La convocatoria al Consejo Nacional del PJ puso un manto de tranquilidad sobre la convulsionada vida del peronismo. Significó un principio de acuerdo entre la Casa Rosada y el kirchnerismo para lograr tener un punto de encuentro donde se empiece a debatir el rumbo electoral del Frente de Todos.
En todos los sectores de la coalición aseguran que lo primordial de la reunión tiene que ver con un puñado de formalidades vinculadas a la vida partidaria. Los que conocen del tema aseguran que resolverlo implicará poco tiempo. Las expectativas están puestas en el inicio de un debate político que todos entienden que traspasará la barrera de la reunión del viernes.
En la invitación realizada a los consejeros aparecen tres puntos a tratar: la lectura y consideración del acta anterior; la convocatoria al Congreso Partidario y la Designación de los responsables Económicos Financieros para las Elecciones Nacionales Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias; Generales; y eventual segunda vuelta del 2023.
Sobre eso ya hay algunas diferencias. En el kirchnerismo dicen que el Congreso del PJ debería ser en mayo y en el albertismo que lo más posible es que sea en junio. Lo que existe es cierta urgencia por empezar a tener definiciones sobre el armado electoral. El calendario electoral apremia.
Lo cierto es que otra de las intenciones es definir cuál será el temario que tendrá el Congreso partidario. Ahí es donde entra a tallar la discusión política porque deben acordarse los temas a tratar. Formalidades que esconden el verdadero objetivo, que es lograr mayores precisiones sobre el armado electoral y las candidaturas.
Faltan menos de dos meses para que se venza el plazo en el que se deben presentar los frentes electorales y y algunos días más para llegar al 24 de junio, día en que se vence el tiempo para presentar las listas de candidatos. En el peronismo tienen en claro que las formalidades son importantes pero consideran que también es momento de que haya definiciones políticas.
Por eso hay muchos dirigentes que tienen la intención de que la reunión del viernes en Matheu 130, que está convocada a las 17, sea el inicio del debate político que debe finalizar en las candidaturas. Para eso, entienden, es fundamental que haya un consenso entre las partes y que el Presidente y la Vicepresidenta intenten dejar los resquemores de lado y se se reúnan.
El diputado Eduardo Valdés, cercano a los integrantes de la cúpula presidencial, fue taxativo a la hora de definir cuál es la necesidad que tiene el espacio político. “No hay posibilidad de triunfo electoral en el Frente de Todos si quien nos representa en la elección no es producto de un acuerdo entre Alberto y Cristina”, aseguró a Infobae.
Algunos dirigentes creen que es un buen momento para abrir el debate y pedir que Alberto Fernández y Cristina Kirchner se reúnan cuanto antes. Que haya una tregua, vuelvan a hablarse y traten de encaminar un acuerdo electoral que permita que las reglas de juego que se fijen tengan un verdadero sustento político.
A esa reunión hay quienes consideran que es importante que se sume el ministro de Economía, Sergio Massa, quien no asistirá el viernes al PJ porque el Frente Renovador, fuerza que conduce, no forma parte del partido. Massa entrará en juego cuando se deban definir la composición del frente electoral que aglutine a los mismos que hoy están bajo el techo del Frente de Todos.
Dentro del oficialismo las grandes dudas de fondo siguen siendo las mismas: qué harán Alberto Fernández y Cristina Kirchner en estas elecciones. ¿Competirán? ¿Apoyarán otro candidato? ¿Cómo sigue la historia de desencuentros de los dos? Por eso el ámbito para discutir las formalidades puede transformarse en la primera mesa donde haya una presión marcada de la dirigencia para que las definiciones empiecen a llegar.
La tregua para lograr concretar la reunión del viernes no deja de lado la desconfianza existente entre la Casa Rosada y el kirchnerismo. De un lado creen que los principales laderos de Alberto Fernández buscarán que el Presidente tenga centralidad política en medio del debate interno. Del otro lado temen que el ala K condicione la reunión o aparezca con reclamos vinculados a la agenda de CFK, como el caso de la proscripción.
En el oficialismo necesita certezas para poder construir el camino electoral. Si bien en ambos sectores sostienen que todo está dado para que haya PASO, aún hay dirigentes que creen que hay margen para lograr consenso sobre una solo candidato. Sobre todo porque ven la debilidad en la que se encuentra el Gobierno y las dificultades para lograr una estrategia común.
“Si esto no se rompió hasta ahora es porque hay una decisión de Alberto y Cristina de que no se rompa. Cuando en algún momento se soltó la soga, uno de los dos la agarró. Los dos tienen la decisión y la responsabilidad de que no se rompa. Lo que haya que resolver es en clave de acuerdo. Pero es con ellos dos sentados en la mesa”, resumió un influyente ministro del Gabinete.
El consejo del PJ será el puntapié inicial de una hilera de encuentros que servirán para trazar una estrategia electoral. Lo que pueda lograrse el viernes tal vez sea poco en lo que respecta a las definiciones políticas. Pero servirá para que la mayoría de los sectores estén sentados en la mesa y baje el nivel de conflictividad. Para ser competitivos tienen que jugar unidos. Lo saben todos.
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