Eduardo “Wado” Pedro hace crecer, en base a sus movimientos políticos, una virtual candidatura presidencial. Todos los días suma actividades con tinte electoral y fotos que generan impacto en el microclima de la política. El ministro del Interior hace campaña sin ser candidato y su equipo trabaja de la misma forma. Ser y no ser, en paralelo a la gestión, mientras se espera que Cristina Kirchner baje el martillo. De eso se trata.
El lunes la imagen de la reunión de “Wado” con los principales intendentes del conurbano y Máximo Kirchner generó suspicacias y especulaciones en el oficialismo. “¿Y si en vez de una candidatura nacional es una provincial?”, se preguntaron algunos dirigentes del Frente de Todos. El retrato de De Pedro rodeado de los jefes comunales de la 1° y 3° electoral abrió el camino a múltiples interpretaciones,
La foto de la reunión que tuvo lugar en Quilmes significó un fuerte respaldo del líder de La Cámpora a De Pedro. Más allá del lugar que finalmente ocupe “Wado”, lo que dejó en claro Kirchner es cuál es el nombre propio que está dispuesto a apoyar. Allí estaba también Martín Insaurralde, el Jefe de Gabinete bonaerense y socio político del hijo de la Vicepresidenta.
La aparición de Insaurralde no es casual. El intendente de Lomas de Zamora -con uso de licencia- está acompañando a De Pedro en varias actividades políticas. Incluso le armó actividades en el conurbano en las que entregó notebooks a través del programa #ConectarIgualdad. Estuvo presente en algunas de ellas y mostró sintonía fina con el ministro camporista.
En las últimas dos semanas De Pedro visitó Merlo y Almirante Brown. Sus intendentes Gustavo “Tano” Menéndez (en uso de licencia) y Mariano Cascallares son parte de un grupo de jefes comunales referenciados en Insaurralde que están empujando la candidatura de De Pedro, aunque no tienen en claro a qué porque esa respuesta llegará recién al filo del cierre de listas. Además visitó Florencio Varela y Ensenada, donde gobierna el cristinista Mario Secco.
También están en ese espacio el actual ministro de Infraestructura bonaerense, Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas), Federico Achával (Pilar), Nicolás Mantegazza (San Vicente) y el diputado provincial y ex intendente del Partido de la Costa, Juan Pablo de Jesús. Cerca de ese círculo se mueven Gastón Granados (Ezeiza) y Andrés Watson (Florencio Varela), a través de la jefatura política del distrito que sigue en manos de Julio Pereyra.
Menéndez, por ejemplo, acompañó a De Pedro a Catamarca a la presentación del Plan Estratégico Para el Desarrollo de la Industria Metalmecánica y Proveedores Mineros. Ambos fueron recibidos con los brazos abiertos por Raúl Jalil, un gobernador de buen vínculo con el ministro de Interior que suele hacer equilibrio en la interna del poder. En esa comitiva también estuvo el titular de la UOM, Abel Furlán, cercano a la cúpula del kirchnerismo.
El intendente de Merlo, que actualmente es el titular del Grupo Provincia, también estuvo en la reunión que De Pedro encabezó con los dirigentes de la CTA que conduce Hugo Yasky, uno de los dirigentes gremiales de mayor confianza de Cristina Kirchner. Fue Yasky el encargado de blanquear el panorama después de ese encuentro. “Wado es el candidato de Cristina. Está fuera de discusión. Es el compañero al que Cristina le dijo que empiece a caminar y construir”, explicó en una entrevista radial.
El 5 de mayo Martín Insaurralde recibió a “Wado” de Pedro en Lomas de Zamora. Doce días después el funcionario bonaerense motorizó la realización de pintadas en el conurbano bonaerense con la leyenda “Wado y Cristina 2023″. Empezó a jugar con más fuerza para colaborar en el posicionamiento político de De Pedro, un dirigente de bajo conocimiento pero con capacidad de crecimiento.
Insaurralde tiene una sociedad política con Máximo Kirchner. Ese tándem no posee una buena relación con el gobernador bonaerense Axel Kicillof. Es más bien un vínculo necesario por la cercanía política y de gestión, pero que está atravesado por la desconfianza y los reproches, que hasta aquí han quedado debajo de la alfombra para evitar un colapso del gobierno que tiene base en La Plata.
El Gobernador siente que parte de La Cámpora y el grupo de intendentes que conduce Insaurralde le han condicionado la gestión a lo largo de los últimos tres años. No los cuenta como leales y propios, sino como integrantes de un frente político donde deben convivir bajo el paraguas de Cristina Kirchner. Tiene argumentos. La mayoría de esos intendentes no milita a fondo la campaña de su reelección. Tampoco lo hace Máximo Kirchner.
Ese tándem lo empuja a una candidatura nacional y, en paralelo, trabaja en posicionar a De Pedro con dos frentes abiertos: una candidatura a presidente o una a gobernador. Cristina Kirchner, mientras tanto, no da señales claras que incluyan a Kicillof. En La Plata juran que todos los movimientos del Gobierno son avalados por la Vicepresidenta. Incluso, la cartelería y los actividades en un marco de campaña electoral para competir por su reelección.
“Antes decían que no tenía volumen político. Ahora parece que es el mejor del mundo, el único que tiene chances de hacer una elección potable”, se quejó un importante dirigente de estrecha relación con Kicillof, apuntando al núcleo duro del camporismo y el grupo que conduce el intendente de Lomas de Zamora. La situación es delicada y tensa.
Máximo Kirchner e Insaurralde empezaron a trabajar con más dedicación en la candidatura de “Wado”. Una candidatura que puede ser a la presidencia o a la gobernación. En el caso de que se dé la segunda opción sería porque Kicillof sería designado como el competidor para llegar a la Casa Rosada. Hipótesis que se definirán en las próximas cuatro semanas.
“Si Axel es candidato en la provincia y pierde, se convierte en un fantasma como le pasó a (María Eugenia) Vidal. Si es candidato a presidente y pierde, será el líder de la oposición. Los riesgos son altos y él hará lo que el espacio determine y lo que Cristina le pida”, fue la sentencia de un funcionario de extrema confianza del Gobernador. En La Plata aclaran que ellos respaldan una candidatura nacional de “Wado”.
En La Plata son contundentes en las explicaciones. No hay márgenes para segundas interpretaciones. Creen que si Kicillof gana la elección en la provincia será como resultado de su gestión y que si otro candidato del oficialismo - “Wado” De Pedro o Martín Insaurralde - ganan la elección bonaerense, será por los tres años y medio de gestión que encabezó el Gobernador y porque él, que es el que más mide, traccionará votos desde una eventual candidatura presidencial. “Axel será parte de ese triunfo si o sí”, explicaron.
Kicillof tiene una sola conducción política y es la de la Vicepresidenta. Es la única que tiene influencia real y directa sobre sus decisiones. Nadie más. Hasta que lleguen las definiciones, mantendrá su campaña en la provincia y en búsqueda de la reelección. Seguirá el camino lógico: juntar votos en los 135 municipios bonaerenses para sostener su gobierno por cuatro años más. Resistirá en su lugar hasta que la Vicepresidenta diga lo contrario.
El ex ministro de Economía tiene en claro que Máximo Kirchner lo quiere empujar a ser candidato a presidente porque considera que es el que mejor mide y porque de esa forma Insaurralde o De Pedro entrarían en la lista de posibles candidatos a sucederlo. Dos nombres propios de su estrecha confianza, esa que perdió el vínculo político que lo une a Kicillof.
A un día del acto en la Plaza de Mayo, en el oficialismo nadie espera que Cristina Kirchner respalde un candidato durante su discurso. A lo sumo creen que habrá alguna alusión similar a la que tuvo en la entrevista que brindó en televisión y en la que habló de la necesidad de que “los hijos de la generación diezmada tomen la posta”, que resultó ser un guiño a De Pedro.
Mientras se extiende la incertidumbre, en el entorno político de “Wado” trabajan con la idea de que si Sergio Massa no se transforma en el candidato de consenso, entonces el kirchnerismo tendrá que poner un candidato en las PASO y ese será el ministro del Interior, ya que descartan que el titular del Palacio de Hacienda se presente en unas elecciones primarias.
Si De Pedro jugara esa PASO sería, según analizan en el círculo político del ministro, con el respaldo de Cristina Kirchner, Sergio Massa, los gobernadores del PJ y los intendentes del conurbano. Es decir, un esquema similar al que CFK logró estructurar cuando decidió que Alberto Fernández sea el candidato del proyecto político que ideó.
En ese escenario de interna del otro lado están las candidaturas ligadas a Alberto Fernández. En el kirchnerismo señalan a Daniel Scioli y Agustín Rossi (que anunciará su candidatura presidencial en los próximos días) como parte de ese espacio. Ellos y nosotros, ejemplifican. Los ponen en ese lugar porque son los que reclaman PASO y no aceptan las condiciones de CFK.
El armado electoral tensiona el Frente de Todos en sus distintas terminales. De Pedro aparece como el plan B a una candidatura de unidad de Massa a la presidencia o como la opción para reemplazar a Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires, en el caso de que el economista sea el bendecido para competir en la elección nacional. El kirchnerismo tiene sus propias internas, más allá del albertismo, y empiezan a quedar cada vez más expuestas.
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