Fue su última participación en un Tedeum durante su mandato. Llegó con puntualidad, a las 11, a la Catedral Metropolitana, caminando los poco más de 500 metros por Rivadavia desde la Casa Rosada junto a gran parte de su Gabinete. Al presidente Alberto Fernández se lo vio pensativo en el transcurso de la ceremonia religiosa oficiada por el cardenal Mario Poli. Y luego de las palabras de quien próximamente dejará su lugar en el Arzobispado de Buenos Aires, para sorpresa de muchos, el mandatario tomó el micrófono para agradecer el contenido del discurso.
Un día antes se había establecido un contacto entre el rector de la catedral, Alejandro Russo, y el Gobierno para que se produzca ese hecho, inédito en los 40 años de democracia. “Le ofrecieron la posibilidad y a él le pareció bien”, le comentó una fuente de la Rosada a Infobae. El Presidente tomó el micrófono luego de que los asistentes entonaran las estrofas del Himno Nacional Argentino y se dirigió a Poli: “Es este el último 25 de mayo como Presidente. También el suyo, querido Cardenal (Poli). Con lo cual es para usted y para mí un 25 de mayo distinto”. Arrancó con los ojos vidriosos y un tono de emoción en su comentario.
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“Quiero poner en valor sus palabras. Creo que tenemos que ser capaces de construir una convivencia democrática que nos falta. Que no hemos sabido construir en todo este tiempo”, agregó. A unos metros, apenas, lo escuchaba el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, también junto a varios de sus colaboradores, quien llegó con la homilía empezada. No se saludaron.
“Está claro que en la diversidad pensamos distinto —continuó el jefe de Estado—, y tenemos miradas y aspiraciones de un país distinto, pero tenemos todos los compromisos que usted, cardenal, nos ha marcado. Con los compromisos con los que menos tienen. Primero los últimos, nos enseña el papa Francisco”.
El primer mandatario consideró que en todo este tiempo recurrió “muchas al Papa Francisco porque Argentina lo necesitaba” y que “el querido Papa siempre estuvo ayudándome”. Luego reveló: “Y hoy lo hago público, porque siempre lo hizo en silencio. Nunca dejó de ayudar cuando la Argentina lo necesitaba”.
Y concluyó: “Quiero rezar por el Papa, como él pide que recemos cada vez que hablamos con él. Quiero rezar por ustedes, por cada argentino y cada argentina, para que de una vez por todas podamos construir esa unidad de la que habló el Cardenal, y para que podamos construir en unidad una sociedad más justa. Muchas gracias, y viva la patria”.
Un rato antes, Poli había hecho referencia a los preocupantes números de pobreza infantil en la Argentina y a “la sensible desigualdad que existe en un amplio sector de la población vulnerable”. También hizo un fuerte cuestionamiento hacia los dirigentes políticos. “La deseada unidad prevalece sobre el conflicto” y dijo que ante las situaciones conflictivas, muchas veces “alimentar la confrontación buscando culpables en el pasado y en el presente parece el camino más fácil”, pero el modo sabio de abordar esos problemas es “procurar consensos a través del diálogo”. Y explícitamente le habló al conjunto de los aspirantes a la Casa Rosada para que abandonen la estrategia de confrontación y defiendan el sistema político democrático.
Después de saludar a los representantes de los distintos credos, Alberto Fernández tuvo un corto diálogo con el responsable de la Casa Militar en la puerta de la Catedral porque había una camioneta negra y varios autos esperándolo para llevarlo de regreso a la Rosada. Pero prefirió irse del mismo modo en que había llegado, a pie. Detrás de las vallas y de los integrantes del Regimiento de Granaderos a caballo se oía con fuerza el repiquetear de los bombos de las distintas columnas de militantes que se iban sumando para el acto de esta tarde en la Plaza de Mayo, con la vicepresidenta Cristina Kirchner como única oradora. No se escucharon reproches ni insultos hacia el Presidente.
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El toque de humor lo dio el canciller Santiago Cafiero que en la puerta de la Catedral, se frenó y desplegó un paraguas color naranja, aunque no llovía en ese momento. Y se fue entre sonrisas. Hubo quienes vieron en esa escena un guiño hacia el precandidato presidencial Daniel Scioli, que usaba esos colores cuando era gobernador de Buenos Aires. El encargado de la diplomacia argentino no estará por la tarde en la emblemática Plaza y tampoco lo hará el actual embajador en Brasil.
Entre los ministros no hubo demasiadas ausencias al Tedeum. Faltaron los que se encontraban de viaje: Daniel Filmus, de Ciencia y Tecnología (estuvo en Noruega donde acompañó al matemático argentino Luis Caffarelli a recibir el premio Abel); Carla Vizzotti, de Salud (en Ginebra, Suiza, participa de la Asamblea Mundial de la OMS y Ayelén Mazzina, de Mujeres, Géneros y Diversidad (compartirá un acto en San Luis con el gobernador Alberto Rodríguez Saá). Nadie explicó los faltazos de Matías Lammens (Turismo y Deportes) y de Jaime Perczyc (Educación). Otra ausente fue la Secretaria de Legal y Técnica, Vilma Ibarra.
Al desayuno en la Rosada y al Tedeum si concurrió sorpresivamente el titular de la cartera económica Sergio Massa, a quien en su entorno daban como ausente por un viaje a Paraguay. Pero cambió su agenda. También asistirá al acto de CFK por la tarde. En el Salón de los Bustos, cuando ingresó por la explanada a la Casa de Gobierno se lo vio conversando unos cuantos minutos con Cafiero, mientras a unos metros el resto del gabinete e invitados especiales degustaban chocolate caliente y pastelitos criollos de batata y de membrillo.
El resto de los integrantes del Gabinete, incluida la portavoz presidencial, Gabriela Cerruti, también estarán en el acto de Cristina Kirchner.
El Presidente cuando llegó a la Rosada, a las 10.02, se trasladó hacia su despacho ya que todavía no había arribado ningún ministro. Cuando bajó un rato después saludó a cada uno de sus colaboradores (hasta hubo abrazo con el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro) y luego habló con los periodistas acreditados brevemente. Allí pidió estar “unidos más que nunca”, confirmó que pasará el fin de semana en la residencia de Chapadmalal junto a su familia y dijo no sentirse desplazado por no estar en la movilización en la que se celebrarán los 20 años de la llegada de Néstor Kirchner a la presidencia de la Nación. Respondió de manera contundente: “No busquemos un título para que nos peleemos, hoy es un día que nos une”.
A las 13.33 Alberto Fernández abandonó la Rosada. Un minuto después ingresaba el jefe de la custodia de Cristina, Diego Carbone, por el Patio de las Palmeras y fue directamente a las oficinas del ministerio del Interior. Desde allí saldrá la titular del Senado para hablar ante una multitud que la aguarda expectante. ¿Dará pistas de la estrategia electoral y sobre el futuro de la coalición oficialista? Nadie se atreve a asegurarlo.
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