Esta tarde, a partir de las 16, Cristina Kirchner encabezará un acto en la Plaza de Mayo frente a una multitud que copará el centro porteño, en una jornada a la que el kirchnerismo le buscará imprimir su épica característica. Se cumplen 20 años desde que Néstor Kirchner asumió como presidente de la Nación y la actual Vicepresidenta será la única oradora en una tarde que podría estar marcada por la lluvia que se anuncia desde hace días.
En el comienzo de la semana se empezó a montar un enorme escenario delante de la Casa Rosada en el que, además de CFK, estarán los 300 dirigentes a los que invitó. Se ubicarán en unas escalinatas detrás de ella que, según esperan en la organización, hablará frente a más de 70 mil personas que colmen la plaza. Nadie quiere arriesgar cálculos pero será un acto masivo con la ex presidenta de espaldas a Balcarce 50, ese lugar que siente tan lejano.
En los últimos días, Máximo Kirchner llevó adelante varias reuniones para aceitar la logística del acto y la organización. El lunes los intendentes peronistas de la 1° y 3° electoral de la provincia de Buenos Aires ordenaron la movilización desde el conurbano en una reunión en Quilmes de la que participaron el líder de La Cámpora y Eduardo “Wado” de Pedro.
Ese mismo lunes Kirchner se reunió con la mesa política del Frente Renovador. Los intendentes del espacio político que conduce Sergio Massa movilizarán hacia la Plaza de Mayo. También estará presente la mesa ejecutiva del frente. Lo que aún no está definido es si el ministro de Economía estará presente o no.
El martes los principales dirigentes del Movimiento Evita, con Emilio Pérsico a la cabeza, fueron recibidos por la Vicepresidenta en el Senado. También estuvieron reunidos con Máximo Kirchner. Después de tres años sosteniendo la presidencia de Alberto Fernández, la organización social volvió a acercarse al kirchnerismo, con el que ha tenido varios cortocircuitos.
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En la reunión le dejaron en claro que van a colaborar y acompañar en el proceso político que encabece ella. Además, le dijeron que no hay dudas de su influencia en las determinaciones del peronismo y que será la encargada de ordenar la estrategia electoral que llevará adelante el Frente de Todos. El Evita espera movilizar cerca de 50 mil personas al centro porteño.
También marcharán dos organizaciones que estuvieron cerca del Presidente durante gran parte de la gestión: Somos Barrios de Pie y la Corriente Clasista y Combativa (CCC). Señales claras de un fin de ciclo para la estructura de poder político que sostuvo el mandato de Fernández, que no fue invitado por la Vicepresidenta.
La Cámpora y el sindicalismo K serán los que aporten más gente a la movilización. La UOM, Smata, La Bancaria y la CTA de los Trabajadores son los gremios con más peso específico en ese esquema. Además, movilizarán los intendentes del conurbano, siempre kirchneristas, siempre cercanos a Cristina Kirchner. En el kirchnerismo son cautelosos con el número de personas que estarán en la calle porque creen que la lluvia puede reducir la convocatoria.
Las ausencias serán marcadas también. No estará presente el sector mayoritario de la CGT que conducen los gordos y los independientes. Tampoco movilizará el sindicato de Camioneros, que hoy está nuevamente bajo el control de Hugo Moyano. Es una incógnita si su hijo Pablo se hará presente en la Plaza de Mayo sin la estructura gremial.
El acto expondrá, con más crudeza que nunca, la fractura expuesta que hay en el gobierno nacional. Alberto Fernández concurrirá al Tedeum en la Catedral Metropolitana, junto con el Gabinete, y luego partirá a la residencia presidencial de Chapadmalal. Evitará quedar en un lugar incómodo el día que la centralidad política será de Cristina Kirchner y del espacio político que conduce.
El jefe de Estado estará bien lejos de la Plaza de Mayo la tarde en la que el mundo K recordará a quien Fernández considera que fue su mentor político: Néstor Kirchner. Si iba a la plaza se sometía a que la militancia lo abucheara y despreciara. No tenía sentido. La situación interna está completamente deteriorara y podría agravarse sobre el cierre de listas, frente a las dificultades para generar un acuerdo de cara a los comicios.
En lo que respecta al acto, en el oficialismo nadie cree que Cristina Kirchner levante la mano de alguno de los nombres propios que aparecen como precandidatos del kirchnerismo. Entienden que no será una tarde de definiciones, sino una jornada en la que la Vicepresidenta dará algunas señales sobre el rumbo que debería seguir el espacio político en medio del proceso electoral.
Habrá lectura entrelíneas y análisis de señales discursivas y físicas. La dirigencia mirará con mucha atención los movimientos de CFK porque entienden que es un momento determinante en la vida del Frente de Todos, debido a la falta de definiciones y la necesidad de tener una dirección estratégica a un mes del cierre de listas.
Por estos días el kirchnerismo vive su propia interna sobre cuál es el mejor camino a seguir. Un sector cree que Axel Kicillof tiene que dejar vacante su candidatura a gobernador y saltar al plano nacional para competir como candidato a presidente. Entienden que es el que mejor mide en las encuestas y el que más fideliza el voto K. Esa teoría es la que tiene Máximo Kirchner.
Otros creen que el economista debe buscar la reelección en la provincia de Buenos Aires y la candidatura nacional - para afrontar unas PASO con el albertismo - debe quedar en manos de Eduardo “Wado” de Pedro, que trabaja en esa sintonía desde hace varios meses y esperará la decisión de la Vicepresidenta.
Su campaña está en marcha. La CTA que conduce Hugo Yasky está armado plenarios y encuentros en el interior del país que sirvan como marco político de su candidatura nacional. El histórico dirigente gremial, que también respalda la reelección de Kicillof, está jugando con fuerza por la candidatura presidencial de De Pedro. Yasky es uno de los dirigentes sindicales más cercanos a CFK.
También están en esa sintonía el lomense Martín Insaurralde y los intendentes del conurbano que le responden, aunque con un matiz importante. No saben si De Pedro terminará siendo candidato a presidente o a gobernador. Ellos trabajan en la instalación del funcionario camporista en el territorio bonaerense, el mismo lugar donde Kicillof busca traccionar votos que le aseguren su reelección. Lo que aún no sabe el economista es si podrá cumplir su voluntad de gobernador cuatro años más Buenos Aires.
Está tarde Cristian Kirchner volverá a marcar el pulso de la vida del peronismo. Una vez más, como tantas otras veces en estos últimos 15 años, en donde siempre tuvo un lugar central. Quienes la frecuentaron en las últimas semanas aseguran que no solo jugará un rol como electora, sino como armadora. Está trabajando para que la estrategia sea competitiva y está concentrando la mayor cantidad de poder en su puño.
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