Los graves hechos de inseguridad que se registraron en el municipio bonaerense de La Matanza motorizaron una serie de medidas que involucran de manera directa al gobierno nacional, a través del Ministerio de Seguridad, a cargo de Aníbal Fernández y al intendente local, Fernando Espinoza. En primer lugar, al distrito llegarán en los próximos días 300 gendarmes, que se sumarán a los 700 que ya recorrer las calles y barrios; también se seguirán incorporando efectivos de la Policía Federal Argentina para reforzar la vigilancia en las estaciones de trenes. El segundo punto es el inicio de la construcción la nueva base de operaciones de Gendarmería Nacional en Ciudad Evita, en la que funcionarán los mil uniformados con presencia permanente.
La inversión es de unos 300 millones de pesos, correspondientes a fondos municipales. La idea original era que fuesen partidas mixtas, pero ante la demora por parte de nación, se iniciaron las tareas solo con aportes de la intendencia. La obra ya había sido anunciada por Espinoza durante la apertura de la sesiones ordinarias del Consejo Deliberante pero se aceleró el proceso después del asesinato del chofer de la línea 620 y que derivo en graves incidentes. Las instalaciones estarán emplazadas en el predio donde actualmente funciona la Escuela de Gendarmería y tendrá una extensión de aproximadamente dos hectáreas.
Según pudo saber Infobae de fuentes ministeriales y municipales, la Base de Coordinación de Gendarmería “comprende de una construcción por medio de módulos que poseen una estructura arquitectónica específica orientada a su aplicación en terrenos y escenarios diversos”. En este caso estarán destinados a “diversas funciones operativas, logísticas, administrativas y comunicacionales; con la finalidad de coordinar, organizar y planificar estrategias conjuntas en todas las localidades del distrito”.
Desde el entorno de Fernández destacaron que el emplazamiento “será una de las bases más importantes de la provincia de Buenos Aires” y que parte de los otros mil oficiales y suboficiales que la cartera de seguridad destinará al Gran Buenos Aires también desarrollarán actividades en el distrito más poblado del territorio bonaerense, aunque no de manera permanente.
Este medio pudo reconstruir que de las gestiones para el refuerzo de seguridad en la comuna no participó el ministro bonaerense del área, Sergio Berni. Fueron realizadas por el propio Espinoza, de manera directa con el gobernador Axel Kicillof y el presidente Alberto Fernández, ya que, a pesar de las últimas imágenes de camaradería entre Aníbal y Berni, la coordinación entre las fuerzas federales y provinciales no serían fluidas. Tanto es así que aún no se conformó la anunciada sala de situación que funcionará en Puente 12, espacio donde funciona el puesto de comando de Berni, y de la cual participará Gendarmería, Policía Federal y la policía bonaerense, junto con funcionarios nacionales, provinciales y municipales.
Las urgencias por mostrar celeridad y un refuerzo en la seguridad en La Matanza y otras comunas del conurbano con la llegada de efectivos federales surgieron después del violento asesinato del chofer Daniel Barrientos, en la madrugada del pasado 3 de abril en el barrio Virrey del Pino.
El certero disparo en el pecho del trabajador derivó en fuertes cuestionamientos de la oposición y críticas dentro del mismo Frente de Todos.
Las protestas de los compañeros de Barrientos derivaron en golpes, patadas y piedrazos sobre la humanidad del ministro de Seguridad de Kicillof que se había acercado hasta el corte de ruta que protagonizaban los choferes. Berni terminó con contusiones e internado en el Hospital Churruca.
Siete días después, Fernández y titular de la cartera de seguridad bonaerense se reunieron en las oficinas del primero, supuestamente, para coordinar tareas en conjunto.
Aníbal Fernández aprovechó las cámaras para desmentir que su relación con Sergio Berni estuviese dañada y aclaró que “nunca tuvo tensión” con su par bonaerense.
También hizo referencia a los dichos de Carlos Bianco, el jefe de asesores de Axel Kicillof, quien preguntó “dónde están esos gendarmes” que el ministro mencionó “repartidos en todos los distritos”. “En algún momento alguien hizo opiniones respecto a cuánta gente está trabajando en provincia y el número que reclama es el que ya está trabajando -unos 3.000-. Yo no hice nada más que llamar la atención de ese número”, aclaró Fernández.
Fernando Espinoza, el intendente de La Matanza, decidió no involucrarse de manera personal en las discusiones públicas, ni opinar sobre cuestiones de seguridad de su propio distrito. Sí hizo mención a la necesidad de recuperar los más de dos mil gendarmes que patrullaban el municipio durante la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner y que fueron retirados con la llegada de Mauricio Macri a la Casa Rosada y María Eugenia Vidal a la provincia. En ese contexto, planteó completar los mil gendarmes que les habían prometido desde Nación y un refuerzo de la Policía Federal.
También se le dio continuidad a la difundida “mega inversión en infraestructura de última generación” que anticipó al inicio de su gestión y que contempla, la instalación de 2 mil cámaras de seguridad en el espacio público, lectores de patentes en los principales accesos del partido, cámaras de reconocimiento facial, 70 tótems de emergencia dotados con cámara de seguridad y botones antipánico instalados en las principales plazas y puntos estratégicos del distrito y la formación, en la universidad local de 1.300 cadetes.
En La Matanza, pero también en otros distritos tanto gobernados por alcaldes oficialistas u opositores como Moreno, José C. Paz, Berazategui, Quilmes, Tres de Febrero, La Plata o Lanús, solo por citar algunos, el tema de seguridad es uno de los más relevantes entre los vecinos que, entre agosto y octubre, decidirán con su voto castigar o premiar a sus gobernantes.
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