“Ya se van a encontrar, obvio. Sino, no se hubiera bajado de la candidatura”. Esa fue la respuesta de un funcionario con despacho en la Casa Rosada y muy cercano a Alberto Fernández ante una consulta, ayer por la tarde, sobre la posibilidad de que el Presidente acepte participar de un encuentro con Cristina Kirchner, a pesar de la distancia política que se arrastra y profundiza, progresivamente, desde hace más de dos años. Se trata de un reclamo que vienen planteando distintos dirigentes nacionales a sus líderes de cara al cierre de listas para las PASO, previstas para dentro de ocho semanas, y que hasta ahora no tuvo respuesta.
Desde la órbita del primer mandatario, inclusive, aseguraron que estaría dispuesto a discutir sobre la conveniencia de que las candidaturas del Frente de Todos para las elecciones generales se diriman en las Primarias, su principal reclamo político en la interna.
Los líderes de la coalición oficialista no se ven en persona desde la Asamblea Legislativa, y no se reunieron ni fijaron fecha para definir, cara a cara, una estrategia para las próximas elecciones. El Presidente viene insistiendo fervientemente en que la mejor manera de decidir quiénes competirán en los comicios del 13 de agosto son las PASO. Mientras La Cámpora, si bien mostró cierta aceptación, aún brega por un acuerdo para llevar boletas unificadas en la Nación y en la provincia y ciudad de Buenos Aires.
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Cristina Kirchner evita pronunciarse con claridad sobre su perspectiva sobre la mejor forma de elegir a los candidatos. El jueves pasado se esperaba alguna definición sobre ese tema, o sobre sus preferencias ante la oferta de dirigentes que expresan sus intenciones de competir: el ministro de Economía, Sergio Massa; el embajador en Brasil, Daniel Scioli; y el titular de Interior, Eduardo “Wado” de Pedro. Pero la vicepresidenta se limitó a pedir que haya “debate” y “discusión”, sin aclarar si se refería al ámbito privado, con vistas a un pacto; o en el ámbito institucional, con una elección primaria.
En este contexto de incertidumbre, por primera vez desde el Ejecutivo deslizaron, off the record, pero con contundencia, que el primer mandatario “está dispuesto” a encontrarse con la Vicepresidenta. A pesar de que hasta la semana pasada repetían, incansablemente, que ese encuentro no era necesario porque ambos tienen interlocutores. “Si no estuviera dispuesto a hablar, Alberto no se hubiera bajado de la candidatura”, dijo, confiado, un funcionario del riñón del jefe de Estado. Y agregó que el Presidente se encuentra abierto, a su vez, a discutir sobre la utilidad de las PASO, aunque aún considera que son la mejor opción. “Si aparece un candidato maravilloso, que mide más que el resto y tiene mejores posibilidades, claro que es una posibilidad”, sostuvo un soldado albertista.
En las últimas semanas, distintos dirigentes nacionales, como los ministros de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz, muy cercana al Presidente, y de Obra Pública, Gabriel Katopodis, pidieron públicamente que Alberto Fernández y Cristina Kirchner dialoguen en persona para “ordenar” el frente. Ambos lo hicieron en público, pero la exigencia fue expresada, por lo bajo, por intendentes, gobernadores y a otros ministros, también del ala K. Por caso, en el entorno de De Pedro, que se reúne varias veces por semana con la presidenta del Senado, en general en su despacho, dijeron que sería “positivo”.
Tanto Tolosa Paz como Katopodis tienen diálogo con Máximo Kirchner y fueron invitados por Cristina Kirchner al acto en La Plata, hace una semana. Y ambos aceptaron sentarse junto a la dirigencia k para escuchar a la ex presidenta, que en un pasaje deslizó: “Son hermosos los actos, pero sustituyamos un poco por el cuerpo a cuerpo, con compañeros y compañeras y ciudadanos, dando debates”. Sus palabras, las invitaciones y las presencias fueron gestos de acercamiento de ambas partes a pesar de la ruptura (en los hechos) de la coalición, que se ahondó como nunca en los últimos meses.
En la sede del Gobierno siguen aduciendo que las PASO son la mejor herramienta electoral porque, como dijo un ministro días atrás, el Frente de Todos se aproxima a una “carrera de enanos”. Es decir, que todos los presidenciables tienen una performance similar en las encuestas, y que en todos los casos muestran porcentajes de intención de voto muy bajos (excepto Cristina Kirchner, que ya deslizó que no competirá, pero mantiene abierta la posibilidad y todavía avala que la dirigencia afín le pida abiertamente que encabece la boleta presidencial).
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En el ala dura, mientras tanto, las miradas están divididas. Aquellos identificados con el sector de Máximo Kirchner consideran que las PASO son peligrosas, porque conllevan el riesgo de que los candidatos del FDT terminen en cuarto o quinto lugar. Lo cual, dicen, dejaría al oficialismo en una posición de debilidad de cara a las Generales frente a Juntos por el Cambio (donde probablemente jugarán Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta); y en la competencia contra La Libertad Avanza (del líder de ultraderecha Javier Milei). Otros, identificados con el ala de “Wado” de Pedro, alfil de CFK que se muestra moderado y dialoguista, están mejor predispuestos a una interna, pero esperan que la vicepresidenta se expida y creen que su palabra es la única que vale.
La incipiente apertura al diálogo de parte del Presidente no es un hecho aislado. Como publicó Infobae, en las últimas semanas empezaron a intensificarse los diálogos entre uno de los representantes más importantes del PJ, el vicejefe de Gabinete, Juan Manuel Olmos, con Máximo y Cristina Kirchner, para empezar a ponerse de acuerdo sobre los términos de la disputa electoral. En esas charlas, uno de los temas de discusión gira en torno, justamente, a la conveniencia de sostener el reclamo de las primarias en el FDT o acordar un candidato único. “Todos estamos hablando con todos, el cierre de listas es un momento clave y las conversaciones obviamente se aceleran”, dijeron esta tarde en Balcarce 50.
Mientras tanto, los orfebres políticos del FDT hacen su tarea silenciosa para lograr que la cumbre entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner se realice antes que la interna partidaria haga su faena.
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