El 16 de mayo, pocos minutos después de que Cristina Kirchner publicara una extensa carta para reafirmar que no sería candidata, las acciones electorales de Eduardo “Wado” de Pedro subieron exponencialmente. Hasta ese entonces era un plan C, después de una posible candidatura de la Vicepresidenta y, en segundo orden, de Sergio Massa.
Pero ese día la dirigencia kirchnerista percibió con cierta rapidez que el camino se iba volviendo más angosto sin la potencial presencia de CFK en la boleta. Con Axel Kicillof resistiendo en La Plata la presión para saltar a la cancha nacional y Sergio Massa enfocado en ver cómo reducir una inflación descontrolada, el nombre del mercedino empezaba a tomar volumen.
Después de ese día hubo tres hechos políticos significativos que elevaron la figura de De Pedro. Cristina Kirchner habló en una entrevista televisiva de la necesidad de que los hijos de la generación diezmada -de la que ella se considera parte- tome la posta. El apuntado, sin nombre y apellido, fue “Wado”.
Luego Máximo Kirchner y Martín Insaurralde le armaron al ministro del Interior un encuentro con los intendentes más influyentes del conurbano bonaerense. Un gesto político que le dio centralidad de candidato y respaldo político de los dirigentes que traccionan más votos en todo el país.
Finalmente, la Vicepresidenta lo ubicó detrás suyo en el acto del último jueves en la Plaza de Mayo. Junto a Sergio Massa, Axel Kicillof y Máximo Kirchner formaron el cuarteto de mayor protagonismo en el escenario. En clave electoral, todos los dirigentes entendieron que CFK los colocó en ese lugar para adelantar que serán los protagonistas de las próximas elecciones. Luego, se verá en qué lugar cada uno.
A esos tres hechos de impacto político, se le sumó el spot que el equipo de comunicación de De Pedro lanzó pocas horas después de que Cristina Kirchner hablará en el acto del 25 de mayo. En el video aparece la voz de Néstor Kirchner diciendo que es parte de la generación diezmada y de la ex presidenta asegurando que es momento que los hijos de esa generación tomen la posta.
La respuesta a ese pedido llega con una voz en off e imágenes de De Pedro: “La posta del trabajo y del salario digno. La posta de la producción. La posta de la cultura y el arte. La posta de la industria argentina. Esta es la posta que va a tomar una nueva generación. La posta del orgullo argentino. Una generación con la responsabilidad de construir una Argentina que funcione. Esto recién empieza”.
Luego empezaron a circular fotos en las redes sociales de los primeros afiches pegados en la noche del feriado. Una foto de De Pedro con CFK y una leyenda bien clara: “Se viene Wado”. Los intendentes bonaerenses y legisladores que estuvieron en la Plaza de Mayo decodificaron rápido el mensaje. Compraron la idea de que más temprano que tarde el ministro del Interior se lanzará y competirá para llegar a la Casa Rosada.
En el mundo K ven a De Pedro como un candidato para afrontar unas PASO. Saben que, más allá de la voluntad que existe en las arterias del espacio político, será difícil imponerlo como un candidato de unidad. Instalarlo, transferirle votos de la Vicepresidenta y ganar las elecciones primarias es un camino más lógico. Sobre todo porque de esa forma despejarían las dudas de dónde estará concentrada la conducción del peronismo en los próximos años.
El posible lanzamiento de De Pedro escribiría con tinta imborrable dos definiciones importantes. La primera es que Axel Kicillof quedará habilitado, después de resistir la presión camporista, para buscar la reelección en la provincia de Buenos Aires. La segunda es que Sergio Massa no será candidato a presidente. Si el elegido es “Wado”, no hay margen para otro candidato que tenga el respaldo de toda la estructura kirchnerista.
Es más, en el camporismo destacan que si De Pedro es el candidato, contará con el respaldo de un bloque de poder que tenga a los gobernadores, los intendentes del conurbano, La Cámpora, los sindicatos, las organizaciones sociales y el Frente Renovador. Es decir, que será sostenido por un pacto cerrado entre CFK y Massa.
Esas especulaciones se hacen en forma permanente, desde hace algunas horas, en las filas del oficialismo. Claro está que el final puede ser el anticipado por los carteles callejeros o uno distinto, pero con nombres propios que no salen del tridente que conforman De Pedro, Massa y Kicillof. Parece no haber demasiado espacio para sorpresas y candidatos tapados. Sobre todo por la situación de absoluta debilitad en la que está el peronismo.
El ministro del Interior ya cuenta con el apoyo explícito del gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela; los intendentes del conurbano que responden a Martín Insaurralde; La Cámpora y la CTA de los Trabajadores que conduce Hugo Yasky. Lo más importante es que, al igual que Kicillof, no juegan fuerte en la escena electoral si no tienen el aval de Cristina Kirchner. Ese aval está dado.
En paralelo, el sector que está alejado del núcleo duro del kirchnerismo resiste la presión y mantiene arriba la bandera de las PASO. Después del acto de la Vicepresidenta, Daniel Scioli aseguró que no hay forma de bajar su candidatura. O se presenta en las PASO o se presenta con una lista propia por fuera del espacio, pero se presenta. Es una postura para mostrar que está dispuesto a mantener su precandidatura y competir.
A esa línea de acción se sumará el Jefe de Gabinete, Agustín Rossi, que en el inicio de la semana lanzará su candidatura presidencial para agrandar la cantidad de opciones peronistas en las elecciones primarias. El problema que tienen ambos dirigentes es que se están quedando solos sosteniendo la idea de que el Frente de Todos defina las candidaturas por las PASO. La palabra de Alberto Fernández ha perdido mucho peso y ya no es un respaldo.
El peronismo está ingresando en la etapa de definiciones. Necesita ordenar con mayor rapidez el esquema electoral porque comenzó el tiempo de descuento de cara al cierre de listas. De Pedro aparece en el horizonte como el candidato que el kirchnerismo no tiene que explicar, luego de las candidaturas de Daniel Scioli y Alberto Fernández, resistidos en el corazón K y aceptados por conveniencia electoral.
“Su candidatura fue una decisión orgánica de La Cámpora que se aceleró y reforzó a partir del renunciamiento de Cristina. Toda la agrupación detrás de él”, explicó un funcionario nacional cercano a De Pedro. Aún falta el lanzamiento formal, pero “Wado” está cada día más cerca de convertirse en el precandidato presidencial del kirchnerismo. Ya se probó el traje y le queda bien.
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