El presidente Alberto Fernández encabezó un acto por el Día de los Trabajadores de Empresas Recuperadas en la localidad de lomas de Zamora y, sin hacer nombres, disparó sin contemplaciones contra los referentes de Juntos por el Cambio -Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta- y contra el líder libertario Javier Milei, quienes compiten para llegar a la Casa Rosada.
El jefe de Estado le habló al electorado y pronunció un mensaje que incluyó una pesada crítica a los dirigentes opositores: “Por favor, no le entreguemos el poder a quien les sacó el 13% del ingreso a los jubilados. No le entreguemos el poder a los que manejaban el PAMI cuando (René) Favaloro se suicidó. No le entreguemos el poder al irresponsable que habla de libertad y de cambiar el sistema, cuando es el mayor defensor del sistema desigual en el que vivimos”.
Ese fue el remate de una alocución que primero apuntó a destacar el valor de la denominada “economía popular”, pero luego mutó en un feroz alegato contra los dirigentes de JxC y de otros espacios que buscan sucederlo en el cargo.
“El 10 de diciembre va a haber otro gobierno y va a ser uno o una de los nuestros quien va a sucederme. Lo que tenemos que explicarles a los argentinos que están desorientados y tienen motivo para estar preocupados, porque a veces las cosas no salen como uno quiere, a ellos tenemos que animarlos y hacerles entender que el problema no está adentro, está enfrente”, dijo a modo de introducción, antes de arremeter de lleno contra la oposición.
Para fundamentar su advertencia, Alberto Fernández enumeró una serie de expresiones de dirigentes del gobierno anterior que se proponen recuperar el poder: “Son los que dicen que la economía popular es una banda de planeros que no quiere trabajar; los que dicen que hay que terminar con la indemnización por despido y las vacaciones pagas; los que plantean que hay que imitar a Qatar que no tiene sindicatos; los que creen que la escuela pública es un lugar de adoctrinamiento y quieren dejar la salud pública en manos de privados, por eso dejaron de construir hospitales en la Provincia de Buenos Aires”.
En ese contexto, en medio de la feroz interna que vive con Cristina Kirchner, el Presidente hizo un pedido a los integrantes del Frente de Todos: “Dejemos de pelearnos entre nosotros, compañeros y compañeras, porque nosotros somos lo mismo, somos hijos de Perón y de Evita, sabemos qué intereses defendemos, sabemos de qué lado pararnos. Y cuando llegue el momento, el que le toque gobernar va a estar parado al lado de los que trabajan, de los que necesitan, al lado de los desposeídos. Eso fuimos, eso somos y eso seremos siempre”.
No fueron todas advertencias alarmantes porque el jefe de Estado, que estuvo acompañado por la ministra de Desarrollo, Victoria Tolosa Paz, auguró que lo que viene para el país puede ser mucho mejor: “Ya quisiera que paren las maldiciones que me han mandado porque han sido muchas: heredar a Macri cargar una pandemia, soportar una guerra y una sequía... ya está, más cosas no me pueden pasar. Pero el futuro es muy promisorio para la Argentina, que tiene un potencial enorme de desarrollo porque el mundo necesita lo que nosotros estamos en condiciones de producir: energía, minerales, energías limpias y alimentos”.
“Debemos dejar de pensar que somos un país agrícola ganadero o que tenemos que ser el supermercado del mundo, como alguien (por Mauricio Macri) dijo hace poco tiempo. Tenemos que ser un país industrializado, porque en los años de (Juan Domingo) Perón se hacían aviones y automóviles. Dejé las bases sentadas para que la Argentina productiva y de desarrollo”, aseguró.
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