(Enviado especial a La Pampa) Sergio Ziliotto (60) es un hombre cansino y perfil bajo. Habla despacio y pausado, así como parece el tiempo en La Pampa, provincia que gobierna desde el 2019. Este domingo, el oriundo de General Pico plebiscitará su gestión y buscará la reelección con un doble desafío: mantener la hegemonía peronista y convertirse en el nombre fuerte del Partido Justicialista pampeano.
Según los sondeos de las semanas previas a la elección, el gobernador aparece como favorito para la elección de mañana. Su principal contrincante será Martín Berhongaray, diputado nacional de Evolución Radical, espacio que lidera Martín Lousteau, y representante de Juntos por el Cambio (JxC).
La Pampa está bajo el control del peronismo desde la vuelta a la democracia. Elección tras elección, el PJ pampeano ratificó su invicto. Ziliotto es parte del justicialismo local desde su juventud. Su carrera política empezó y creció bajo el auspicio de Carlos Verna, ex gobernador y caudillo indiscutido del oficialismo provincial. No obstante, después de su primer mandato, el actual mandatario conoce que si este domingo corona, podrá posicionarse como el referente político de su territorio y consolidar el “ziliottismo”.
Nacido en Pico, la segunda ciudad más relevante de la provincia, Ziliotto se mudó se mudó a Santa Rosa, la ciudad capital y distrito más poblado de La Pampa, cuando finalizó el secundario. Allí se instaló, comenzó sus estudios en la universidad y, en el seno universitario, sus primeros pasos en la política.
En pleno menemismo, Ziliotto ingresó a la administración pública y, desde entonces, nunca más abandonó la vida política. A lo largo de su carrera como funcionario, fue director de Transporte, asesor en la Cámara de Senadores de la Nación, subsecretario de Política Social y, durante la gobernación de Verna, ministro de Bienestar Social, cargo que ejerció entre el 2006 y el 2007. Ziliotto aprendió cómo funciona el poder al lado del ex gobernador y caudillo pampeano. Y fue bajo su venia política que en 2015 logró integrar la lista de candidatos a diputados nacionales por su provincia y obtuvo una banca en la Cámara de Diputados de la Nación.
Durante su paso por la Cámara Baja, el gobernador subió su perfil público en 2018, cuando se debatía el proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. Los legisladores pampeanos del peronismo mantuvieron la intriga sobre su voto casi hasta el final de una sesión maratónica e histórica. Ziliotto movió sus fichas y logró convencer a sus colegas pampeanos para votar a favor. Esa jugada fue clave para que el proyecto tuviera media sanción. Su nombre desfiló aquella mañana en todos los diarios y medios de comunicación nacionales y de su provincia. Fue, sin dudas, un envión en su carrera hacia la gobernación.
En el ocaso de su último mandato, Verna anunció que se alejaría del poder para ocuparse de su salud. Comunicó que estaba lidiando con un cáncer y necesitaba abocarse al tratamiento pertinente. Comenzó la danza de nombres para suceder al jefe político de La Pampa. Pero pronto, Ziliotto ganó la pulseada y fue el ungido para reemplazar a su padrino político. El dirigente logró un triunfo cómodo en las elecciones de 2019. Se impuso con el 52 por ciento de los votos contra el radical Daniel Kroneberger, dirigente radical de la provincia que compitió con el sello de JxC.
A poco de andar su gestión provincial, Ziliotto saltó a la plana nacional cuando profirió su ya célebre frase: “A la Argentina que trabaja le sobran muchos porteños”. Tuvo respaldo de otros gobernadores peronistas del interior y generó debate en medios de llegada nacional. Es que el actual gobernador cultiva un bajo perfil político en el mapa federal. Si bien es uno de los mandatarios provinciales que se mantuvo alineado al presidente Alberto Fernández, transitó sus días enfocado en la política local y evitó embarrarse con la arena federal.
En sus años frente al gobierno pampeano, Ziliotto no pudo despegarse de la influencia de Verna y su séquito. Quienes lo frecuentan deslizan que tampoco estuvo en sus planes al principio. El actual mandatario y el ex gobernador se conocen hace 30 años, tienen una relación personal y política -que no ha estado exenta de matices y algunos roces-.
De hecho, en abril de 2020, Verna cruzó al propio jefe de Estado para achacarle un reclamo de gestión. “El presidente Alberto Fernández defaulteó la deuda de bonos de legislación nacional, excepto los de Portezuelo del Viento. Antes nos cagaba Mauricio Macri, ahora nos cagó un compañero”, tuiteó por entonces el ex gobernador. Fue una movida que desató un escándalo entre la provincia y la Casa Rosada.
Portezuelo del Viento es una represa que nace en Mendoza, atraviesa varias provincias -entre ellas La Pampa- y desemboca en el Atlántico. La provincia había presentado una demanda en la Corte Suprema en la que rechazaba la obra. En medio de esa polémica, Ziliotto tuvo que salir paños fríos para cuidar el vínculo político con Balcarce 50: “Portezuelo del Viento no es prioritario para La Pampa. Hoy estamos preocupados por la salud de los pampeanos”, aclaró luego el mandatario.
Al día de hoy, el vernismo conserva poder territorial en La Pampa. Especialmente en General Pico, donde nació el caudillo del PJ, y en algunos distritos del norte provincial. Sin embargo, su situación de salud lo obligó a bajar su actividad política y sus apariciones públicas en los últimos años y perdió cierta influencia.
Si bien Ziliotto es el favorito para el comicio de mañana, JxC se esperanza con hacer una elección “competitiva”. Berhongaray viene con el envión de haber ganado las PASO en febrero, contra el diputado nacional del PRO, Martín Maquieyra. Luego de la interna, ambos referentes de JxC trabajaron unidos para llegar con mayor fortaleza a la elección de este domingo. A ellos se sumó Kroneberger. El senador nacional había sido clave en la elección legislativa de 2021, cuando la oposición se impuso al Frente de Todos. En el verano, el referente de la UCR decidió bajarse a último de la pelea por la gobernación y acompañó al diputado radical.
Berhongaray cuenta con el respaldo de la plana mayor de JxC. Especialmente de Martín Lousteau, líder de Evolución Radical, espacio del que el pampeano forma parte en la Cámara Baja. El ex ministro de Economía estuvo el jueves en La Pampa, en el cierre de campaña, para apuntalar a su candidato. “Cuándo uno sirve a su pueblo elimina los privilegios y los gastos inútiles y eso es imposible hacerlo si no hay conocimiento, capacidad de gestión y decencia y acá en La Pampa hay candidatos como Berhongaray que tienen esa tres cualidades”, lo elogió Lousteau durante el acto del jueves.
Mientras tanto, Ziliotto apuesta en esta contienda electoral a sostener la hegemonía peronista y, así, abrir paso a una nueva etapa política, bajo su conducción política, despegada del vernismo. En la Casa Rosada seguirán de cerca la elección provincial. Se trata de un bastión peronista y, en plena crisis política y económica, el Frente de Todos no dudará en sumarse a los festejos pampeanos.
Sobre todo luego del fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que suspendió las elecciones de Tucumán y San Juan. Eran dos provincias donde el Gobierno también esperaba festejar. Por eso, La Pampa cobra relevancia. El dato que da prueba de eso es que si se confirma la victoria del peronismo, Alberto Fernández tiene previsto viajar el lunes a la provincia. Si eso sucede, el gobernador sumará a su trayectoria pública una foto clave para consolidarse como el jefe político de su provincia: con los dedos en “V”, junto al presidente de la Nación, celebrando su reelección.
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