Ocho años después del escándalo conocido como FIFA Gate, Alejandro Burzaco, el ex CEO de Torneos, fue condenado en los Estados Unidos por los sobornos que pagó durante años a varios dirigentes del mundo del fútbol. Sin embargo, no irá a la cárcel.
Durante la última audiencia donde se conoció el veredicto, los fiscales dijeron que el público sólo vio una parte de los años de cooperación de Burzaco con los agentes federales, y que él proporcionó más información que cualquier otra fuente. Así lo reveló la periodista Nina Pullano en un artículo publicado en Courthouse News Service, un servicio informativo que se centra principalmente en litigios civiles en los Estados Unidos.
Burzaco se había declarado culpable en noviembre de 2015 y desde entonces colaboró con la investigación y reveló los detalles de la matriz de corrupción dentro de la FIFA y la Conmebol. La jueza Pamela Chen tuvo en cuenta la cantidad de datos que aportó como testigo protegido y le dio el beneficio de no ir a la cárcel. Para la Justicia local se denomina “time served” (tiempo cumplido).
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El ex directivo de Torneos y Competencias, de 58 años, testificó durante 11 días contra dos ex directivos de Fox. “El viernes en el Tribunal estuvieron sus cuatro hijos. Otros familiares se sentaron en primera fila. Todos se abrazaron entre lágrimas tras la sentencia. En la sala también estuvieron presentes antiguos fiscales que apoyaban a Burzaco”, describió Pullano en su artículo.
Tanto los fiscales como la propia juez Chen, fueron efusivos al describir a Burzaco como el eje del caso que condujo a múltiples condenas y a unas dos docenas de declaraciones públicas de culpabilidad”. Tanto es así que el escándalo derribó al ex presidente de la FIFA Joseph Blatter, que durante 17 años supervisó el organismo rector del fútbol internacional. “Creo que su cooperación ha sido nada menos que impresionante”, afirmó Cheny y agregó: “Creo que ha sido un ejemplo no sólo para su familia, sino para el mundo, de hacer lo correcto”.
Entre sus argumentos, la jueza señaló que para Burzaco hubiera sido fácil esconderse en Argentina y evitar la extradición, como ocurrió con otros acusados. En cambio, Chen destacó que se entregó a las autoridades en Italia (en 2015) y luego se trasladó hasta la ciudad de Nueva York para comenzar a colaborar con los agentes del FBI.
La jueza Chen elogió también el trabajo voluntario de Burzaco en un comedor comunitario y su compromiso de denunciar los delitos que presenció, incluido un intento de robo de bicicletas que Burzaco detuvo, y la denuncia de un búnker de drogas en Washington Square Park, en el sur de Manhattan.
Los testimonios de Burzaco provocaron una serie de amenazas contra él y su familia. Así fue que se tomaron medidas preventivas y tras su comparecencia inicial en Brooklyn, el testigo nunca entró en el tribunal por la puerta principal. Sus abogados estimaron que es posible que nunca pueda regresar a Argentina. “En resumen, su decisión de cooperar le ha cambiado la vida. Pero él... lo ha aprovechado al máximo”, resaltó la jueza durante la audiencia.
Burzaco pidió disculpas a los clubes de fútbol, a los jugadores, a los hinchas, al tribunal y a los fiscales durante sus últimas palabras. “Pude haber decidido alejarme, pude haber decidido hacer sonar el silbato yo mismo. ... No lo hice, y me avergoncé. Sigo avergonzado. No hay excusas para lo que hice”, recoge el artículo publicado por Pullano.
La jueza no impuso la libertad vigilada ni multa. Pero Burzaco tuvo que renunciar a 21,7 millones de dólares como parte de su declaración de culpabilidad. Y las víctimas institucionales, incluida la propia FIFA, no solicitan restitución. Ese dinero formaba parte de los 201 millones de dólares que los Estados Unidos remitió a esas partes.
“Su Señoría, le prometo que he aprendido esta dura lección y que cumpliré con la ley el resto de mi vida”, dijo Burzaco, y añadió: “Confío en el sistema judicial de Estados Unidos. Su señoría, aceptaré su sentencia con gracia y dignidad. Lo siento mucho”.
Para que otros como Burzaco pudieran denunciar, dijo Chen, era “importante, casi necesario” no condenarle a ninguna pena de prisión. Sus declaraciones ante el tribunal hicieron que la jueza diera un paso atrás y se sintiera orgullosa del sistema judicial estadounidense, que calificó de “el mejor del mundo”. “Mientras usted hablaba, señor Burzaco, me sentí privilegiada y orgullosa de participar en ello”, enfatizó Chen.
La fiscal adjunta Kristin Mace fue igual de efusiva en su descripción al hablar de la cooperación de Burzaco. Otros miembros del sector sabían tanto como Burzaco, pero no se presentaron. “No hay duda de que después del testimonio del Sr. Burzaco en 2017, la industria del fútbol cambió para siempre”, dijo Mace y añadió: “El señor Burzaco se ha ganado el profundo y genuino respeto del gobierno de Estados Unidos”.
Finalmente, los abogados de Burzaco elogiaron los esfuerzos judiciales para acabar con los funcionarios corruptos relacionados con el esquema de sobornos de la FIFA. James Walden dijo que la investigación hace que quienes estén considerando participar en una actividad de ese tipo “miren por encima del hombro para ver si ‘el Tío Sam’ está a la vuelta de la esquina”.
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