La confirmación de Cristina Kirchner de que no será candidata a presidenta reactivó la posibilidad de que Axel Kicillof decida desdoblar las elecciones generales a gobernador en la Provincia de Buenos Aires, algo que le permite la ley bonaerense y cuya definición puede estirar incluso hasta los primeros días de agosto. El decreto que dictó a mediados de abril para convocar solo a las PASO en simultáneo con las nacionales del 13 agosto había despertado las primeras suspicacias. “Si Cristina era candidata, no había margen para desdoblar. Ahora estamos viendo qué estrategia quiere ella”, afirman hoy en el entorno de Kicillof.
El escenario de un posible desdoblamiento encendió alertas dentro de Juntos por el Cambio, ya que el actual mandatario kirchnerista mide bien en las encuestas pese al contexto económico - que pega de lleno en el Conurbano bonaerense - y el malestar social por la inseguridad. Desde la alianza opositora ya expresaron su rechazo a la indefinición sobre la fecha. Esta semana, un grupo de dirigentes de Juntos en la Provincia lo hicieron explícito en una conferencia de prensa donde acusaron a Kicillof de “especular” y “manipular” el proceso electoral. “No sabemos cuál es la fecha, cuál va a ser la autoridad electoral, ni cuál será el sistema de votación”, reclamó Maximiliano Abad, el jefe del bloque de Juntos en la Cámara de Diputados provincial y titular de la UCR bonaerense.
Más allá de que aún no esté tomada la decisión de avanzar en el desdoblamiento, Kicillof ya le dio la instrucción a su ministra de Gobierno, Cristina Álvarez Rodríguez, para que “vaya armando” la logística del operativo “por las dudas”. De hacerse en una fecha diferente a las elecciones generales nacionales, la coordinación quedaría a cargo de la Junta Electoral de la Provincia de Buenos Aires.
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¿De quién depende la decisión?, preguntó Infobae a un colaborador del gobernador. “Lo tiene que definir Cristina”, fue la respuesta terminante. Kicillof tiene diálogo diario con la vicepresidenta pero, aún así, el gobernador no supo con anterioridad de la carta que difundió el martes en la que confirmó su decisión de no ser candidata a nada. Se enteró por Telegram al salir del acto del Congreso del PJ. “Recibió con mucha angustia la noticia”, cuentan quienes lo vieron más tarde en una reunión convocada por Cristina Kirchner en el despacho de Cecilia Moreau en Diputados con su núcleo más cercano.
En La Plata barajan como fecha posible la última semana de septiembre o la primera de octubre, ante la posibilidad de que “la jefa” dé el ok de desdoblar, lo que implicaría desentenderse de la suerte a nivel nacional y definir una estrategia de “refugiarse” en la Provincia de Buenos Aires. El domingo con más chances sería el 1ro de octubre, aunque coincidiría con el día del primer debate presidencial que organiza la Cámara Nacional Electoral. Con esa fecha en mente, Kicillof tendría tiempo hasta los primeros días de julio para convocar a la elección de gobernador y demás cargos provinciales.
Frente a un escenario de posible desdoblamiento, la estrategia de los dos principales precandidatos a presidente del PRO, Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, no será la misma. Esta semana ambos dirigentes confirmaron que llevarán cada uno su candidato en la Provincia de Buenos Aires.
El elegido por el jefe de Gobierno en territorio bonaerense, Diego Santilli, viene bien posicionado en las encuestas, tiene alto conocimiento público y su precandidatura está instalada desde hace varios meses. “No nos afecta directamente porque a nosotros nos da bien tanto Santilli sin Larreta, como Horacio sin el Colo en la boleta”, afirman cerca del precandidato. Sin embargo, admiten que un desdoblamiento no es el mejor escenario para Juntos.
En cambio, el candidato que el jueves definió Bullrich, Néstor Grindetti, intendente de Lanús, de licencia para asumir la presidencia del Club Independiente, viene mucho más atrás en nivel de conocimiento público e intención de voto que el “Colorado”. “Patricia va a tener que trabajar más con Grindetti para fortalecerlo y que lo conozca la gente en la Provincia”, admiten en el búnker de la ex ministra de Seguridad. Saben que la apuesta al “efecto arrastre” en la boleta con su nombre de candidata a la presidencia, dejaría de existir si se desdoblan las elecciones bonaerenses. Grindetti quedaría como un candidato “más débil” para enfrentar a Kicillof en el hipotético caso de que ganara las PASO.
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Para revertirlo, Bullrich ya tiene previsto la semana próxima bajar la intensidad de las recorridas por el país y concentrar su estrategia en la Provincia de Buenos Aires y en la Ciudad. Según las encuestas que manejan en su comando de campaña, “está por arriba” de Larreta en ambos distritos. Esgrimen números que recogen los intendentes bonaerenses de Juntos, que muestran una ventaja de Bullrich en sus territorios.
Pero como el mundo de las encuestas es muy amplio, en el campamento larretista aseguran tener otros números que lo posicionan al jefe de Gobierno arriba en la Provincia, y en especial en el Gran Buenos Aires. “Horacio está entre 6 y 8 puntos arriba que Patricia”, aseguran. La diferencia se reduciría a 4 puntos en el interior de la Provincia, según las cifras que manejan. Como prueba de “imparcialidad” reparten un relevamiento reciente realizado por Analía del Franco, una consultora que habitualmente mide para el oficialismo, que lo ubica a Milei al tope con casi 20 puntos de intención de voto en la Provincia, seguido por Larreta con 17,5 y Bullrich con 12,3 puntos.
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Los estrategas del armado bonaerense de Bullrich apuestan a la transferencia de imagen e intención de voto de ella a Grindetti. “Una vez que ganás las PASO, se convierte en el candidato de Juntos por el Cambio. Nosotros confiamos que va a ser Grindetti porque vamos a hacer un trabajo intensivo de trasladarle la buena imagen que tiene Patricia en la Provincia. Va a caminar con él antes de las Primarias y después, de cara a la general. Es lo mismo que hizo Larreta con Santilli en la campaña de 2021, al principio no lo conocía nadie, y terminó sacando 41 puntos”, aseguran optimistas.
Más allá de las diferencias, tanto en el entorno de Larreta como en el de Bullrich, ven la amenaza de un desdoblamiento por parte de Kicillof como una señal para la interna del Frente de Todos. “Es un amague de Axel para que no lo manden a competir en la nacional como candidato a presidente”, afirma un colaborador de Santilli. “Si finalmente fuera (Sergio) Massa el candidato del Frente de Todos, es muy difícil que Axel desdoble, porque sin el acople de todo el peronismo y la tracción de los intendentes de abajo, Massa jamás aceptaría ser el candidato”, agrega.
En el sector bullrichista, tampoco ven factible que “con el peronismo herido de muerte, el oficialismo corra el riesgo de que Kicillof desenganche la Provincia de Buenos Aires, y el peronismo salga tercero en la nacional, detrás de Juntos y Milei. Sería muy riesgoso para ellos”. Por eso, se entusiasman con que la “debacle” que sufriría el oficialismo nacional, lo va a terminar arrastrando al candidato cristinista al ir en la misma lista. “La boleta va a tener ocho cuerpos, y a eso hay que sumarle las candidaturas a parlamentarios del Mercosur. Nadie va a cortar la boleta del medio a gobernador. Históricamente, la gente no corta boleta, salvo que quieran sacar a un candidato muy malo como Aníbal (Fernández) en 2015″.
Los pro y contras de desdoblar para Kicillof
En La Plata ven pros y contras de avanzar con el desdoblamiento. “Axel tiene una imagen muy buena entre la gente, le reconocen honestidad y gestión, con obras y planes quinquenales. Si va solo, tiene por lo menos cinco puntos más arriba y sale primero, cómodo”, argumentan a favor. Pese a lo que muestran las encuestas sobre las principales preocupaciones sociales, en su equipo aseguran que “los índices de seguridad mejoraron en la Provincia”. Afirman que “hay consumo”, que “la actividad económica está yendo bien” y las empresas “siguen invirtiendo”. Manejan encuestas que lo ubican a Kicillof con 46 puntos en el Conurbano, contra 30 de Juntos con sus candidatos sumados, y Santilli como el mejor posicionados con 23. En el interior de la Provincia la diferencia se achicaría a 5 puntos, con el mandatario cristinista en alrededor de 30 puntos contra 25 de Juntos.
En el equipo del mandatario bonaerense reconocen que ir en la boleta nacional del Frente de Todos, cualquiera sea la fórmula, “lo tira para abajo” y temen -sin admitirlo públicamente- que una mala elección del candidato a presidente lo arrastre a una derrota, que ven hoy como impensada. En favor del desdoblamiento, analizan que “un batacazo” en la Provincia, tres semanas antes de las elecciones a presidente, le permitiría al oficialismo “llegar mejor a la nacional”.
En contra del desdoblamiento, saben que el candidato del oficialismo que compita por el sillón de Rivadavia “se perdería el arrastre de Axel en la Provincia”, el principal distrito electoral. Por otro lado, al no estar Javier Milei en la boleta, su candidato - que todo indica que será alguien desconocido- le sacaría menos votos a Juntos. Así, la oferta opositora se concentraría en el ganador de la interna entre Santilli y Grindetti.
En las usinas del PRO aseguran que Kicillof tocó su pico a principios de año en intención de voto, pero que desde entonces empezó un descenso que hoy alcanzaría los 10 puntos. Más allá de esa presunta caída, sigue siendo el candidato que mejor retiene los votos del Frente de Todos en la Provincia, por encima del piso histórico del kirchnerismo de los 25 puntos. En las usinas opositoras lo ubican al mandatario en torno de los 26 puntos, contra 30 puntos de los candidatos de Juntos sumados. “Es verdad que Axel está mucho menos dañado que Alberto Fernández, pero vemos un escenario positivo por delante”, se entusiasman en el PRO.
La logística del operativo
Más allá de los efectos políticos, la oposición abrió un abanico de dudas sobre la viabilidad logística del desdoblamiento, que no sucede en la Provincia desde 2003, cuando fue elegido Felipe Solá. La magnitud del operativo, con 32.000 mesas, pasaría a estar a cargo de la Justicia Electoral de la Provincia y de la Junta Electoral bonaerense.
Desde Juntos creen que por falta de gimnasia, la Justicia Electoral provincial “no tiene la capacidad de llevarlo adelante” a tan poco tiempo de las elecciones. Fuentes de la Justicia Electoral nacional admitieron ante Infobae tener las mismas dudas, por la dimensión del operativo y los recursos adicionales que involucrarán.
El proceso implica desde el llamado a licitación para el escrutinio provisorio hasta la compra de sobres; la contratación del Correo, el operativo de seguridad y la determinación de los lugares de votación. También la designación de las autoridades de mesa y el pago del viático respectivo a cada bonaerense que cumpla la tarea. En el entorno de Kicillof minimizaron la complejidad de la logística y, por ejemplo, afirmaron que la seguridad se podría acordar con el Ejército.
Hasta ahora, el gobernador firmó un acuerdo de $350 millones con el juez federal de la Provincia, Alejo Ramos Padilla, para el acto electoral, cifra que no alcanzaría para cubrir las elecciones provinciales si se hicieran por separado. Un ex funcionario del PRO en diálogo con Infobae estimó que el gasto para convocar a votar en otra fecha en la Provincia “podría rondar entre 5.000 y 6.000 millones”.
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