En los últimos tres días Sergio Massa hizo hincapié en la estrategia electoral del Frente de Todos. Expresó, en tres oportunidades consecutivas, que el peronismo no debería tener una PASO. Entiende que exponer las diferencias en unas elecciones primarias sería un error y que no se debería perder el tiempo en “internas estériles que solo resuelven vanidades políticas”.
Su última aparición pública fue ayer durante la presentación de un paquete de medidas para el sector agropecuario. “No nos entra un quilombo más, necesitamos orden político para que haya orden económico”, indicó el ministro, que se corrió por un instante del discurso económico para embarcarse en la discusión electoral.
Un importante dirigente del Frente Renovador definió la postura de Massa en una frase que podría convertirse en slogan: “Si hay unidad, no hay PASO”. La búsqueda de un candidato de consenso por parte del massismo se hizo pública en la voz de su líder, que aparece en el Frente de Todos como la principal opción para ser ese candidato de unidad que tanto en anhelan en el kirchnerismo.
El titular del Palacio de Hacienda no solo cree que la unidad detrás de un nombre propio es la mejor opción, sino que entiende que un proceso de primarias derivaría en una expresión furiosa de la interna que ya atraviesa a la coalición y que ese clima perjudicaría su gestión económica. Anclado en el pasado siempre está la interna que protagonizaron Aníbal Fernández y Julián Domínguez cuando fueron candidatos a gobernar la provincia de Buenos Aires en el 2015.
“Con las PASO pones al Gobierno durante 90 días en una pelea. Dividido. Y dejas de gobernar”, le blanqueó a Massa a un funcionario muy cercano hace pocos días. El ministro entiende que las primarias, lejos de ayudar a ordenar al espacio político, tendrían un impacto negativo en la gestión de gobierno y en la competencia electoral. Con el cierre de listas cada vez más cerca, el ministro de Economía empezó a jugar en el tablero electoral con más fuerza.
A esa postura ayer se sumó Andrés “Cuervo” Larroque, uno de los dirigentes con más peso en el círculo político de Cristina Kirchner y militante del operativo clamor para que la Vicepresidenta compita para volver a la Casa Rosada. “En un momento de tanta dificultad, si tenemos claro el programa y la conformación del espacio político, lo mejor es ir con una propuesta de consenso que muestre unidad y exprese un liderazgo con asidero”, sostuvo.
Hasta hace poco tiempo el ministro bonaerense consideraba que las PASO eran una buena opción para resolver las diferencias internas que había en la coalición. Su postura ahora se alineó a la que hizo pública Massa. En Balcarce 50 aseguran que las expresiones del ministro no sorprenden porque en privado ya le había hecho saber a Alberto Fernández que las PASO no le parecían la mejor opción.
Eduardo “Wado” de Pedro piensa que en el caso de que no haya un acuerdo, las elecciones primarias pueden ser una opción para resolver las diferencias internas. Al igual que otros dirigentes del kirchnerismo, como es el caso del senador Oscar Parrilli, mano derecha de CFK en la Cámara alta, dejan la puerta abierta a la negociación de un candidato único.
En los hechos, el kirchnerismo baraja dos opciones de cara a las elecciones. En ambos casos proyectan un esquema de unidad detrás de un candidato. La mejor opción para ellos sería una candidatura presidencial de Cristina Kirchner. La segunda mejor opción sería que el candidato de la unidad sea Sergio Massa.
Frente a ese escenario, Alberto Fernández no está encarnizado en sostener las PASO a cualquier precio, como algunos dirigentes del kirchnerismo advierten. Entienden que sería la mejor forma de dirimir las candidaturas, pero no le cierra la puerta a la negociación para encontrar un solo nombre que represente al Frente de Todos.
“Alberto tiene la idea de las PASO, pero no da la vida por las PASO. No es PASO o muerte”, aseguró un funcionario nacional muy cercano al Presidente. En el entorno del mandatario sostienen que si hay una figura del peronismo sobre la que haya un acuerdo de todos los sectores, no habrá problema de buscar un acuerdo político que sostenga esa candidatura.
Lo cierto es que Fernández no ve un candidato de consenso. No cree que Massa o algún otro dirigente pueda ser el único candidato. Ni siquiera Daniel Scioli, el más cercano de los precandidatos presidenciales, que tiene el respaldo de algunos de los funcionarios de su círculo político. El Jefe de Estado no va a inclinar la cancha para ninguno de los candidatos. Al menos en público. Será prescindente.
En la Casa Rosada buscan bajarle la tensión a la discusión que hay en el peronismo, a la luz del día, sobre la estrategia electoral. Consideran que todos los sectores quieren llegar al mismo destino y que lo único que está expuesto son diferencias sobre el camino que deben transitar. Diferente es la postura que hay en otros sectores del Gobierno donde ven extraño que un ministro diga exactamente lo contrario al Presidente. Un hecho normal en un Gobierno disociado y fracturado.
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