Cada uno juega su partido. Con el proceso electoral en marcha dentro del Frente de Todos los distintos sectores tejen alianzas, analizan movimientos estratégicos o apuestan sus fichas en diferentes números del tablero. La falta de un plan conjunto y de un bloque político uniforme generan dispersión interna. El Gobierno está completamente fraccionado.
El último martes el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, hizo un pedido público para que “Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa se junten”. Fue en un contexto de corrida cambiaria y un dólar blue que no paraba de subir. Cercano al Presidente, el ex intendente de San Martín hace tiempo que piensa en que esa mesa debe existir porque sino es imposible lograr trazar una estrategia del frente electoral.
Ese pedido no encontró eco en las distintas terminales de la coalición oficialista. “No existe la mesa de tres. En la mesa hay dos. Son Cristina y Sergio”, sentenciaron en La Cámpora. La agrupación que conduce Máximo Kirchner hace equilibrio entre el operativo clamor para que la Vicepresidenta sea candidata y el respaldo al ministro de Economía como potencial candidato a presidente. Juegan las dos cartas al mismo tiempo.
Lo cierto es que el kirchnerismo avanza con un plan acción propio que contiene al Frente Renovador y a los intendentes peronistas del conurbano, pero en el que no hay lugar para Alberto Fernández ni para ninguno de sus dirigentes cercanos. En el mundo K quieren borrar del mapa al albertismo. Creen que “no existe” y que “no tiene representación”.
Hace tiempo que en el kirchnerismo duro proyectan una estrategia electoral sin Fernández y su círculo político. Mucho antes de que el Presidente renunciara a la reelección, tenían en claro que iban a avanzar en el armado de una lista sin ningún albertista. Si bien falta para que las listas se definan -la fecha límite de presentación es el 24 de junio- la intención sigue estando firme. La relación está desgatada y los puentes de diálogo son endebles.
“Electoralmente Alberto no tiene ninguna importancia. Tampoco ninguno de sus dirigentes. Todos perdieron las internas en los distritos donde compitieron”, apuntaron desde el Frente Renovador en referencia a Agustín Rossi (Santa Fe), Victoria Tolosa Paz (La Plata), Aníbal Fernández (Pinamar) y Santiago Cafiero (San Isidro), los cuatro funcionarios cercanos al Presidente que el último sábado estuvieron juntos en un acto en Ensenada.
Esta tarde Cristina Kirchner encabezará en el Teatro Argentino el lanzamiento de la escuela de formación política Néstor Kirchner. Allí habrá representantes de diferentes sectores del Frente de Todos pero ninguno del albertismo. Estarán Víctor Santa María (Sindicalismo), Nicolás Trotta (UMET), Virginia García (cristinismo), Mónica Litza (Frente Renovador), Rodrigo “Rodra” Rodríguez (La Cámpora) y Claudia Bernazza (Instituto Patria).
En el teatro ubicado en La Plata estarán presentes dirigentes del kirchnerismo, La Cámpora, intendentes del conurbano, movimientos sociales, massismo y sindicalismo K. Hasta hace pocas horas los invitados estaban emparentados con los integrantes de la escuela de gobierno. Es decir, la gran mayoría de los sectores menos el albertismo.
Pero esa situación se modificó ayer por la tarde. Desde la organización invitaron al evento a la ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz, y a su esposo, el ex secretario de Medios de los gobiernos kirchneristas e íntimo amigo de Alberto Fernández, Enrique “Pepe” Albistur. A la presentación de una escuela de gobierno de la que quedó margino el albertismo, irán dos albertitas.
Las señales de aislamientos son claras. El kirchnerismo quiere dejar afuera del armado electoral a Alberto Fernández. Advierten que el Presidente no tiene poder para negociar la etapa que viene en el proceso electoral. El Jefe de Estado, en tanto, evita la confrontación y sostiene que solo formará parte de una mesa con CFK y Massa en un momento cumbre, como puede ser el acuerdo de las listas.
La división en el Frente de Todos está bien marcada. Alberto Fernández y sus funcionarios hacen pie en la Casa Rosada y exigen que haya unas PASO en las próximas elecciones. El Presidente está obsesionado con la idea de que se debe democratizar el peronismo, que hay que terminar con el dedo de Cristina Kirchner y que el momento para dar la discusión interna es este.
La Vicepresidenta y Sergio Massa mantienen un acuerdo político sin fisuras que destacan en ambos sectores. Tanto en el massismo como en el kirchnerismo aseguran que esa sociedad funciona sin inconvenientes. Es más, afirman que si el ministro de Economía decide competir como candidato a presidente, será en base a un acuerdo que se cerrará con CFK.
La idea que transmiten en ambas terminales es que las decisiones electorales que tenga el Frente de Todos de aquí en adelante, serán consensuadas entre Cristina Kirchner y Sergio Massa. De esa mesa queda afuera Alberto Fernández, pese a que hasta el 10 de diciembre del 2023 será el presidente de la Nación.
La jugada que encabeza el kirchnerismo expone una idea clara. Después del renunciamiento, el Presidente perdió el poco poder que le quedaba. A partir de ahora las decisiones se toman entre los otros dos socios. Una idea extraña, sobre todo teniendo en cuenta que la lapicera que mueve el Estado sigue en poder de Fernández.
En el kirchnerismo y en el massismo creen que detrás del pedido de Katopodis hay una presión del albertismo para sentarse en la mesa de negociación. La desconfianza es absoluta y la decisión de avanzar en una estrategia marginando a los funcionarios cercanos al Presidente parece estar tomada. “Alberto está fuera de juego”, repiten en el entorno de la Vicepresidenta.
En el mundo K hay expectativa por lo que Cristina Kirchner vaya a decir hoy en el Teatro Argentino. Existe una presión cada vez más marcada de la dirigencia para que la Vicepresidenta tome alguna determinación y marque un rumbo con mayor claridad. Algunos creen que lo hará y otros que el de hoy será un acto más para seguir conservando la centralidad. Todo está por verse.
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