Este lunes todo el gobierno nacional estará atento a la apertura de los mercados y el movimiento que tenga el dólar libre, que el último viernes cerró en $442 después de una fuerte escalda que tensionó la gestión económica, y fue uno de los temas que Alberto Fernández puso sobre la mesa cuando decidió que era el momento de bajar su camino a la reelección. El alborotado mercado cambiario preocupó mucho al Presidente en los últimos días.
En el final de la semana y pese a la escalada del dólar paralelo, el Jefe de Estado y Sergio Massa transmitieron, a través de una foto de ambos en Olivos, que el esquema económico del Gobierno sigue sólido y en pie. Una imagen que sirvió para dejar sin efecto los rumores de una renuncia del ministro de Economía que, según indican en la Casa Rosada, fue lo que generó el alza feroz del dólar paralelo en la mitad de la semana pasada.
El valor en el que cierre el dólar libre este lunes marcará la agenda de la semana y por dónde pasará la preocupación del oficialismo hasta el día jueves, cuando Cristina Kirchner se presente en el Teatro Argentino de La Plata, que tiene impregnada una épica especial para el kirchnerismo porque allí la actual Vicepresidenta lanzó su candidatura a presidenta en el 2007.
Después de la decisión de Alberto Fernández de bajarse de su reelección y empujar con más fuerza la realización de unas PASO, en el Frente de Todos esperan con cierta ansiedad alguna definición electoral de CFK para que el mapa electoral se vaya aclarando y el oficialismo se sumerja de lleno en la construcción de una estrategia electoral sólida.
La definición de Cristina Kirchner es importante porque existen diferencias sustanciales en el armado de una estrategia en la que ella sea candidata a presidenta o senadora, que en una donde no esté en ningún lugar de la boleta, aunque pueda ser la figura que respalde la campaña. Sobre todo en la provincia de Buenos Aires, donde el kirchnerismo pone en juego cerca de una docena de diputados nacionales, intendencias y legisladores provinciales.
Una de los interrogantes que gira en el mundo K es cómo asegurarse la provincia de Buenos Aires a través de los nombres propios que ocupen las candidaturas. La gran mayoría de los intendentes cree que Axel Kicillof debe quedarse donde está y jugar por su relección. Con el Presidente fuera de juego, empezó a diluirse el temor de ir enganchado a una boleta nacional que termine siendo un ancla en el territorio bonaerense.
Si hasta el viernes había especulaciones sobre cómo terminará de resolverse el armado electoral, después del renunciamiento de Fernández y la discusión interna sobre la realización de las PASO que quedó expuesta en el Consejo del PJ, las hipótesis tomaron diferentes formas durante el fin de semana. La principal es que CFK va a terminar siendo candidata o, de mínima, la gran electora. Centralidad plena.
Con Alberto Fernández corrido del centro de la escena y disminuido en su poder luego de dar de baja la reelección, la Vicepresidenta quedó en un lugar preponderante del Gobierno, sostenida por el operativo clamor y su sociedad con Sergio Massa, el funcionario más importante que tiene la gestión.
La discusión política de los próximos días se desarrollará en tres ejes: la posibilidad de una candidatura de la Vicepresidenta, el margen de acción de Sergio Massa para ser candidato y la presión del albertismo para instalar las PASO en todas las categorías frente a la teoría K de que puede terminar habiendo un candidato de unidad.
La disputa interna por la realización de las primarias es un tema que recién este fin de semana volvió a instalarse, luego de que el kirchnerismo, en las voces de Eduardo “Wado” de Pedro y Máximo Kirchner, aceptara afrontar la discusión interna. El albertismo, en las expresiones de Santiago Cafiero, Victoria Tolosa Paz, Fernando “Chino” Navarro y Aníbal Fernández, redobló la presión durante un acto el fin de semana para eliminar el dedo de Cristina Kirchner, una de las grandes obsesiones del Jefe de Estado.
No es solo una postura del círculo presidencial, sino también de otros dirigentes del Frente de Todos, como Juan Grabois, que siempre fue muy crítico con Fernández. Además de ser la postura que hasta aquí manifestaron los movimientos sociales y la CGT. Todos entienden que debe haber una PASO y que el kirchnerismo, para que la elección sea competitiva, tiene el deber de aceptarla y trabajar en consecuencia.
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