Ricardo López Murphy transita días decisivos para definir su candidatura a jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Republicanos Unidos, el partido que lo tiene como referente estelar, atraviesa una interna feroz en la previa del cierre de listas y, por falta de acuerdos entre la dirigencia, la disputa se judicializó. Roberto García Moritán, legislador porteño del espacio, puja por la postulación porteña contra el ex ministro de Economía y no está dispuesto a ceder. La tensión escaló a niveles máximos en los últimos días y se encamina a terminar en un escándalo judicial.
Hasta el año pasado, López Murphy se movía como candidato a presidente de Republicanos Unidos, la pata liberal de Juntos por el Cambio (JxC). En tanto que García Moritán era el referente porteño del partido, que pretendía disputar la sucesión de Horacio Rodríguez Larreta. De pronto, el diputado nacional anunció que, finalmente, sería candidato a jefe de Gobierno. El sector del legislador alegó que se enteró de la noticia por televisión y estalló una interna partidaria.
Este año, López Murphy se alineó con Patricia Bullrich, en respaldo a su candidatura presidencial. Fue una táctica que tensó el vínculo del economista con Rodríguez Larreta y fracturó la relación política con García Moritán. Uno de los actores clave en esta batalla es el abogado Yamil Santoro, que asesora al legislador porteño en temas políticos y jurídicos. Actualmente, ambos dirigentes son apuntado como traidores.
García Moritán no está dispuesto a bajar su candidatura a jefe de Gobierno, incluso en contra de la voluntad de López Murphy. Ambos pulsean el mismo lugar. En marzo, Santoro impulsó la modificación del reglamento electoral de Republicanos Unidos para cambiar el método de selección de candidaturas partidarias. Se trata de un sistema de voto único transferible y unipersonal, por preferencia para cada categoría, que establece un orden de mérito entre los postulantes a elegir. Ese mecanismo eliminó el sistema de boleta sábana. La facción del legislador porteño alegó que la modificación fue porque “López Murphy quería armar toda la lista a dedo”. Es algo que en el sector del “bulldog” lo niegan.
“Ellos juegan a la politiquería de bajo vuelo para ponerle gente en las listas”, señalaron ante Infobae cerca de López Murphy y aseguraron que el diputado nacional “no se va a prestar al juego de dos pibes que lo decepcionaron para perjudicar a Bullrich por un acuerdo con Larreta”. En este contexto, el 4 de junio habrá una elección interna para dirimir las candidaturas. El proceso electoral está judicializado porque ambos bandos buscaron impugnarse con demandas cruzadas.
López Murphy considera que García Moritán y Santoro pretenden obturar su candidatura y quedarse con el partido. “El problema es que Ricardo no acepta competir”, replicaron en el otro sector. En este sentido, el equipo jurídico del diputado nacional impugnó judicialmente cerca de 400 afiliaciones que presentó el sector del legislador porteño. Consideraron que “están viciadas” por no cumplir con requisitos procesales que, según alegan, establece la carta orgánica de Republicanos Unidos y la Ley Orgánica de los Partidos Políticos. “Están mintiendo porque saben que les ganamos la interna”, se defendieron en el círculo de García Moritán.
Las impugnaciones cursan en el Juzgado Federal 1° de Buenos Aires, a cargo de la jueza María Romilda Servini. La magistrada no hizo lugar al recurso interpuesto por López Murphy, aunque dispuso que se revisen y controlen, conforme estipula la normativa, las afiliaciones presentadas, sin que ello obste en el derecho a afiliar y a sumarse a un partido político. También hubo impugnaciones mutuas a las candidaturas que cada sector impulsa de cara a las PASO del 13 de agosto.
Mañana habrá una audiencia en el juzgado de Servini en la que están citadas ambas partes para litigar respecto a la situación interna del partido y la validez de los apoderados que cada sector impulsa. Según pudo saber Infobae, los asesores letrados de ambos sectores comparecerán mañana en tribunales.
Mientras tanto, López Murphy sostiene su candidatura y, para evitar un fisco judicial o político, ya tiende puentes con otros sellos partidarios. Una opción que baraja el ex ministro es competir con el Partido Demócrata Progresista, que lidera Oscar Moscariello. Se trata de un partido aliado a Bullrich, con vínculos con el economista liberal.
Por su parte, García Moritán no depone su candidatura porteña, al mismo tiempo que mantiene diálogo con José Luis Espert, quien se sumó a JxC en abril y lanzó su candidatura presidencial. El legislador suena como posible compañero de fórmula del diputado de Avanza Libertad, aunque aún no hay nada cerrado. En el bullrichismo consideran que se trata de un artilugio político del larretismo con el fin de horadar el proyecto presidencial de la ex ministra de Economía.
La puja en Republicanos Unidos impacta en la interna porteña de JxC. El PRO dirime su candidato a jefe de Gobierno mediante una encuesta que ungirá al mejor posicionado entre Jorge Macri y Fernán Quirós. El ganador se enfrentará en las PASO de la coalición al radical Martín Lousteau. El senador nacional es un candidato muy competitivo y en el PRO temen que el desgaste interno derive en una derrota ante Lousteau. Quien también compite por la sucesión de Larreta es Graciela Ocaña, diputada nacional y líder de Confianza Pública.
JxC tiene una proliferación de candidaturas porteñas. La disputa entre López Murphy y García Moritán le suma incertidumbre a esa interna y preocupa al PRO. Es que consideran que si se postulan ambos liberales, se atomizará el voto de la coalición y eso puede favorecer el triunfo del líder de Evolución Radical. López Murphy tiene un acuerdo político explícito con Bullrich y hay negociaciones para evitar que la batalla en Republicanos Unidos perjudique al PRO, especialmente a Jorge Macri, candidato respaldado por la ex ministra de Seguridad.
A un mes del cierre de listas, la interna escalará.
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