En un contexto de fragilidad económica, la política argentina entró desde hoy en cuenta regresiva. A dos meses exactos del cierre de listas, el Frente de Todos y Juntos por el Cambio empezaron a acelerar los pasos para definir candidatos y ordenar una oferta electoral que enfrenta un desafío inédito: la irrupción de una tercera opción competitiva, los libertarios de Javier Milei.
Se trata de un cambio de ritmo, una urgencia, que la impone el cronograma oficial que difundió el año pasado la Cámara Nacional Electoral. Allí figura, entre más de tres docenas de fechas, el 24 de junio como “Inicio de la campaña electoral para las PASO” y “fin del plazo para la presentación de listas de precandidatos ante las Juntas Electorales Partidarias”.
Es un mojón crucial, porque definirá quiénes competirán en las primarias convocadas para el 13 de agosto, las generales del 22 de octubre y el inevitable balotaje del 19 de noviembre.
Es una cuenta regresiva con otra característica especial: los tres presidentes que gobernaron el país los últimos 15 años -Cristina Kirchner, Mauricio Macri y Alberto Fernández- anunciaron entre diciembre y el viernes pasado que no competirán por otro mandato. Sin embargo, los tres pretenden influir en la definición de los candidatos y enfrentan la resistencia de sus antiguos subordinados.
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Cristina en La Plata y el turno de Massa
En concreto, la vicepresidenta estará el próximo jueves, el día que se cumplen 20 años de la elección de Néstor Kirchner, en el Teatro Argentino de La Plata. Es la ciudad desde donde gobierna la provincia de Buenos Aires Axel Kicillof y el escenario donde anunció su primera candidatura presidencial, allá por 2007.
Como en cada oportunidad que Cristina Kirchner prepara un acto, el contenido de su discurso es conocido por el círculo más íntimo y hermético de colaboradores. La semana pasada, una personalidad política que la conoce hace décadas confió a Infobae: “Ninguno de nosotros pierde la esperanza. Aunque ella dijo que no, nosotros queremos que sea candidata”.
El acto del jueves lo anunció Máximo Kirchner cuando crecía la presión para que la vicepresidenta participe de una movilización que estaba organizando el kirchnerismo para el 25 de mayo y donde le reclamaban su presencia. “Queremos que venga al acto y que anuncie algo que nos guste. La invitación se la hicimos. Todavía no respondió”, decía esta fuente, con una mezcla de tristeza y recriminación.
Lejos de desautorizarlo, CFK viene convalidando el operativo clamor en cada acto público -dejando correr el cántico “Presidenta, Cristina Presidenta”-, aunque a cada interlocutor con el que se encuentra le transmite el mismo mensaje: “No es que si voy de candidata ya está todo solucionado”.
Esas señales alientan a otro sector del Frente de Todos que alientan la alternativa de Sergio Massa como candidato único, con apoyo de CFK y de La Cámpora. El ministro de Economía enfrenta primero el desafío de poner en caja el dólar, una variable indomable que es el termómetro que mira la política para definir, además de candidaturas, el formato de la campaña que viene.
En el Ministerio de Economía confiaban en que esta semana la cotización libre del billete norteamericano podría aflojar, después de una semana de desquicio, producto de las versiones de devaluación que surgieron tras la difusión del paper de Antonio Aracre, fugaz jefe de asesores de Alberto Fernández. Lo cierto es que con las cotizaciones disparadas, la semana terminó con el ex CEO eyectado de su cargo y el Presidente declinando competir por otro mandato. ¿Le alcanzará eso al mercado?
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En el Palacio de Hacienda confiaban en que esta semana la liquidación del dólar agro -con el aporte de economías regionales- y el compromiso de Estados Unidos de que habilitará más desembolsos de organismos multilaterales aplacarán algo la histeria financiera. Gravita en esto último una interpretación geopolítica que alinea la flexibilidad de Washington con el gobierno argentino a la necesidad de fortalecer un aliado frente al extravío diplomático del brasileño Luiz Inacio Lula Da Silva, ensimismado en coqueteos inexplicables con los chinos y los rusos.
¿Cómo pueden apoyar a la gestión de Massa y al mismo tiempo criticar el acuerdo con el Fondo Monetario y plantear que hay que dejar de pagarlo y renegociar? La plasticidad del peronismo es un arte que Cristina Kirchner le transmitió a La Cámpora hace rato.
Macri y la batalla de los egos
Como anticipó este domingo Infobae, Mauricio Macri tendrá toda esta semana una serie de reuniones con líderes de Juntos por el Cambio. La coalición opositora terminó sumida en una crisis política por su embestida contra Horacio Rodríguez Larreta por no apoyar a su primo, el intendente de Vicente López Jorge Macri, como candidato único del PRO para jefe de gobierno porteño.
Esa reacción crítica contra la convocatoria a elecciones concurrentes en la ciudad de Buenos Aires junto a las nacionales, más los elogios a Javier Milei no sólo provocaron malestar en la dirigencia alineada con Larreta, sino también con una porción importante del radicalismo, un socio clave dentro de JxC.
“No se entiende por qué reaccionó así con Horacio. Cuando Gabriela Michetti lo enfrentó y compitió para ser jefa de gobierno, él la respetó pero le hizo campaña en contra, sin agresiones y sin decir que no se respetaban los valores del PRO ni plantear que estaba decepcionado. Ahora podría haber hecho lo mismo: nadie le va a decir que no haga campaña por su primo”, explicaba un dirigente oficialista.
El diputado radical y vicerrector de la UBA, Emiliano Yacobitti, que apoya a Martín Lousteau para la sucesión porteña, fue duro con el ex presidente: “Macri es ex presidente y es muy importante en Juntos por el Cambio pero no quiere decir que el resto tenga que hacer lo que él dice. Si yo estuviera en su lugar y decidí no competir, aconsejaría a todos, pero no trataría de influir de esa manera. No es bueno para él”.
Lo cierto es que esa tensión con quien fuera su jefe de Gabinete durante los ocho años que gobernó la ciudad de Buenos Aires dejó a Mauricio Macri del lado de Patricia Bullrich. La precandidata ya avisó que no se siente cómoda con eso. “No espero el apoyo de Macri”, dijo en declaraciones periodísticas. Un confidente de “La Piba” le reveló a Infobae que en la reunión que ambos tuvieron en Cumelén en el verano ella le dejó claro que no iba a aceptar tutelaje.
Más allá del intento de influir en el armado de la oferta electoral de Juntos por el Cambio de Macri, Patricia Bullrich negocia con el denominado “Grupo Malbec” de la UCR no sólo su vicepresidente -suenan el mendocino Rodolfo Suárez y el formoseño Luis Naidenoff-, sino un acuerdo más amplio que contenga incluso la provincia de Buenos Aires y un futuro gabinete nacional.
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Una figura clave también en el PRO es María Eugenia Vidal, que todavía no desactiva su precandidatura presidencial. Colaboradores que la consultaron este fin de semana revelaron a Infobae que anunciará su decisión la semana que viene. “Dije que lo iba a decidir a fines de abril y principios de mayo y así lo voy a hacer”, les respondió. Sigue reflexionando cuál puede ser su mejor aporte a Juntos por el Cambio mientras se multiplican los pedidos para que acepte ser candidata porteña. Hasta la semana pasada la respuesta era no.
El camino libertario
Mientras tanto, Javier Milei muestra una potencia individual desconocida para el resto del sistema política. La difusión de los videos y las fotos de la movilización del fin de semana en San Juan sorprenden. Se trata de un territorio gobernado por el peronismo de Sergio Uñac y que desconoce de movilizaciones como las que ocurrieron el sábado.
Sigue una lógica que le viene dando éxito desde que decidió caminar las movedizas arenas de la política: mucha presencia en los medios de comunicación y en las redes sociales, las principales herramientas que utiliza para emparejar la falta de estructuras propias en el territorio y recursos económicos.
Aunque los números de las encuestas todavía le sonríen y aparece como imparable a cuatro meses de las elecciones, empezó a aparecer otra vez las declaraciones polémicas que tantos dolores de cabeza le trajo el año pasado, con la venta de órganos y la libertad para que todos vayan armados. Esta vez pasó con su rechazo a la obligatoriedad de la educación.
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Encuestas, números y escenarios
Las últimas encuestas que trascendieron tienen resultados para todas las preferencias políticas, pero una coincidencia: el lugar de Javier Milei no sale de los primeros puestos y disputa de igual a igual con las dos coaliciones que, hasta el año pasado, dominaban el escenario político. Se trata de una amenaza que cabalga, en simultáneo, con la necesidad de cambio y un estado de ánimo entre depresivo y agresivo.
Como anticipó Infobae, en la última encuesta de Opina Argentina, que encabeza Facundo Nejamkis, Javier Milei encabeza la intención de voto de manera individual, mientras el tablero electoral queda definido en tercios: 27% Juntos por el Cambio y Frente de Todos, respectivamente, y más atrás los libertarios, con 23%. Y en la interna opositora, Horacio Rodríguez Larreta (16%) aventaja a su rival interna, Patricia Bullrich (10%).
Además, los últimos tres presidentes recogen entre los consultados los niveles más altos de rechazo. Según la encuesta, “Macri, Alberto Fernández y Cristina Kirchner son los dirigentes con el techo más bajo de voto. La opción ‘nunca los votaría’ es elegida, respectivamente, por el 75%, el 70% y el 69%”. Y otro punto clave es que la mayoría de los que respondieron (53%) se pronunciaron a favor de tener en el futuro “un liderazgo firme y capaz de imponer sus ideas”, antes que “un liderazgo que genere diálogo y consensos”.
La encuesta que Zuban Córdoba y Asociados difundió este fin de semana le agregó una dimensión al estado de ánimo colectivo: detectó que más del 76% cree que el país va en dirección incorrecta, el 68,7% tiene una opinión negativa sobre el gobierno nacional, y el 62% está de acuerdo con la frase “hace falta un cambio de Gobierno en el país”.
Si bien fue el sondeo que ubicó a Milei más lejos en el listado de los líderes políticos mejor posicionados, expuso algunas inconsistencias que en la política se comenta con asiduidad. Votantes dispuestos a elegir un dirigente que está en contra de sus valores: “Medimos la adhesión de la sociedad argentina a determinados postulados o propuestas como ‘privatizar Aerolíneas o YPF’, ‘privatizar la educación pública’ o ‘dolarizar la economía’ y todas obtuvieron rechazos mayoritarios, incluso entre los votantes de Milei”, subrayó el trabajo.
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En un sondeo que difundió Shila Vilker, de Trespuntozero, que midió imagen, detectó en primer término que los que mejor rankean son líderes de la oposición, pero con una estructuración distinta de la que mostraron otros sondeos. La primera en esa lista es Patricia Bullrich, le siguen Milei, Mauricio Macri, María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta. Si bien ninguno alcanza el 50% de “positividad”, tienen saldo a favor -más “buena y muy buena” que “mala y muy mala”- la ex ministra de Seguridad y el líder libertario.
Quedan detrás en este relevamiento realizado en el ámbito nacional y que difundió la titular de la encuestadora todas las figuras del oficialismo, con una clave: Cristina Kirchner encabeza el pelotón y todos tienen una imagen “muy mala” entre 64,6% y el 74,8%. Son encuestas que devuelven una imagen ingrata, la de una gestión signada por la frustración y el fracaso.
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