneficiar a la Argentina. Rusia puede ser un obstáculo a tener en cuenta, y también el eventual cambio de gobierno. Ningún país, banco de cooperación o bloque multilateral presta millones de dólares a un estado emergente que se apresta a protagonizar una campaña electoral con final abierto.