“Ahora, Jaime es un hombre de Uspallata puro”. La frase le pertenece a uno de los ocho integrantes del staff fijo que se ocupa de la estrategia comunicacional de Mauricio Macri y que durante años mantuvo un ida y vuelta permanente con Jaime Durán Barba, el consultor ecuatoriano que en el 2015 llevó al ex Presidente a la Casa Rosada y que ahora intenta hacer lo mismo con Horacio Rodríguez Larreta.
Después de la pandemia de COVID-19, el asesor, que en la última década se hizo particularmente famoso en la Argentina gracias al PRO -fue tal el furor en una época que hasta la mismísima Cristina Kirchner lo recibió en Olivos durante su gestión- y que durante lo peor de la crisis sanitaria se recluyó en su departamento de Guayaquil, empezó a alternar otra vez sus días entre México, Estados Unidos y nuestro país. Pero nunca volvió a frecuentar a Macri. Al menos, no como lo hacía antes. El anuncio oficial del ex Presidente de hace casi dos meses, con el que se excluyó de la competencia electoral, es el mejor ejemplo: fue su primera decisión de peso desde que incursionó en política que no llevó el sello de Durán Barba.
En el macrismo puro nadie recuerda con exactitud cuándo fue la última charla que mantuvieron el ex jefe de Estado y el consultor. “Hubo alguna conversación esporádica, pero nada más. Lo de ese domingo -la decisión de no ser candidato este año- fue un Macri cien por ciento Macri”, resaltaron en su entorno. Traducido: antes, las definiciones del ex mandatario estaban edulcoradas con los consejos del gurú ecuatoriano.
En el entorno de Macri aseguran que el consultor intentó reunirse con él el año pasado, sin éxito. “Mauricio dejó de darle pelota”, subrayan. Sí tuvo al menos un encuentro con Patricia Bullrich, la precandidata del sector halcón del PRO. Fue antes de fines del 2022. No volvieron a frecuentarse. La estrategia de comunicación de la ex ministra de Seguridad es manejada por Derek Hampton.
Alejado de Macri -entre sus colaboradores deslizan que algunas de las decisiones políticas de Rodríguez Larreta de estos meses con las que se enfrentó con su mentor fueron ideadas por él-, el ecuatoriano está abocado casi a tiempo completo en el país a la campaña del jefe de Gobierno junto a su socio Santiago Nieto. “Los gordos” los llaman con simpatía en el larretismo.
En la sede porteña de la calle Uspallata dicen que el consultor no es el principal estratega. Que es uno más en la larga lista de colegas, analistas, operadores, encuestadores y hasta familiares que orbitan en el universo larretista. “Horacio no tiene una mesa chica única, son varias”, explicaron. Alguna vez, uno de los dirigentes más importantes del PRO definió al espacio como una “mueblería, por la cantidad de mesas”.
Te puede interesar: El anuncio de Cristina Kirchner deja a Sergio Massa en la encrucijada para definir o no su candidatura
Lo cierto es que en ese esquema radial del jefe de Gobierno, Federico Di Benedetto, secretario de Comunicación porteño, es el colaborador más relevante, el dueño de toda la estrategia de campaña que, con los años, se convirtió en una pieza clave del precandidato con acceso a buena parte de su intimidad. Dicen en la Ciudad que no tiene, sin embargo, la influencia sobre Rodríguez Larreta que Marcos Peña ejercía por ejemplo sobre Macri. Hay quienes no creen lo mismo. Lo cierto es que tiene un acceso al precandidato que muy pocos tienen.
En el esquema de Durán Barba -en la Ciudad, por caso, suele recibir a dirigentes y colaboradores en su departamento de la Recoleta-, Roberto Zapata, “el doc”, es fundamental: se encarga de los focus groups que delinean la estrategia de campaña. Zapata está por estos días en el país, a cargo de decenas de esos estudios cualitativos a lo largo de todo el país. Según publicó Jorge Liotti en el diario La Nación, el larretismo mandó a encargar ocho decenas.
Rodríguez Larreta y sus estrategas son fanáticos de las encuestas y los focus. Cualquier movimiento, político o mediático, tiene que estar avalado científicamente. Casi que no prima la autenticidad.
Hasta la pareja del jefe de Gobierno, Milagros Maylin, quiso conversar en su momento con el consultor ecuatoriano. Lo hizo en más de una oportunidad. Así lo confirmaron cerca de la ex funcionaria. Dicen que no recibe asesoramiento del gurú, pero que sí lo vio varias veces.
Ahora, Rodríguez Larreta enfrenta una disyuntiva: debe decidir, de cara a las PASO de agosto, qué estilo adoptará para el grueso de la campaña. Según trascendió, los resultados de los últimos estudios focales lo convencieron de plantarse con mayor agresividad frente al electorado. Pero se debate constantemente con la moderación que pregona desde hace tiempo frente a la dureza que presenta su contrincante partidaria.
Es una hoja de ruta en la que trabaja Di Benedetto y el consultor ecuatoriano. Pero también colaboradores, operadores y profesionales: desde el publicista Carlos Pérez y Guillermo Seita hasta Emmanuel Ferrario y el hermano del jefe de Gobierno. Son solo algunos.
En la trayectoria política de Macri, Durán Barba fue medular. Junto a su socio Nieto, terminó de convencer al entonces jefe de Gobierno -hicieron una videoconferencia durante una gira de éste por Asia- de que pelear ese año por la Presidencia era prácticamente un suicidio político y que debía, como finalmente hizo, ser reelecto en la Ciudad. “Es imposible ganarle a una viuda”, le aconsejó entonces el ecuatoriano en obvia alusión a Cristina Kirchner y la muerte de su marido ex presidente.
En el 2015, el consultor le aseguró a Macri que no era buena idea acordar con Sergio Massa, a contramano de los pedidos desesperados del círculo rojo. El ex presidente ganó las elecciones, la cucarda más importante del gurú. En el 2019, Durán Barba insistió en la intimidad de Olivos, horas antes de las PASO, que las encuestas pronosticaban un virtual empate técnico con el kirchnerismo que había sorprendido con la candidatura de Alberto Fernández. Macri perdió las primarias por 15 puntos. Esa noche, en Costa Salguero, hubo gritos, llantos y escenas de máxima tensión. Y una desolación nunca antes vista en el búnker del PRO. Fue el principio del fin de un vínculo histórico, heredado luego por Rodríguez Larreta.
Seguir leyendo: