La encuesta que utilizaron Luis Juez y Rodrigo de Loredo para dirimir la candidatura a gobernador de Córdoba se convirtió por estas horas en un ejemplo modelo para resolver la disputa del PRO en la ciudad de Buenos Aires. En aquel entonces, los responsables del sondeo fueron Francisco Venturini y Rodrigo Vega, quienes anunciaron un “empate técnico”. Según resaltaron los organizadores en diálogo con Infobae, lo más importante es que exista un acuerdo político previo entre los postulantes, en este caso, Jorge Macri y Fernán Quirós.
La encuesta que encargaron en Córdoba estaba integrada por dos consultores de extrema confianza de cada candidato. En el caso de Juez fue Vega y, por parte de De Loredo, Venturini. Ambos midieron variables como la intención de voto, escenarios, imágenes y potencialidades para evaluar la competitividad de los postulantes. Lo llamativo fue que el resultado: “empate técnico”, con una diferencia de apenas un punto. Sin embargo, el presidente del bloque de Evolución en la Cámara de Diputados, se bajó de la pelea y luego anunció que iría por la Intendencia de la ciudad capital.
Es por eso que los responsables del sondeo resaltan la necesidad de que exista un acuerdo político previo, sobre todo en dos puntos: si será vinculante o no vinculante y cuál va a ser la diferencia que se tolerará para aceptar el triunfo o derrota.
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“En Córdoba primó el gesto político cuando De Loredo se bajó. En la democracia es importante que el pierde acepte la voluntad, es la característica fundamental para que se acate el acuerdo”, resaltaron desde el equipo responsable del estudio.
La incógnita por estas horas es qué tipo de acuerdo hicieron en el PRO. Es que la ciudad de Buenos Aires es el bastión del partido amarillo y enfrente tienen a Martín Lousteau como contrincante en las próximas PASO. Es por eso que Horacio Rodríguez Larreta había resaltado la necesidad de tener a un único candidato porteño y, de este modo, no dividir los votos.
Detrás de las figuras de Jorge Macri y Quirós está la interna feroz de Patricia Bullrich y Rodríguez Larreta. No es el mismo caso que el de Córdoba donde Juntos por el Cambio pelea por derrotar al peronismo y, además, ni Juez ni De Loredo lograron tener un apoyo real de las figuras nacionales en la pelea por las candidaturas. De hecho, en reiteradas oportunidades, el líder del Frente Cívico protestó por las visitas y fotos que se tomaban los dirigentes que viajaban a la provincia con Juan Schiaretti. El caso porteño es distinto. Se juegan otras fichas al tratarse de un oficialismo y de un territorio que influye en la elección por llegar a la Casa Rosada.
“El PRO es un partido moderno y pragmático, seguramente llegarán a un acuerdo político que será valioso para resolver la interna”, resaltó Venturini en diálogo con este medio pese a las dificultades y diferencias que presenta el caso.
El caso Córdoba
En un principio, Evolución reclamaba la firma de un reglamento que los obligara a ambos candidatos a ir a una interna abierta no obligatoria. De Loredo consideraba que contaba con tiempo para crecer en las encuestas y pelear por la gobernación. En cambio, en el Frente Cívico creían que no había tiempo que perder y que Juntos por el Cambio ya debía tener el candidato consensuado en Córdoba para enfrentar al peronismo. “Si no estamos juntos no hay chances de ganar. El objetivo es armar el mejor equipo”, resaltaba Juez.
Finalmente, ante la presión del PRO y la Coalición Cívica, De Loredo cedió y acepto dirimir la interna con una encuesta. Durante una reunión que tuvieron en el Congreso a fines de febrero, establecieron las pautas y términos en los que se realizaría la medición.
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“A partir de los datos obtenidos, no se puede dictaminar ni ser concluyente sobre la definición del candidato a gobernador de la provincia de Córdoba”, informaron a mediados de marzo cuando tuvieron el resultado del trabajo realizado por Vega y Venturini. Además, habían asegurado que los números eran “muy estrechos en escenarios electorales, imágenes y potencialidad de voto entre los precandidatos, que no superan el margen de error del 2,6% para un nivel de confianza del 95%, están en una situación de empate técnico”.
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