El PRO nació y creció en la Ciudad de Buenos Aires, en el alba de este siglo. Ese punto neurálgico del partido es el que bifurca hoy a sus dos miembros fundadores: Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta. La decisión del alcalde porteño sobre convocar a elecciones concurrentes en CABA fracturó la relación política entre ambos y la disputa aún no encuentra solución. Urgidos por el cronómetro electoral, ambos se encaminan a resolver la encrucijada más difícil para la interna amarilla; definir quién será el candidato a jefe de Gobierno del espacio que enfrentará en las PASO de Juntos por el Cambio (JxC) al radical Martín Lousteau. En el fondo, es la pregunta sobre quién ungirá al gerente del trono de la casa matriz del PRO.
El 24 de junio es el día en que los partidos políticos deberán presentar las listas de candidatos ante la justicia electoral rumbo a los comicios de este año. Esa fecha impone un plazo legal límite. En JxC, y especialmente en el PRO, la turbulencia interna impide un ordenamiento de la oferta electoral. El partido fundado por Macri es víctima de una suerte de horizontalidad, para la cual no fue diseñado, que obtura las definiciones político-electorales. Los referentes del espacio parecen dispuestos a tensar la cuerda hasta último momento.
Es cierto que el viernes ensayaron una foto de unidad, en el desayuno que compartieron los caciques del PRO en la casa de Jorge Triaca en San Isidro. De todos modos, aún hay una serie de cláusulas y de letra chica que no se decidió para sellar un acuerdo electoral. Un punto medular en ese sentido es la Ciudad de Buenos Aires.
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Por la carga histórica, simbólica y política, la resolución política sobre el futuro electoral de la Ciudad es central para el PRO. Justamente por esa significación, el lugar en el que nació el PRO es el que hoy separa a sus fundadores. Macri pretende que el PRO tenga un único candidato para enfrentar al radicalismo en las PASO y respalda a su primo Jorge para esa pulseada.
Por su parte, Rodríguez Larreta tiene un acuerdo político con la Unión Cívica Radical (UCR) porteña. Eso llevó al jefe de Gobierno a generar un escenario con “reglas parejas” para competir en las PASO de la Ciudad. Para Macri eso significó un pacto cuyo objetivo es “entregarle la Ciudad al radicalismo”. Patricia Bullrich, María Eugenia Vidal y el macrismo-bullrichismo sostienen lo mismo.
En el macrismo consideran que esa hipótesis se corroboró cuando Larreta resolvió convocar a elecciones concurrentes. Se trata de un sistema de votación mixto, en el que los porteños votarán con urnas separadas a los candidatos a presidente -con boleta sábana-, por un lado, y a jefe de Gobierno -con Boleta Única Electrónica-, por otro. Ese esquema implica un desacople de las listas nacionales respecto a las distritales y supone, por ende, cortar con el “arrastre” que la boleta presidencial genera en la de alcalde porteño.
Esa decisión del alcalde porteño marcó un punto de inflexión en la interna del PRO. Desató como nunca el enojo de Macri, que aún no cesa. El ex Presidente ha deslizado en su entorno que la actitud de Larreta fue de “traición”. Un dirigente que frecuenta al fundador del partido amarillo aseguró que “Mauricio piensa que Horacio le miente y eso es de difícil retorno”.
Después de aquella definición de Larreta, que en el larretismo catalogan como un “gesto de autoridad”, el jefe de Gobierno redobló su apuesta. Sostiene las candidaturas a jefe de Gobierno de sus funcionarios de confianza, Fernán Quirós (Salud) y Soledad Acuña (Educación). En el macrismo esperaban que el alcalde porteño bajara a sus alfiles en marzo. Mañana empieza mayo y eso no sucederá. No obstante, en Uspallata, sede del Gobierno de la Ciudad, evalúan por estas horas tomar una decisión próxima respecto a la continuidad o no de la postulación de Acuña. Mientras esté en juego, se trata de una carta más de negociación para Rodríguez Larreta.
Macri puja para que su apellido gobierne la Ciudad a partir del 10 de diciembre y ejecuta presión política sobre el alcalde porteño para bajar a Quirós y a Acuña. El larretismo considera que el ex Presidente perderá poder de influencia por su renunciamiento a ser candidato. Cerca del titular de la Fundación FIFA rechazan ese planteo. “Larreta empezó su campaña presidencial el día que Mauricio perdió la elección en 2019, pero se olvidó que las negras también jugaban”, señaló un referente histórico del PRO en diálogo con Infobae.
Larreta conoce que si cede ante Macri en el distrito que gobierna, será una señal de debilidad política a cuatro meses de las elecciones. “Horacio bajó la línea de apoyar fuerte a Fernán”, reveló un operador político que frecuenta al jefe de Gobierno. Consciente de este escenario, Jorge Macri bajó los decibeles públicos respecto a la decisión de Larreta sobre las elecciones concurrentes. No sólo eso, sino que dio un giro copernicano y salió a decir que este sistema le parece “bueno” y llamó a que “todos los que quieran ser candidatos, a competir, a la cancha”.
En el larretismo consideran que Jorge Macri cedió porque entiende que Quirós seguirá en carrera y que no será sencillo ganar las elecciones porteñas sin el respaldo explícito del jefe político y de Gobierno de la Ciudad, que es el propio Larreta.
La disputa entre Macri y Larreta sobre la candidatura del PRO en la Ciudad se resolverá en los próximos días. Si bien no está previsto que se reúnan en lo inmediato, en el larretismo deslizaron que hay gestiones destinadas a que ambos se encuentren a solas para buscar una resolución.
El operativo clamor por Vidal
Mientras tanto, algo clave sucederá en el PRO en mayo: María Eugenia Vidal anunciará su futuro político. Todos los caminos indican que bajará su candidatura presidencial. “Es un desgaste para ella seguir con una candidatura a presidenta que no prendió”, analizó un armador político que conoce a Vidal hace una década. La definición de la ex gobernadora abrirá una serie de interrogantes. El primero es qué rol tendrá. Se trata de una de las principales referentes del espacio. Por ese motivo, resulta improbable que permanezca fuera de la arena electoral.
En el PRO cobra volumen la idea de que ante un posible renunciamiento a ser candidata a presidenta, los referentes del partido le pedirán a Vidal que piense la chance de postularse a jefa de Gobierno de la Ciudad. Un grupo de dirigentes amarillos sostienen que eso destrabaría la puja política, porque sería una candidata de unidad (con anuencia de Macri, Larreta y Bullrich). Además, consideran que la ex gobernadora tiene “volumen y espalda política” como para enfrentar a Lousteau y ganarle las PASO.
Vidal ya recibió el ofrecimiento para ser candidata en la Ciudad. Y en más de una ocasión. Lo rechazó una y otra vez. El año pasado empezó a recorrer el país para darle anclaje nacional a su figura y en febrero de este año lanzó su precandidatura presidencial. No obstante, desliza ante sus asesores que es una “militante política” y que estará a donde haga falta. De hecho, eso mismo dijo en su presentación en la Bolsa de Comercio de Córdoba, la semana pasada.
Vidal ya tiene tomada la decisión y la dará a conocer los primeros días de mayo. Atentos a ese movimiento político, en el PRO ya empezó una especie de operativo clamor. “Hay varios dirigentes que vamos a ir a acampar a la casa para pedirle que sea candidata en la Ciudad”, confesó ante este medio alguien que conoce tanto a Vidal como a Larreta y a Macri.
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