Sergio Massa recibió este martes la invitación formal a participar de la reunión convocada por el banco de los BRICS en la que entre los puntos trascendentales para la Argentina se tratará la modificación de un artículo del estatuto de la institución financiera que permita avanzar con el compromiso asumido por Lula Da Silva con el Gobierno de Alberto Fernández de prefinanciar las importaciones de Brasil. El encuentro será clave para el ministro de Economía en su objetivo de fortalecer las reservas del Banco Central.
El New Development Bank y el Gobierno de la República Popular de China convocaron a Massa a asistir a la octava reunión anual del banco de los BRICS, que se llevará a cabo los días 30 y 31 de mayo en la sede del NDB en Shanghái, y que congregará a los ministros de finanzas de los países miembros, representantes de gobiernos nacionales y organismos internacionales, banqueros, líderes empresariales y representantes de organizaciones de la sociedad civil.
“El desarrollo mundial se enfrenta a retos cada vez mayores, como el debilitamiento del crecimiento económico, el aumento de la volatilidad de los mercados financieros, el recrudecimiento de las tensiones geopolíticas, la fragmentación de las redes comerciales y el deterioro de las perspectivas climáticas. El mundo está experimentando grandes cambios que no se veían desde hace un siglo”, advirtió el NBD en la misiva que recibió Massa.
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Bajo el lema “Dar forma a una nueva era para el desarrollo global” el NBD llevará a cabo la octava reunión anual en la que se debatirá como la institución financiera “puede mejorar su rol en la conexión de los BRICS y otros mercados emergentes y economías en desarrollo para trabajar colectivamente por esa nueva era de desarrollo global”, concluye la carta firmada por la presidenta del New Development Bank, Dilma Rousseff, y por el ministro de Finanzas chino, Kun Liu, quien también ejerce la conducción de la junta de gobiernos del NDB.
Aquí es donde Massa juega su papel fundamental en la misión de robustecer al Banco Central frente a la escases de dólares, donde Brasil sale al rescate de su principal socio comercial de la región y donde China teje sus alianzas en pos del interés geopolítico que mantiene en América Latina.
En la visita a Brasilia que hicieron la semana pasada Massa y Alberto Fernández, Lula prometió que arbitrará un mecanismo de prefinanciación de exportaciones a la Argentina que permitirá al BCRA proteger sus reservas. Argentina no debería disponer de sus dólares para financiar las importaciones de Brasil, sino que se establecería un sistema de compensación y las transacciones se harían en monedas locales.
El plan cuenta con dos obstáculos. El primero: Lula debe contar con el respaldo de los empresarios de Brasil y con el voto mayoritario de la Cámara de Senadores. El segundo: que el banco de los BRICS funcione como garante financiero de las importaciones de Brasil a la Argentina.
Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica integran el foro multilateral. Argentina no es parte, y el New Development Bank cuenta con un fondo contingente para crisis cambiarias que solo pueden utilizar los socios plenos. Lo establece el artículo 7° del estatuto del banco, el cual estará en discusión en el encuentro al que asistirá Massa en Shanghái. Lula abrió el canal de diálogo con Xi Jinping para que el fondo de contingencia pueda ser utilizado para asistir a la Argentina y el líder chino envió a su canciller Qin Gang a reunirse con Dilma Rousseff para avanzar en la asistencia financiera al Gobierno de Alberto Fernández.
Tal como relató el periodista Román Lejtman la semana pasada en Infobae, mientras se encontraba con la delegación argentina Lula se comunicó telefónicamente con Dilma y le planteó la propuesta. La titular del NDB explicó que para modificar el artículo en cuestión se requiere del consentimiento de los ministros de Economía de los países que integran los BRICS.
Da Silva le adelantó a Alberto Fernández que enviará a Shanghái a su ministro de Finanzas, Fernando Haddad, para tramitar la modificación del estatuto en la reunión prevista para los últimos días de mayo.
Si el plan que liderarán Massa y su par de Brasil llega a buen puerto, las reservas del Banco Central podrían sumar una cifra cercana a los 6.000 millones de dólares que permitiría estar menos condicionado para financiar otras importaciones y tendría con que hacer frente a eventuales nuevas corridas.
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