En un mensaje de apertura y a tono con el tenso clima económico y social, el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), monseñor Oscar Vicente Ojea, convocó a llevar adelante una actitud de “escucha” ante los crecientes reclamos sociales y pidió hacerlo “desde abajo, desde cerca y desde dentro.”
“Vivimos en una cultura en el que todos gritan y nadie escucha”, definió la autoridad de la Iglesia Católica en su homilía ante un centenar de obispos, al celebrar este martes la misa vespertina en la casa de ejercicios El Cenáculo, del partido bonaerense de Pilar, donde se lleva a cabo hasta el viernes la 122ª Asamblea Plenaria de la CEA.
En los últimos días, Ojea ya había advertido que en la sociedad argentina hay un “clima de violencia muy grande” en el cual la gente se “pelea por cualquier cosa”, y exhortó a “tener una verdadera escucha activa de los demás que permita salir de los pantanos y aprender a dialogar”. Con el mismo tenor, el obispo de San Isidro dio ayer un mensaje en el que recupera las enseñanzas del documental “Amen, Francisco responde”, donde el Sumo Pontífice pontífice se acerca a los jóvenes y entabla conversaciones sobre temáticas como los abusos, el aborto o la inmigración.
En el segundo día de la Asamblea de la CEA, Ojea destacó que, en el film que se emite por la plataforma de streaming Disney+, el Papa Francisco participa allí de la conversación “con un estilo humilde, que lo hace cercano” a los jóvenes.
“El Papa los escucha. Esta es una actitud profética, no demagógica. Llega y se sienta a escuchar. No va a bajar línea, se integra en la conversación y escucha largamente. Escucha lo que es difícil de escuchar: un abuso que no fue debidamente atendido, una joven que le habla del aborto e intenta justificarlo. Escucha el posicionamiento de un joven inmigrante que presenta sus sufrimientos. Acepta el dolor de estos jóvenes y recibe también sus cuestionamientos”, evaluó el titular de la CEA.
En un tono autocrítico, monseñor Ojea advirtió a los sacerdotes sobre este estilo del Papa Francisco: “Esta conversación nos interpela también a nosotros como obispos ya que muchas veces estamos escuchando reclamos, planteos, comentarios que no nos gustaría escuchar y tenemos la tentación de ponernos a la defensiva y huir”.
Para el obispo de San Isidro, la Iglesia tiene que transitar un cambio de paradigma porque ya no es “una referencia obligada de las sociedades” y propuso seguir el ejemplo de diálogo que utiliza el papa Francisco para renovar la evangelización.
“A diferencia de otras épocas, a muchos ni siquiera les interesa lo que nosotros pensamos, no les molesta discrepar con nosotros. Al contrario, a veces piensan que esa discrepancia los valida. Somos una voz más en la conversación”, planteó como punto de partida el sanisidrense que representa la máxima autoridad de la Iglesia Católica en Argentina.
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En este sentido, remarcó su trabajo de acercamiento a la juventud sin imposiciones y su intención de no buscar cambiar a las personas, sino empatizar con ellas. Y volvió a citar el documental, donde el Papa Francisco “se preocupa por empatizar con el interlocutor”. “Comienza valorando en ellos lo que puede valorar y luego expresa serenamente el pensamiento de la Iglesia sin imposiciones”, subrayó Ojea.
Y agregó, sobre el cambio de coyuntura: “Esta realidad es bien conocida por el Papa, la acepta y actúa en consecuencia. Se coloca en su diálogo con los jóvenes en una simetría moral que el establece con ellos, de ser humano a ser humano. Es el hacerse cargo de las situaciones, su autenticidad lo que le da verdadera autoridad”.
Ojea diferenció esta actitud de escucha con el “acto de ver”, que “resulta más impositivo”. “Por la mirada tendemos a poseer el mundo y a dominarlo, definimos y ponemos etiquetas a la realidad con una mirada sesgada. La escucha, en cambio, que muchas veces se hace llamada, nos asalta y nos sorprende. Estamos indefensos ante su llegada”, dijo.
Y completó: “Solo cuando se ve lo que nace de una escucha es posible ver desde una mirada interior y es posible creer. Esta escucha para ser efectiva debe hacerse desde abajo, desde cerca y desde dentro”.
Hacia el final de la homilía, Ojea hizo mención a los obispos que fueron asesinados en la dictadura y habló de “hacerse cargo de una historia”. Lo dijo al citar la publicación de los volúmenes de la “Verdad los Hará Libres”, la cual definió como “un verdadero ejercicio de escucha de los archivos y de las víctimas que estaban detrás de ellos”.
“No tuvimos como Conferencia Episcopal solamente la intención de publicar los textos de nuestros archivos, sino la de hacernos cargo de una historia, haciendo en primer lugar una memoria agradecida por tantas hermanas y hermanos nuestros, laicos, religiosos, sacerdotes y obispos que en momentos dramáticos de nuestra historia respondieron con enorme coraje evangélico y entregando sus vidas”, compartió.
Y concluyó, en memoria de ellos: “Por eso queremos dar gracias a Dios por la vida y el ministerio del Beato Enrique Angelelli y también de Mons. Carlos Ponce de León que junto con otros obispos estuvieron a la altura de su responsabilidad pastoral, defendiendo la misión de la Iglesia y su servicio al Evangelio y realizando de un modo ejemplar una autentica escucha misionera, con un oído en el pueblo y el otro en el Evangelio”.
La reunión del Episcopado en medio de la tensión económica
Hasta el próximo viernes se desarrollará en la Casa de Retiros “El Cenáculo” en la localidad bonaerense de Pilar la 122° Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina.
Allí, los obispos de todo el país llevan una agenda de temas muy amplia para tratar, como por ejemplo “la situación social en cada una de las diócesis”, que se enmarca dentro de un contexto político particular, la elección presidencial de octubre y antes de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), un hecho que tomó inercia después de la decisión de Alberto Fernández de no buscar su reelección.
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