Con el regreso de Pablo Moyano, la CGT reflotará esta tarde su actividad en medio de señales complicadas de la economía, como una inflación en ascenso y la disparada del dólar: el Consejo Directivo cegetista difundirá un documento en el que advierte que “ya no hay más margen de deterioro económico sin riesgo de descomposición social” y avanzará con la organización de un acto para el 2 de mayo en la cancha de Defensores de Belgrano, en el barrio de Núñez, para conmemorar el Día del Trabajador y tratar de recuperar la iniciativa político-sindical.
La conducción de la CGT se reunirá a las 15 en la sede de Azopardo 802 y de esta forma romperá un prolongado período de inactividad: en todo 2022 hubo sólo 5 reuniones del Consejo Directivo y la reunión de hoy será la primera en ocho meses que se realizará con sus 49 integrantes. Estará el triunvirato completo, que integran Héctor Daer (Sanidad), Carlos Acuña (estaciones de servicio) y Pablo Moyano, además de los independientes Gerardo Martínez (UOCRA), Andrés Rodríguez (UPCN) y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), “gordos” como Armando Cavalieri (Comercio), barrionuevistas como Argentino Geneiro (gastronómicos) y aliados de peso del sector mayoritario de la central obrera como Sergio Romero (UDA), Jorge Sola (seguros) y Carlos Frigerio (cerveceros).
En el encuentro, se aprobará el documento que contiene reclamos al Gobierno y a la oposición: tras advertir que “los índices de inflación y pobreza deben encabezar las prioridades para la adopción de medidas y acciones urgentes”, la central obrera instará a “la convocatoria de un gran consenso político, económico y social que permita alcanzar acuerdos básicos para el diseño de un programa de mediano y largo plazo, promoviendo el desarrollo, la producción y el trabajo como instrumentos necesarios y urgentes para superar la crisis y trazar un horizonte de crecimiento con justicia social”.
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La declaración de la CGT, que fue elaborada por Gerardo Martínez, líder de la UOCRA, también afirma que “el contexto económico y social es de tal gravedad que no permite especulaciones personalistas ni sectoriales” y advierte: “La sociedad argentina atraviesa una compleja crisis económica y social, heredada y agravada por un escenario de inestabilidad macroeconómica que se manifiesta a través de una escalada inflacionaria creciente que pulveriza el poder adquisitivo de los salarios; escasez de divisas, informalidad laboral y un proceso de aumento en su pobreza estructural, inaceptable para la Argentina, que alcanza a un 40% de nuestro pueblo, condenando a la marginalidad a millones de argentinos y argentinas y ponen en serio riesgo la cohesión social”.
En el texto, además, la CGT reclamará, entre otros puntos, “reducir los actuales índices de inflación, verdadero impuesto a la pobreza que deteriora los salarios y afecta la previsibilidad en materia de inversiones impactando negativamente en todas las variables”; “la defensa del aparato productivo nacional y la instrumentación de políticas que promuevan el empleo genuino; “el fomento al trabajo argentino a través de prácticas exportadoras con valor agregado” y “la promoción de un proceso de movilidad social ascendente y de una justa redistribución de la riqueza que revierta la concentración del ingreso y promueva el equilibrio en la relación capital-trabajo”.
Pese a su postura crítica, la dirigencia cegetista todavía espera que se concrete la visita del ministro de Economía, Sergio Massa, al histórico edificio de Azopardo 802 que se viene postergando desde febrero. Ese gesto del líder del Frente Renovador fue imaginado como la oportunidad para que la mayor parte del sindicalismo avalara su candidatura presidencial. Por eso la idea de la visita se reflotó cuando la CGT y Massa acordaron que una serie de adicionales de convenio dejarán de sufrir los descuentos por el Impuesto a las Ganancias, medida que beneficiará a más de 600.000 trabajadores.
Sin embargo, la noticia de que la inflación de marzo llegó al 7,7% volvió a empantanar el encuentro de Massa en la CGT. Aun así, hay dirigentes que trabajan para que el ministro visite la sede cegetista el próximo 1° de mayo y allí anuncie el alivio en Ganancias. De todas formas, causa inquietud en el sindicalismo que, pese al acuerdo, la medida acordada no está en vigencia porque aún no se publicaron en el Boletín Oficial las resoluciones correspondientes de la Subsecretaría de Ingresos Públicos del Ministerio de Economía y la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP).
El acuerdo entre Massa y la CGT implicaría una mejora salarial de bolsillo de hasta el 16% y alcanzará a adicionales como bonos por productividad, fallo de caja y conceptos de similar naturaleza; movilidad, viáticos y otras compensaciones análogas, y horas extras, adicionales por turno rotatorio y similares.
En la reunión del Consejo Directivo, la central obrera también aprobará otro documento que será leído en el acto del 2 de mayo y que apuntará hacia el futuro, una advertencia acerca de la resistencia a una reforma laboral en caso de que Juntos por el Cambio gane las elecciones.
Para el acto en Defensores de Belgrano, el sector que controla la CGT (“los Gordos”, los independientes y el barrionuevismo) lograron el respaldo de Hugo y Pablo Moyano. En el caso del hijo del líder camionero, distanciado del resto de sus colegas cegetistas, tomó la decisión de regresar a las reuniones de la central obrera luego de una reunión que tuvo con gremialistas del sector independiente, Gerardo Martínez, Andrés Rodríguez y José Luis Lingeri. Hubo reproches cruzados por sus diferencias políticas y sindicales, pero finalmente firmaron la paz.
Hasta ahora, Pablo Moyano se mostró alineado con el kirchnerismo de la misma forma que sus colegas del Frente Sindical para el Modelo Nacional (Fresimona), como Mario Manrique (SMATA) y Omar Plaini (canillitas). El dirigente camionero estuvo de viaje y no participó de la marcha K contra la Corte Suprema y en reclamo de que Cristina Kirchner “no sea proscripta” para competir en las elecciones. Manrique es el sindicalista que se hizo más conocido en las últimas horas por su violento mensaje contra empresarios que participaron del encuentro realizado en San Carlos de Bariloche: “Los que están en Llao Llao se creen que son los dueños de la Argentina -dijo-. Es obvio que todos los que están dentro del Llao Llao quieren prender fuego el país. A ellos hay que prenderlos fuego”.
En la CGT creen que, más allá de Pablo Moyano, no irán al acto del 2 de mayo sindicalistas kirchneristas como Manrique, Plaini, el metalúrgico Abel Furlán y los miembros de la Corriente Federal de Trabajadores, como Sergio Palazzo (bancarios), Vanesa Siley (judiciales) y Walter Correa (curtidores y ministro de Trabajo bonaerense). Son los mismos dirigentes que la semana pasada se reunieron con Cristina Kirchner como un adelanto del “operativo clamor” para que se postule a la Presidencia.
En la vereda opuesta, la alianza sindical que maneja la CGT y Hugo y Pablo Moyano tienen todo preparado para sumarse al proyecto Sergio Presidente. Ya nadie apuesta por la reelección de Alberto Fernández, aunque, si Massa desiste, el plan B de la mayoría de los dirigentes es Daniel Scioli.
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