Los miembros de la “mesa de diálogo permanente” del PRO no pudieron superar sus profundas diferencias entre el eje Mauricio Macri-Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta, pero hubo una noticia positiva: pese a algunos cruces y reproches, en la reunión que se realizó este lunes en Palermo tampoco se agravó el enfrentamiento. Los 8 dirigentes incluso alcanzaron un primer acuerdo: explorar una solución consensuada para la interna porteña que impida la guerra entre las dos fracciones. ¿Se viene un encuentro entre Macri, Bullrich y Larreta para hacer el último intento de una tregua?
La posibilidad de una “minicumbre” del PRO quedó esbozada cuando se planteó la pelea de la ciudad de Buenos Aires: tras reiterar que quiere un candidato único del partido para la Jefatura de Gobierno, Rodríguez Larreta pidió que las tratativas sean encaradas “en un espacio más reducido”, algo que se interpretó como una forma de evitar que en las negociaciones se mezclen otros intereses. Por eso surgió la especulación de que las charlas deberían quedar en manos de Macri, Bullrich y Larreta.
A partir de ese primer acuerdo, hay quienes imaginan que de esta instancia decisiva surgiría el pedido a María Eugenia Vidal para que se convierta en candidata de la unidad en el PRO porteño y eludir de esta manera que la competencia entre Jorge Macri y Fernán Quirós termine beneficiando en las PASO al radical Martín Lousteau. En el vidalismo lo niegan: “María Eugenia quedó lejos de ese escenario”.
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Este lunes, los 8 referentes del PRO acordaron que se reunirán cada 15 días para tratar de avanzar en definiciones comunes sobre estrategia electoral y candidaturas. Quedó en claro que recién cuando puedan salir del laberinto porteño intentarán hacer lo mismo en la provincia de Buenos Aires. Por eso se habló muy poco de los dilemas del partido en el territorio bonaerense, donde el PRO tiene nada menos que 5 candidatos a gobernador: el larretista Diego Santilli, el vidalista-bullrichista Cristian Ritondo y los bullrichistas Néstor Grindetti, Joaquín de la Torre y Javier Iguacel.
Sin embargo, en el PRO hay dirigentes que opinan que el tablero de la provincia ya está definido. Larreta y Bullrich llevarán en sus boletas su propio candidato a gobernador y habrá intendentes que serán neutrales en la disputa interna y otros que se jugarán por algún presidenciable. Ejemplos: en San Miguel, donde es fuerte De la Torre y, por ende, Bullrich, el larretismo tendrá su candidato a jefe comunal; en Olavarría, al intendente Ezequiel Galli, alineado con el jefe de Gobierno, le dará pelea un postulante alineado con el bullrichismo, mientras que Guillermo Montenegro, intendente de General Pueyrredón, competirá por su reelección con el apoyo de los dos candidatos presidenciales.
La presión de algunos intendentes del PRO para que haya un candidato único a gobernador es hoy un objetivo complicado. Sería la salida lógica para disputarle a Axel Kicillof en mejores condiciones la provincia, pero Larreta y Bullrich apuestan a la exclusividad de su máximo postulante provincial.
Salir de la encerrona porteña es todavía más difícil. Con Vidal en un cono de sombras como una candidata de consenso entre todos, el tándem macrista-bullrichista se abroqueló alrededor de Jorge Macri y el larretismo está apostando todas sus fichas para robustecer la campaña de Quirós. La foto de casi todo el gabinete de la ciudad alrededor del ministro de Salud es un mensaje claro para el ex presidente. Y un desafío que Macri sólo puede interpretar hoy como un gesto de endurecimiento.
En la reunión de Palermo, la segunda de esta “mesa de diálogo permanente”, también se hizo un repaso de los resultados electorales del domingo pasado, en Jujuy, Misiones y La Rioja, pero se puso en la mira la tanda de comicios que vienen: San Juan, Tucumán, Salta, La Pampa y Tierra del Fuego.
También apareció en las conversaciones el sorpresivo cierre de listas en Córdoba, donde el titular del PRO, Javier Pretto, cerró un acuerdo con el PJ para secundar a Martín Llaryora, candidato del gobernador Juan Schiaretti, en la fórmula para la intendencia de la capital provincial. Bullrich anunció que viajará este martes a la provincia para apuntalar la postulación a gobernador de Luis Juez.
Sobre José Luis Espert, hubo ánimo de catarsis ante el gesto del economista liberal de compartir en Twitter un artículo en el que comparaba las denuncias de corrupción entre Julio de Vido, Cristina Kirchner y Mauricio Macri. El diputado de Avanza Libertad borró casi de inmediato el tuit, algo que para el PRO puso en evidencia la “imprudencia” de su actitud en medio de las negociaciones para incorporarse a Juntos por el Cambio. Para los “halcones” fue algo imperdonable, pero sobre todo porque sospechan que Rodríguez Larreta es el que fogonea la candidatura presidencial de Espert para sacarle votos a Bullrich en las PASO. En el encuentro de este lunes, los líderes del PRO ratificaron que buscan ampliar JxC y que primero hablarán con Espert para saber qué candidatura tiene en mente.
Aun así, bajó la espuma del conflicto: el sector duro del PRO no el exigiría a Espert ninguna disculpa pública por haber equiparado a Macri con Cristina Kirchner y De Vido. Tras la reunión de Palermo, el titular del PRO, Federico Angelini, alineado con Macri y Bullrich, se mostró contemporizador. “No hay dudas de la unidad del PRO y de Juntos por el Cambio, y conceptualmente estamos a favor de ampliarnos”, dijo a los periodistas. Y descartó que esperen un pedido de disculpas por parte del diputado liberal: “No, la verdad es que nosotros no vamos a pedirle nada de ese tipo de cosas a Espert”. Aunque enseguida agregó: “Si él hizo algún comentario, debería aclararlo”.
Puede ser un alivio para todo JxC: la figura de Espert es parte de una jugada para captar votos liberales y frenar el drenaje de respaldos a Javier Milei que registran las encuestas. Hoy, nadie duda de que el diputado de Avanza Libertad debe sumarse a la coalición opositora. Lo que falta definir no es poco: si será candidato presidencial, como propone Larreta, o a gobernador, como quiere Bullrich.
Los 8 líderes del PRO (Macri, Larreta, Bullrich, Vidal, Angelini, Ritondo, Santilli y Fernando de Andreis) fueron muy herméticos sobre los resultados concretos de la reunión cumbre. Pareció lógico: el ex presidente planteó a sus colegas que bajaran los decibeles de la pelea, al menos ante los medios. Todos coincidieron en que las disputas internas son presentadas públicamente como si fueran una guerra cuando en realidad son parte de las diferencias propias de una competencia electoral. Casi quedó planteado como un enfoque sesgado de la interna del PRO por parte de los periodistas.
“La reunión fue excelente” y “Queremos bajar las tensiones y el ejercicio de las reuniones lo va a lograr” fueron dos de las frases transmitidas en voz baja a los medios por los dirigentes opositores. Dentro de 15 días, se verá si el nuevo encuentro llega con algo más que un acuerdo para explorar una salida a la interna porteña. O una semana antes habrá pistas al respecto cuando vuelvan a verse los miembros de una “mesa de contención”, como sucedió la semana pasada, que preparan el terreno para que los 8 dirigentes del PRO deliberen con menos fricciones de por medio.
Quizá la solución a este enfrentamiento tan difícil de superar llegue con herramientas inesperadas como la utilizada en el cierre de listas de la oposición en Córdoba, donde el candidato a intendente de la localidad de Malagueño se definió a cara o cruz con una moneda. Aunque con la suerte esquiva (o mala praxis) del PRO nacional en materia de resolución de conflictos, es probable que si Macri, Larreta, Bullrich y Vidal tiraran una moneda para resolver las máximas postulaciones, caiga de canto.
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