Cada Semana Santa, Elisa Carrió se recluye en la introspección. La fundadora de la Coalición Cívica es creyente y lee diariamente el evangelio. Cuando finaliza esa efemérides religiosa, acostumbra a emerger en la arena pública de nuevo. Especialmente en los años electorales. Y cuando habla, la paz política se disuelve en el aire. La ex diputada nacional concedió una entrevista anoche y volvió a cruzar a Mauricio Macri por el coqueteo político del ex presidente con el economista libertario Javier Milei. Las declaraciones de la dirigente chaqueña avivaron la interna de Juntos por el Cambio (JxC) y provocaron la reacción del ala dura del PRO.
“El problema de la oposición es que Mauricio no quiere estar en JxC. Él no quiere estar con el radicalismo ni con la Coalición Cívica (CC): lo dijo, quiere estar con Milei”, disparó anoche Carrió en una entrevista con LN+. La ex convencional constituyente apuntó contra Macri porque le inquieta el coqueteo político del ala dura del PRO con Milei. Sus dichos motivaron la reacción del macrismo.
Las declaraciones de Carrió, como es habitual en ella, tienen un timing político milimétrico. Suceden luego de la pelea entre Horacio Rodríguez Larreta y Macri por el anuncio del jefe de Gobierno porteño sobre la convocatoria a elecciones concurrentes en la Ciudad. Desde entonces, el clima se caldeó en JxC y ambos disputan el liderazgo opositor. Con el ex mandatario corrido de la carrera electoral, Patricia Bullrich es la expresión encolumnada con el macrismo.
Tras el cruce con Larreta por las elecciones porteñas, Macri habló la semana pasada en una comida con empresarios y se refirió a Milei. El fundador del PRO insinuó que el líder libertario puede superar en las elecciones al Frente de Todos y llegar al ballotage con JxC. Además, en línea con el divulgador de la Escuela Austríaca, sostuvo que el próximo gobierno debe “semidinamitar” la economía.
Son ideas que incomodan a Larreta, a Carrió y también a la Unión Cívica Radical (UCR). Se trata de un sector de la coalición opositora que no comulga ideológicamente con el mensaje económico y político de Milei. Por eso, cuando Macri seduce públicamente al libertario, desata la queja del ala moderada de JxC. “No sé cómo va a jugar Macri”, insistió anoche la líder de la CC y anticipó, con cierta ironía: “El año que viene voy a escribir una contestación del “Primer tiempo” -el libro de Macri-.
En el macrismo creen que las declaraciones de Carrió surgen en defensa de Rodríguez Larreta y como rechazo al acercamiento que pregonan Macri y Bullrich con Milei. “Ella está jugando con Larreta desde hace tres años, tiene cargos y puestos en el gobierno de la Ciudad. Por eso hace el trabajo sucio”, bramó ante la consulta de Infobae un dirigente macrista de paladar duro. En la misma línea, el diputado nacional Fernando Iglesias, que defiende habitualmente el discurso de Macri y Bullrich, la cruzó a la ex diputada en su Twitter: “Qué tristeza verte en ese papel”.
En la CC rechazas esas etiquetas y concentran la crítica en el discurso libertario. “Usted es un violento, vulgar y advenedizo cuyo único objetivo es romper JxC”, tuiteó esta mañana el diputado nacional Maximiliano Ferraro, cercano a Carrió, en respuesta a Milei. El economista había acusado de “traidores y arrastrados” a los dirigentes “lilitos”. “Tranquilo, no le tenemos miedo a sus agravios, enfrentamos los peores del kirchnerismo muchos años”, se sumó en la misma línea el diputado Juan Manuel López, presidente del bloque de Carrió en la Cámara baja.
Bullrich sintoniza con la prédica de Macri respecto a Milei, aunque en los últimos días intenta emancipar su figura de la del ex presidente para exhibirse auténtica. Al mismo tiempo, en público busca despegarse de la puja entre el fundador del PRO y Rodríguez Larreta. Sin embargo, en la intimidad, el bullrichismo permanece en unas simbiosis con el macrismo. La ex ministra de Seguridad está convencida de que con el renunciamiento de Macri, sus votantes se inclinarán por ella en unas PASO presidenciales contra el jefe de Gobierno.
En tanto, el larretismo observa que Macri pretende “horadar” a Rodríguez Larreta y que el coqueteo con Milei es una forma de hacerlo. “Lilita es estridente, pero creo que Mauricio hizo declaraciones que son más estridentes. El Macri que dice querer dinamitar todo no es el que nos convocó para fundar el PRO”, señaló en diálogo con este medio un operador político que conoce al alcalde porteño hace 20 años.
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La pelea entre Macri y Larreta también dividió aguas en el radicalismo. Hay un sector que está alineado con el jefe de Gobierno, es el que encabezan Gerardo Morales y Martín Lousteau. Mientras que otro guarda más cercanía con el ex jefe de Estado y Bullrich. Son los del “Grupo Malbec”, dentro de los que se encuentran dirigentes como Alfredo Cornejo, Rody Suárez y también Ernesto Sanz.
No obstante, por su tradición política, algo que une a la UCR es el rechazo a las ideas de Milei. Nadie en el partido fundado por Hipólito Yrigoyen puede digerir frases del diputado libertario como cuando contó que arroja dardos a un tiro al blanco con el rostro de Raúl Alfonsín, ex presidente y padre de la democracia. Los correligionarios tampoco comulgan con el minarquismo que pregona Milei. Si bien entre los radicales hay miradas distintas sobre la economía, todas enarbolan la bandera de la Reforma Universitaria que la UCR impulsó en 1918 y no está de acuerdo en eliminar la educación o la salud pública, como propone el economista devoto de Murray Rothbard.
“Yo apoyé a Macri durante su presidencia y generé JxC”, aclaró anoche Carrió, pero azuzó: “Lo hice aún con la enorme reserva moral de la familia que venía Mauricio (Franco Macri). Pero ahora veo que Socma también está en los negocios cerca de Vaca Muerta”. Son expresiones intolerables para el macrismo. “Carrió es un outlet, no existe”, lanzó un dirigente del ala dura del PRO.
JxC continúa en una interna a cielo abierto que amenaza la unidad del espacio. El crecimiento de Milei preocupa a la coalición opositora y suma pimienta. Los principales líderes cambiemitas no encuentran una solución común al ascenso libertario. El larretismo y los radicales pretenden distanciarse de esa narrativa y apelar a un discurso antigrieta. El macrismo y Bullrich, en cambio, emulan ciertas propuestas del libertario y buscan captar la atención de sus seguidores.
Pese a las disonancias, hay algo que nadie ignora en JxC: “Milei irrumpió en la política argentina y se instaló para quedarse”.
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