Había amanecido el sábado y nadie en el PJ porteño sabía a ciencia cierta si Máximo Kirchner iría al “Plenario de la Ciudad con Cristina”, que empezaba a las 10 en el estadio de Ferro. La confirmación quedó a cargo del senador nacional camporista y jefe del partido a nivel local, Mariano Recalde, que avisó en una entrevista radial, poco antes de que se activaran las comisiones del encuentro político, que el principal y único orador sería el titular nacional de la organización.
La asistencia del hijo de Cristina Kirchner se precipitó después de la renuncia de Alberto Fernández a la reelección, una decisión previsible pero anunciada sorpresivamente, que aceleró los planes políticos a lo largo y ancho del Frente de Todos de cara al cierre de listas para las Primarias, en junio. Y los organizadores del acto en Caballito aumentaron sus expectativas. “Hay un clima interesante”, se entusiasmó un armador, al mediodía, después de la constatación de que escucharían al referente principal del espacio.
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Un par de horas después, rodeado de militantes que habían estado haciendo pogo durante horas entre las banderas de las agrupaciones afines, Máximo Kirchner cerró su mensaje con otra novedad: Cristina Kirchner encabezaría el homenaje a la presidencia de Néstor Kirchner que vienen organizando sus soldados desde hace semanas para el 27 de abril, por el aniversario del ajustado triunfo de 2003, en el Teatro Argentino de La Plata, su ciudad de origen y sede de varios de los más importantes actos del kirchnerismo.
Hasta el renunciamiento de Alberto Fernández, el viernes por la mañana, el encuentro político de mayor peso del sector duro del Gobierno estaba planeado para el 25 de mayo, para recordar la asunción del ex mandatario. Así lo habían deslizado distintos dirigentes a Infobae hace diez días, al final de la protesta del kirchnerismo frente a los Tribunales. “Ese día sí vamos a tirar toda la carne al asador. Lo del 27 va a ser más bien protocolar”, había augurado un intendente.
Con bajo perfil, la actividad del próximo jueves estaba organizada en torno al lanzamiento de una reedición de la “escuela de gobierno” de 2019 que vienen impulsando ex senadora cristinista Virginia García, hoy a cargo de la Dirección General Impositiva de AFIP, y el ex ministro de Educación, Nicolás Trotta, cercano al sindicalista Víctor Santa María (ambos muy afines a Alberto Fernández durante los primeros dos años de su mandato, hasta que se alejaron entre fuertes ruidos y se alinearon con el kirchnerismo).
Ayer, con la constatación, en boca de su hijo, de que CFK irá al teatro platense, el acto del 27 de abril tomó otro cariz. La “escuela” quedará en segundo plano, y ahora toda la expectativa apunta a su mensaje, en medio de las dudas sobre el rol que tendrá este año. A la salida del “VIP” de Ferro, en Caballito, ayer, las especulaciones estaban a la orden del día. “Como están las cosas, es una posibilidad que anuncie ese día si va a ser candidata o no”, se ilusionó un armador bonaerense, militante del operativo clamor Cristina 2023. Otros fueron más cautos: “Es difícil que Cristina sea tan previsible”, dijo un funcionario.
En la tropa K admiten que la decisión del Presidente apuró los tiempos en el espacio. Inclusive los de la vice. “Todos estábamos esperando a mayo, pero las cosas se aceleraron”, reconoció un funcionario en la soleada tarde porteña, antes de subirse a un auto en Martín de Gainza y Avellaneda.
En espejo, el ala de moderada del FDT también agiliza las definiciones tras el corrimiento del Presidente. Pocas horas después del acto de La Cámpora en el distrito que gobierna el PRO desde hace 16 años, los ministros de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz; Relaciones Exteriores, Santiago Cafiero; Seguridad, Aníbal Fernández; y el jefe de Gabinete, Agustín Rossi, todos alfiles de Alberto Fernández, encabezaron un acto en Ensenada que estaba previsto desde hace varios días pero que terminó sumando más figuras de las que se esperaba.
El mítin se hizo en el camping del Sindicato de Obras Sanitarias (Sosba), a 10 minutos del predio de Punta Lara donde suele reunirse la “mesa de Ensenada”, integrada por referentes de bonaerenses que trabajan por la candidatura de Cristina Kirchner, entre ellos, el fervientemente kirchnerista intendente, Mario Secco. La ceremonia política de los “albertistas” se armó en torno a Tolosa Paz, referente platense muy ligada al primer mandatario, que encabezó la lista de diputados nacionales por la Provincia de Buenos Aires en las últimas elecciones legislativas, donde el oficialismo resultó derrotado contra Juntos por el Cambio.
Con los sugestivos slogan “Camino a la Victoria”, y “Será Victoria”, la ministra defendió las PASO y llamó a organizar las “reglas de juego” para la competencia interna, que probablemente se terminen de delinear en el Congreso del PJ convocado en el Consejo del viernes por la tarde, en la sede partidaria de la calle Matheu. Rodeada de carteles rosas, y vestida, ella misma, con una camisa de ese color, no dijo a qué cargo apunta. Pero ya avisó a los propios que no competirá nuevamente en La Plata, como hace cuatro años, cuando perdió diezmada por la interna. Y en el frente la ubican, o bien como compañera de fórmula de alguno de los candidatos moderados; o para la provincia de Buenos Aires, donde el candidato puesto es Axel Kicillof, que responde a Cristina Kirchner y quiere la reelección, pero podría ir a la Nación si la vicepresidenta así lo dispusiera. De todas formas, los rumores de que habrá dos listas en la Provincia están vigentes, si bien los armadores más experimentados advierten que sería peligroso fragmentar la oferta en el distrito más poblado.
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La ministra, identificada con el peronismo no camporista, evitó los cuestionamientos contra el espacio opuesto. Pero Aníbal Fernández, el principal espadachín del Presidente, se encargó de fustigar contra la orga, a la que calificó, una vez más, como “soberbia”. Del otro lado de la General Paz, en las primeras horas de la tarde Máximo Kirchner le había dedicado algunos comentarios picantes a Alberto Fernández, como siempre, sobre el rumbo de la gestión económica. Pero sobre el final, le concedió cierto reconocimiento por la gestión de la pandemia.
Mientras tanto, la crisis
Mientras se colocan en posición de lanzamiento, todos los referentes miran atentamente el curso de la economía. El lunes será una jornada clave, donde el Gobierno evaluará si sirvieron los anuncios políticos de los últimos días de la semana, atravesada por la corrida cambiaria que llevó el dólar a un pico de $440. Aguardan el efecto en los mercados de la foto que se tomaron juntos Alberto Fernández y el ministro de Economía, Sergio Massa, para mostrar continuidad en el esquema del Gabinete después de los rumores de renuncia; y el anuncio del apartamiento del jefe de Estado de la carrera electoral. Además, evalúan anunciar medidas, por ahora misteriosas.
Massa, en tanto, aún medita si se presentará en las PASO, o dejará pasar cuatro años hasta las siguientes elecciones presidenciales. El 5 de mayo tiene planeado encabezar el encuentro del Frente Renovador, donde oficializarán que presentarán candidatos en todas las categorías. El discurso más importante de Cristina Kirchner será una semana antes, y en el kirchnerismo adelantan, sin dudas, que condicionará sus planes. Algunos se ilusionan con que la Vicepresidenta juegue, pero la mayoría cree que mantendrá firme la postura de diciembre tras la condena en vialidad. En ese caso, consideran que lo más probable es que haya PASO, sean quienes sean los candidatos. Por ahora, además de Massa, siguen en carrera el embajador en Brasil, Daniel Scioli; el ministro del Interior, Eduardo “Wado de Pedro. Y empieza a perfilarse, también, Rossi.
Para los próximos días, Alberto Fernández, que se mantuvo en silencio después de su anuncio y de su participación en el Consejo del PJ, tiene planeado continuar con una agenda estrictamente “institucional”, según dijeron en su entorno, que incluirá sendas visitas a Salta y a Santa Cruz, un encuentro con el presidente de Rumania, Klaus Iohannis, y un acto sobre Seguridad. Sin embargo, estará abocado principalmente a seguir la evolución del dólar paralelo y la renegociación de la deuda con el FMI, temas clave en una agenda nacional donde el armado electoral quedó atravesado por la profundización de la crisis económica.
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