Graciela Ocaña será candidata a jefa de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires

La diputada confirmó a Infobae su postulación en la interna de Juntos, elogió a Horacio Rodríguez Larreta y habló de la crisis económica

Video: Graciela Ocaña explicó en diálogo con Infobae por qué será candidata a jefa de Gobierno

Curtida en mil batallas políticas, Graciela Ocaña acaba de sumar otra a una extensa carrera en la que quedó asociada con la gestión, la sensibilidad para los temas sociales y la lucha contra la corrupción: se acaba de lanzar como candidata a jefa de Gobierno porteña y competirá en las PASO contra peso pesados de Juntos por el Cambio que buscarán suceder a Horacio Rodríguez Larreta.

¿Por qué la diputada de Juntos vuelve al distrito porteño? Aunque defiende y elogia la gestión larretista, de la que se siente parte como integrante de Juntos por el Cambio de la ciudad de Buenos Aires, Ocaña dijo a Infobae que “se termina una etapa, que es la gestión de Larreta, y comienza una nueva discusión que tiene que ver con la ciudad del futuro”. Para la titular del Partido Confianza Pública, se deben mantener “las cosas buenas que se hicieron desde 2007″, pero toma distancia al definir a qué apunta: “Hay que definir un nuevo modelo de ciudad, con foco en el vecino”.

Ocaña viene de ganar las elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires en 2021, secundando a Diego Santilli, pero el corazón de su proyecto político es Confianza Pública, la agrupación que fundó en 2013 en el territorio porteño y que desde 2016 se sumó a Cambiemos. Hoy, su partido tiene 4 legisladores en la ciudad (Diego García Vilas, Sol Méndez y Natalia Fidel) y equipos que elaboran propuestas para el distrito. Esa será la base desde donde apunta a suceder a Rodríguez Larreta, según destacó, para “trabajar en una gestión eficiente, pero también austera”.

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Graciela Ocaña y Horacio Rodríguez Larreta

En la entrevista con Infobae, la flamante candidata porteña se muestra interiorizada en los problemas de los vecinos sin dejar de mostrar su respaldo a la gestión larretista, aunque se diferencia por ejemplo, cuando pone en la mira la relación con el Sindicato de Camioneros: “Hay que discutir en serio si los son los vecinos de la ciudad los que tienen que pagar la doble indemnización cada vez que finaliza el contrato y se renueva, o se llama una licitación nueva, o si realmente tienen que cumplirse las leyes laborales vigentes en la Argentina. Hay una cantidad de privilegios que tienen que redescutirse y hay que hacerlo de cara al vecino porque eso no debe salir de la plata de nuestros impuestos”.

Ocaña aseguró que mantendrá su impronta dura para que haya “una ciudad con más orden” y no se refiere sólo a los piquetes que trastornan cotidianamente a los porteños: “Hoy, recorrer las calles de la ciudad entre las bicisendas o el estacionamiento en doble fila es una carrera de obstáculos”, afirmó. Y sobre las protestas piqueteras puso énfasis en su origen: en ese sentido, sostuvo que hay “los planes sociales tienen que terminar de subsidiar la pobreza para pasar a subsidiar el empleo y la producción” y, a la vez, advirtió que “hay que terminar con la intermediación parasitaria como también hay que terminar con los funcionarios que se enamoran de la pobreza”.

Implacable crítica del kirchnerismo, la candidata a jefa de Gobierno también puso bajo la lupa el papel del Frente de Todos en la actual crisis económica: “El Gobierno especuló en extender la mecha de una bomba, al no tomar las decisiones que tiene que tomar, y ahora ha comenzado a explotar en sus propias manos. Me preocupa porque tenemos un presidente que renunció a su candidatura, pero, al mismo tiempo, parece que renunció a ejercer el rol de presidente, y un ministro de Economía que aspira a ser candidato de esa coalición y no toma las medidas que tiene que tomar como ministro”.

— ¿Por qué se lanza como candidata a jefa de Gobierno?

Porque creo que la ciudad termina una etapa, que es la etapa de la gestión de Larreta, y comienza una nueva discusión que tiene que ver con la ciudad del futuro, cómo mantenemos las cosas muy buenas que se hicieron desde el 2007 para acá, en las gestiones tanto de Mauricio Macri como de Horacio, y que esta transformación pueda continuar con una visión distinta, que tiene que ver con poner el foco en el vecino, en sus necesidades, en muchas de esas cuestiones que todavía la ciudad, una ciudad moderna, no ha resuelto, cosas sencillas como, por ejemplo, el tema de los turnos médicos. Hoy trabajo mucho con adultos mayores, pero hay muchos vecinos de la ciudad, también del conurbano y del resto del país, que deciden atenderse en los hospitales públicos de la ciudad por la calidad de sus profesionales y es imposible conseguir un turno. Vos llamás el 147 y no hay, entonces nosotros queremos que los vecinos de la ciudad tengan prioridad en los turnos de atención médica, fundamentalmente para los adultos mayores de 60 años. La ciudad ha comenzado y nosotros apoyamos la eliminación de trámites innecesarios, tasas innecesarias, y es importante que se consolide en el futuro. Por eso creemos que hay que trabajar en una gestión eficiente, pero también austera.

Graciela Ocaña, en un acto de campaña en 2021 junto con Diego Santilli y Facundo Manes

— Usted plantea una serie de ejes que implican, en la práctica, una crítica a la gestión del gobierno porteño. ¿Toma distancia de Rodríguez Larreta?

— No, digo que tiene que haber una visión distinta, no es que (el gobierno porteño) no le dé salud a la gente, pero hay problemas y basta con recorrer los hospitales. Yo los uso, así como mi familia, amigos, casos que recibo. No es una crítica general, creo que siempre se puede mejorar y que hay que consolidar muchísimas de las cosas que se hicieron en la Ciudad. Se resolvieron los problemas estructurales, de infraestructura que la ciudad tenía, tanto en inundaciones como en la recuperación del espacio público para el vecino, pero hay que trabajar en otros aspectos en los que se deben profundizar las políticas. Soy parte de Juntos por el Cambio y quiero que siga gobernando la ciudad de Buenos Aires. La coalición que se empezó a conformar hacia 2017 y se consolidó en 2019 permitió que por primera vez la ciudad tuviera un jefe de Gobierno elegido en la primera vuelta por haber superado el 50%, pero también hay que incorporar otras miradas. En ese sentido, nosotros queremos hacer esta apuesta, venimos a sumar una propuesta con nuestras características y nuestra mirada.

— ¿Se siente escuchada por Rodríguez Larreta como parte de JxC en la ciudad?

— Nosotros, sobre todo en algunos temas políticos, de tercera edad, hemos llevado muchas propuestas y algunas de ellas han sido tomadas y otras no. Hemos trabajado también en fortalecer el bloque legislativo: Diego García Vilas, legislador por nuestro espacio, preside el bloque de Vamos Juntos que hoy tiene mayoría y que integran el PRO, la Coalición Cívica y Confianza Pública. Hay que converger en un modelo de ciudad con una mirada distinta y eso es lo que hay que discutir. ¿Cuál es la mirada de cada espacio? A veces se escucha hablar de “halcones” y “palomas”, pero lo que el vecino quiere escuchar es: ¿cuál es la mirada de cada candidato respecto de las políticas públicas?

— De todas formas, insisto: usted no aceptó una propuesta para sumarse al gabinete porteño y ahora marca diferencias mientras se lanza como candidata a jefa de Gobierno por su partido. Todo parece formar parte de una postura crítica de la gestión de Rodríguez Larreta.

— No, tengo un gran cariño por Horacio, creo que ha hecho una excelente gestión en la ciudad y siempre lo he dicho. Pero la gestión de Horacio termina el 10 de diciembre, apuesta a gobernar la Argentina y es un gran candidato para eso, pero también creo que hay que definir un nuevo modelo de ciudad, con foco en los vecinos, tomando todo lo que se hizo bien, consolidándolo y produciendo cambios que tienen que ver con las miradas y la impronta que cada uno de nosotros tenemos.

Video: Graciela Ocaña habla sobre la crisis cambiaria

— ¿Puede afectar electoralmente al larretismo su candidatura?

— No, creo que no y Horacio lo que siempre ha dicho es que le parece bien que todos quieran competir en la ciudad y que se compita con con ideas, con propuestas. Será la sociedad civil la que va a poder elegir quién es el mejor dirigente o los mejores equipos para liderar. Hace mucho tiempo trabajamos con un equipo, muchos de ellos son personas que me acompañaron en la gestión, en el PAMI, y tenemos la decisión, la vocación y el compromiso de trabajar por el vecino de la ciudad.

— ¿Está de acuerdo con el sistema de elecciones concurrentes para los porteños?

Conformamos un espacio en 2013 con una mirada propia y valoramos mucho la decisión de Horacio de cumplir con la ley y llevar adelante una elección con las reglas del Código Electoral de la ciudad e imponer la boleta única, en este caso electrónica. En 2013 fui a las elecciones con una boleta corta, haciendo campaña con una tijerita, porque descreo de los efectos “arrastre” de las listas y soy una gran enemiga de eso. Por eso creo que también es una oportunidad para una discusión sobre la ciudad y para que Juntos por el Cambio pueda tener el mejor candidato que permita nuevamente, como en 2019, ganar en primera vuelta las elecciones en la ciudad de Buenos Aires.

— ¿No cree que la instrumentación de las elecciones concurrentes sea una “manipulación electoral”, como se quejaron algunos dirigentes del PRO?

Era lo que correspondía. Las elecciones concurrentes comenzaron a hacerse fundamentalmente en la Argentina por la pandemia, en 2021, y hay toda una legislación nacional a través del apoyo de la Cámara Nacional Electoral para poderse llevar adelante. Se hicieron en otras provincias argentinas, como en Salta o Santa Fe, y el resultado fue muy bueno, sin complicaciones.

Graciela Ocaña respaldó el sistema de elecciones concurrentes con que votarán los porteños y que divide al PRO

— Entonces, ¿por qué se dio ese debate en el PRO por el anuncio electoral de Larreta?

En primer lugar, Juntos por Cambio ha hecho una bandera de la boleta única, ya sea de papel o electrónica. Desde el gobierno de Mauricio presentó iniciativas legislativas a nivel nacional, que en un caso tuvo media sanción y nunca fue aprobada por el Senado. Actualmente, yo soy autora de uno de los proyectos, pero hay varios proyectos de diputados de Juntos por Cambio y hubo uno con media sanción de boleta única del año pasado. Es un inentendible la discusión. Me parece que la discusión estaba en el uso del “efecto arrastre” de la boleta de papel, que es totalmente negativo, y la posibilidad de que algunos candidatos accedieran a las candidaturas presidenciales o no. Con una concepción que que también es equivocada, porque nosotros, en esta apuesta para sumar, para generar propuestas, también lo que entendemos es que lo que la sociedad necesita es la posibilidad de elegir. Confiamos en la gente, en el vecino, así como en 2013 fui con una tijerita, con una boleta corta, hay que darle el poder a la sociedad para que elija. Nos parece una idea antigua que una ciudad, una provincia o un país sean de un color político o de un dirigente. Hay que confiar en la sociedad que va a saber elegir al mejor candidato para liderar los procesos que la Argentina necesita que se pongan en marcha.

— ¿Cuál va a ser su impronta si llega a ser jefa de Gobierno?

Nosotros tenemos en mente una ciudad que tenga una gestión eficiente, pero también austera. Una ciudad donde ayude al vecino, le saque un poco la carga impositiva que muchas veces se enfrenta. Que pueda ir a algo que había comenzado la ciudad y que después, por distintas circunstancias a partir del gobierno de Alberto Fernández, lamentablemente se abandonó, que tiene que ver con la eliminación en el descuento de Ingresos Brutos, que es un impuesto poco conveniente que trae muchas distorsiones económicas. Tenemos propuestas para reducir impuestos.

— ¿Por ejemplo?

Por ejemplo, la ciudad avanzó en la VTV (Verificación Técnica Vehicular), en espaciar el tiempo para ese trámite. Eso no puede ser una carga para el vecino. Hay que discutir las cosas profundas de la Argentina y en la ciudad. Por ejemplo, no sé si la gente lo sabe, pero cada vez que hace un seguro para su casa o para su auto tiene un socio que es la obra social del seguro. El medio por ciento de cada póliza va como beneficiario. Es una vieja ley de los 70 que todavía sigue vigente. Ese dinero debe recuperarse y gastarse en otras cosas, por ejemplo, en que los seguros se hagan cargo de la VTV.

Pablo y Hugo Moyano

— Con esa pelea se va a enfrentar de nuevo con los sindicatos.

— Voy a tener mi impronta, que es dar una discusión en serio con con las mafias. La ciudad hace unos años, después de mucha discusión, sancionó una ley contra los “trapitos” y hoy lamentablemente muchas de esas cosas volvieron a la ciudad cuando se habían eliminado. Nosotros queremos dar una batalla contra las mafias. Queremos discutir muchos de los contratos. Así como se terminó el contrato de acarreo de la ciudad y de grúas, va a ser algo muy bueno porque se irá hacia un contrato mejor, más conveniente para la ciudad de Buenos Aires. También queremos también dar una discusión con el tema de la recolección de residuos, uno de los contratos más importantes que tiene la ciudad, y que, a su vez, hoy tenemos una ciudad que no está todo lo limpia que el vecino quiere encontrar. Y queremos una ciudad con más orden. No hablamos solamente de los cortes piqueteros, que complican la vida de todos nosotros, sino también orden: hoy, recorrer las calles de la ciudad, entre las bicisendas o el estacionamiento en doble fila es una carrera de obstáculos. Hay cosas que se pueden mejorar.

— Usted es un tradicional enemiga de los Moyano. Eso implica que va a tener una relación complicada con el Sindicato de Camioneros en la ciudad, a diferencia de Macri y Larreta.

No es una cuestión de enemistad. Soy enemiga de la corrupción, soy enemiga de que la plata que es de la gente, de los vecinos, y que vaya a subvencionar estos parásitos que lamentablemente asolan a la Argentina. Hay que discutir en serio si los son los vecinos de la ciudad los que tienen que pagar la doble indemnización (al Sindicato de Camioneros) cada vez que finaliza el contrato y se renueva, o se llama una licitación nueva, o si realmente tienen que cumplirse las leyes laborales vigentes en la Argentina. Hay una cantidad de privilegios que tienen que rediscutirse y hay que hacerlo de cara al vecino porque eso no debe salir de la plata de nuestros impuestos.

— ¿Quiere decir que esos privilegios existen aún en la gestión actual?

— Eso es algo que heredó de Mauricio porque venía de la gestión anterior. En algún momento hay que discutirlo de cara a la gente para que lo sepa también la sociedad. La ciudad tiene, por ejemplo, las consultas populares y es importante que puedan utilizarse para justamente pelear contra estas mafias.

Los piquetes en la ciudad, un tema que preocupa a los porteños

— ¿Cómo piensa solucionar el problema de los piquetes?

— Es fundamental el tema de los planes sociales en la Argentina, que no sólo de la ciudad de Buenos Aires sino que es también a nivel nacional. No tengo dudas de que Juntos por el Cambio va a gobernar la Argentina y por eso creo que la ciudad también tiene que ser parte importante en esa transformación. Los planes tienen que terminar de subsidiar la pobreza para pasar a subsidiar el empleo y la producción. Hay que terminar con estos grupos que viven de la pobreza desde hace muchos años. La Argentina impuso los planes sociales en un momento social muy difícil, como era el 2001. Sin embargo, hemos casi cuadriplicado los recursos que se destinan a la ayuda social y también hemos cuadriplicado la pobreza. Este no es el camino. Hay que terminar con esa intermediación parasitaria como también hay que terminar con los funcionarios que se enamoran de la pobreza.

— ¿Se enamoran de la pobreza?

Sí, porque no sucede sólo en las organizaciones sociales sino también a veces con funcionarios públicos que tienen a cargo llevar políticas y te muestran siempre lo mismo.

— ¿Eso pasa en el gobierno porteño?

— No, no quiero focalizarlo en la ciudad, pero eso es lo que hay que terminar. Estamos hablando del tema de los planes. Hay que cambiar la lógica e ir hacia subsidiar el trabajo.

¿A qué candidato presidencial apoyará?

— A Horacio. Creo que se necesita un líder, un liderazgo de mucha gestión. Creo que Horacio lo ha demostrado en su gestión de la ciudad. Más allá de que son excelentes candidatos tanto Horacio Patricia, también el gobernador (Gerardo) Morales y Facundo Manes, que están entre los precandidatos a presidentes, he trabajado y conozco Horacio y por eso lo apoyo.

La Mesa Nacional de Juntos por el Cambio

— En la pelea entre los “halcones” y las “palomas” sobre cómo hay que empezar a gobernar, si con una política de shock o con diálogo, ¿dónde se ubica usted, que tiene una impronta dura?

— Yo tengo una impronta dura, pero creo que hay momentos que son de consenso y otros donde vos tenés que ir adelante porque también hay una lógica de los sectores privilegiados, ya sean sindicales, políticos o empresariales, que hay que romper. Más allá de que los programas seguramente van a converger a través del trabajo que están llevando adelante las fundaciones en un momento muy difícil de la Argentina porque no sabemos cómo es la bomba que nos van a dejar en el país. Los estilos pueden ser distintos, pero al final del día hay que analizar es si resolviste o no el problema de la gente.

¿El estilo moderado siempre soluciona los problemas?

— Siempre valoro mucho lo que se hizo en educación en la ciudad, por ejemplo, y no digo solamente la gestión de Horacio sino también la de Mauricio, que tuvo que comenzar con una emergencia educativa porque las escuelas de la ciudad se caían abajo y logró transformar esa situación en escuelas modernas. Se construyeron más de 100 escuelas en la ciudad de Buenos Aires. Pero también hubo cambios profundos en lo que tiene que ver con la evaluación, por ejemplo. Cuando ingresé como legisladora, un tema que estaba pendiente era la posibilidad de la ley que obligaba a hacer evaluaciones anuales en las escuelas de la ciudad de Buenos Aires que tenía el objetivo de conocer cuál es el problema y poder trabajar en las soluciones. Me acuerdo que trabajamos mucho con Esteban (Bullrich), que en ese momento era el ministro de la ciudad, y conseguimos sancionar la ley. A ese paso le siguieron otros como la creación de la universidad para la formación de docentes, que es un tema importante porque el mérito vuelve a tener el lugar que debe tener en la formación. A eso se sumó lo último, que fueron los cambios en el Estatuto del Docente, que es como los grandes intocables de la Argentina, y se pudo hacer con consenso, con la fuerza política que sostiene Juntos por el Cambio en la Legislatura, pero fundamentalmente por la decisión de lograr que los docentes puedan mejorar sus ingresos, no ya yéndose a cargos directivos, sino quedándose en el aula, donde se vuelve a poner el mérito y la capacitación como central y no la antigüedad como forma de valorar el trabajo y permite que se puedan hacer pagos diferenciales para que los mejores docentes vayan a las zonas más vulnerables de la ciudad. Eso se pudo hacer en el marco de decisión y de consensos. No importa quién grita más, aunque a veces yo también grito, sino ver al final del día quién consigue los resultados. Y en eso, por ejemplo, Horacio demostró que en muchas cuestiones ha logrado cambios permanentes.

El líder libertario Javier Milei

— Hay un temor muy grande en la dirigencia política al ascenso de Javier Milei. ¿Usted lo comparte? ¿Le preocupa?

— No me preocupa. Creo que Milei representa un hecho que hoy se está dando en la sociedad argentina, que es un enorme crisis en donde la gente, a diferencia de otras crisis en las que estaba enojada, ahora está resignada y cree que no hay futuro, tiene mucho enojo respecto de una dirigencia que no resolvió los problemas y ve que la Argentina se está hundiendo en la decadencia. Por eso hay gente que confía en el grito, en el enojo, que quizá es lo que sientan internamente y que muchas veces representa Milei como un camino de castigo al resto de la sociedad. Algo así pasó en el 2001 con el “que se vayan todos”, con el voto a Clemente (personaje de historieta). El problema es que el enojo no construye. Lo vimos en el 2001: al final se quedaron todos los mismos de siempre. Y lo vimos en el 2019. Hubo muchas personas que estaban enojadas con Juntos por el Cambio, con Mauricio, con nuestra gestión, que votaron enojadas y que ahora están arrepentidas. Tenemos que apelar a un voto reflexivo. Habrá que ver cómo es el fenómeno Milei, pero lo que más me preocupa es que Juntos por el Cambio no puede canalizar y representar parte de esa sociedad, sobre todo los jóvenes.

— ¿Por qué? ¿Por falta de voluntad?

No, creo que todavía falta esa parte de la empatía en el discurso. Quizá son imposibilidades de comunicar. Algunos dirigentes lo pueden hacer más que otros. Pero habrá que ver el fenómeno en vivo y en directo. Hoy las encuestas señalan a Milei como un dirigente en pleno crecimiento.

— Dicen que las peleas de la oposición hacen crecer a Milei y bajar la intención de voto de Juntos por el Cambio. ¿No hay forma de que se pongan de acuerdo y fijen reglas de convivencia?

Creo que hay que presentarle a la sociedad cuál es la propuesta de la Argentina que queremos y salir de la chiquita porque en definitiva va a ser la sociedad la que ordene. Y la crisis en la Argentina es tan grande que va a necesitar de toda la dirigencia de Juntos por el Cambio que compartimos esta mirada de que la Argentina requiere de un cambio profundo, llevar adelante reformas estructurales que puedan sacar de esta situación de decadencia que vivimos.

Sergio Massa, Alberto Fernández y Cristina Kirchner

— La economía está al rojo en un año electoral. ¿Qué piensa sobre este momento del país?

— El Gobierno tendría que explicitar las medidas que debieron tomar hace bastante tiempo y por qué no lo hicieron. El Gobierno especuló en extender la mecha de una bomba, en no tomar las decisiones que tiene que tomar, y ahora ha comenzado a explotar en sus propias manos. Me preocupa porque tenemos un presidente que renunció a su candidatura, pero, al mismo tiempo, parece que renunció a ejercer el rol de presidente, y un ministro de Economía que aspira a ser candidato de esa coalición y que no toma las medidas que tiene que tomar como ministro. Estamos en una situación sumamente difícil porque hay un proceso inflacionario que perjudica el bolsillo de todos los argentinos. Cada día los argentinos somos más pobres, si vos ponés los ingresos en dólares, y aparte cada día nos alcanza para menos todos los meses. Es una situación grave. La oposición ha sido responsable, cosa que no ha sido el Frente de Todos respecto del gobierno del presidente Macri. Nosotros hemos apoyado la renegociación con el Fondo que ni siquiera apoyaba su propio partido hace un año y siempre hemos tenido una posición respetuosa y estamos dispuestos a discutir en el Congreso. Ahora, ¿sabés qué discute el Congreso en este momento? La Comisión de Juicio Político discute el juicio político a la Corte. Entonces, la única política consistente del Frente de Todos ha sido la búsqueda de la impunidad para la Vicepresidenta. Sigue enfrascado en eso. Y me parece que no saben qué hacer, aunque todos sabemos cuáles son las medidas que el Gobierno tiene que tomar.

— Si se mantiene este panorama crítico, ¿hay posibilidades de un estallido social?

— Espero que no porque si estalla una bomba en este barco estamos todos. Esperemos que el Presidente, el ministro de Economía y la Vicepresidenta, que es la responsable del Gobierno, tomen las medidas que tiene que tomar, manden las leyes que tienen que mandar al Parlamento y terminen con esta agonía que estamos viviendo todos los argentinos.

— Alberto Fernández apuntó a la responsabilidad de la oposición en la crisis actual.

— El problema que tienen el Presidente, la Vicepresidenta y el ministro de Economía es que hacen populismo y se han quedado sin dinero, o sea, sin dólares. Entonces, no pueden seguir haciendo populismo y acá hay que tomar las medidas que se deben tomar. No lo dice la oposición sino los datos duros de la economía: la Argentina está incumpliendo con el propio acuerdo con el FMI que había establecido en cuanto a déficit, a reservas. El problema es que les está estallando, no tiene que ver con la oposición. El Gobierno se ha dedicado siempre a poner excusas, primero con el “Ah, pero Macri”, después con la pandemia, después con la guerra de Ucrania, que tiene menos inflación que la Argentina, después con la sequía y ahora con la oposición. Acá hay un solo responsable y se llaman Cristina, Alberto y Sergio Massa.

Graciela Ocaña, con dirigentes de JxC como Martin Lousteau,Fernando Sanchez y Roy Cortina

— ¿Se llega con normalidad a las elecciones? Hay quienes creen que el kirchnerismo puede apelar a alguna maniobra para tratar de evitar una derrota?

— Hoy no podrían hacerlo. Es más, Juntos por el Cambio está proponiendo reuniones con economistas de las distintas fundaciones para poder discutir acerca de esta situación económica que es muy grave. Es muy grave porque la Argentina ya la vivió. Cuando un ministro amenaza con el mercado, con la justicia y con perseguir con el Código Penal sabemos que nunca ha terminado bien. Y acá lo que Massa tiene que hacer es no terminar de destruir lo que queda. El ministro tomó la decisión, a partir de lo cual hemos hecho tanto un amparo como una denuncia penal, de liquidar los títulos públicos en dólares que estaban en el Fondo de Garantía Prestacional en el ANSES. Hoy están liquidando lo que quedaba, las perlas del cajón de las joyas de la abuela donde había muy poco. Están liquidando para ganar tranquilidad de unos días. Y la Argentina merece que el Presidente, la Vicepresidenta y el ministro de Economía tomen las decisiones para resolver el problema de los argentinos.

— El gobierno que viene tendrá que tomar medidas antipáticas, que implicarán más ajuste y sacrificios para la gente. ¿Habrá tolerancia social para llevarlas adelante?

— No sé si los sacrificios hay que pedírselos a la sociedad o a los grupos de poder que han consolidado y captado parte de los recursos estatales. Hay que empezar por ahí. Por supuesto son los más reaccionarios, pero contra ellos es adonde hay que ir. Juntos por el Cambio tiene la decisión de llevar adelante reformas estructurales de la Argentina y hay que hablarle a la gente con la verdad. También hay que tener la empatía de ser los primeros que se ajusten: creo que hay que ajustar la política. La Argentina tiene que dar una discusión en todo el país sobre la necesidad de ir, por ejemplo, a legislaturas unicamerales en todo el país. ¿Qué sentido tiene en la provincia de Buenos Aires que haya una Cámara de Diputados y una Cámara de Senadores? Hay que terminar con instituciones que son antiguas, que no sirven y que lo único que la sociedad percibe es que sirven para gastar dinero.

Graciela Ocaña, en una recorrida de campaña con Fanny Madelbaum y Pablo Lanusse

— Si la política tiene que hacer un gran ajuste, ¿podrá hacerlo la ciudad de Buenos Aires, que mantiene una estructura muy fuerte en materia de gastos, sin afectar la gestión?

— Creemos que tiene que ser una gestión muy eficiente, pero también muy austera, como dije. Tengo un equipo que está analizando todo el presupuesto para ver qué cosas pueden suprimirse o que no se dupliquen y qué estructuras hay que discutir de cara a la sociedad. Es importante empezar por casa.

— Para alguien que tuvo tantos desafíos políticos, ¿qué representa este nuevo paso?

— Yo soy nacida en la Provincia de Buenos Aires y por eso he sido electa. Nosotros construimos un espacio desde 2013 en la ciudad de Buenos Aires que es Confianza Pública, pensado para los vecinos, con los vecinos. Tenemos representantes que son parte de eso. No vienen de historias en la política sino del trabajo que realizan en la sociedad civil, en algunos casos desde centros de jubilados. Tenemos dos comuneras que son personas mayores y que han trabajado siempre con la sociedad civil. Tenemos jóvenes que se han sumado a este proyecto, que nunca habían militado y que han encontrado en Confianza un lugar de participación. Creemos en esa construcción y apostamos a esa construcción. Para mí esto es un desafío, no va a ser la primera vez. Ya nos presentamos en 2015, cuando competí en las primarias contra Martín Lousteau. Creo que tenemos una propuesta ideal que no es entrar en la discusión pequeña de las diferencias sino sumar y aportar ideas y propuestas.

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