El embajador argentino en Brasil y único precandidato firme del Frente de Todos, Daniel Scioli, se refirió este domingo a su plan electoral y se presentó como el dirigente que habla con todos los sectores de la coalición oficialista, justo en un momento donde el Gobierno está completamente fracturado y dividido.
En una entrevista con la periodista Romina Manguel aseguró que a lo largo de su vida ha hecho “un culto del diálogo y de la búsqueda de puntos de acuerdo” y advirtió que es un dirigente político que “está cerca de la gente y la escucha”. “La propia gente fue la que me pidió que asuma esta responsabilidad”, sostuvo.
“Mi testimonio es de fortaleza, pero mi fortaleza no es gritar ni pelearse. Es tomar las decisiones que la sociedad esperar”, indicó. En ese sentido, recalcó que “cada elección es un escenario diferente” y que en este año electoral considera que lo primordial “es conversar con todos los sectores”.
Luego de plantear esa idea, contó que durante la semana estuvo reunido con la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, parte de la mesa chica de La Cámpora; el jefe comunal de Berazategui, Juan José Mussi, uno de los caudillos peronistas del conurbano bonaerense; y los gobernadores peronistas Omar Perotti (Santa Fe) y Gustavo Bordet (Entre Ríos), ambos alejados del kirchnerismo.
“Hoy siento que se vuelven a reeditar dos ideologías muy claras. Los que creen que hay que dinamitar al país y los que creemos que es un momento de desarrollo y progreso”, señaló, al tiempo que advirtió que Juntos por el Cambio “dice que va a hacer lo mismo pero más rápido”, en referencia a la gestión entre el 2015 y 2019.
Durante la entrevista reconoció los problemas de la gestión actual del Frente de Todos y admitió que “la gente no da más” y que “los sueldos no alcanzan” porque “los golpea la inflación”. “La gente no puede pensar en ahorrar con la inflación que hay”, expresó Scioli, pero para matizar la autocrítica advirtió que una serie de imprevistos - la guerra, la pandemia y la sequía - “condicionaron la gestión de Alberto Fernández”.
El ex motonauta planteó que durante su gestión como embajador en Brasil “he demostrado que puedo cerrar la grieta”, en referencia a que pudo trabajar sin mayores inconvenientes con los presidentes Jair Bolsonaro y Lula Da Silva. En ese sentido, dijo que habla con “todos los sectores del Frente de Todos” yq eue es momento de “grandes acuerdos y políticas de estado”.
Consultado sobre las permanentes tensiones internas que hay en el oficialismo, Scioli respondió: “Yo sé como manejar este tipo de situaciones. Administrar tensiones, conflictos y diferencias. ¿O alguna vez me vieron enojarme y perjudicar a la provincia y el país?”.
Respecto al tiempo de la campaña electoral y las dificultades de defender una gestión que tiene tres dígitos de inflación interanual, el ex gobernador dijo que “la gente no quiere que le comentemos la realidad obvia”, sino que “quiere hablar de futuro” porque “la gente vota hacia adelante y quiere saber lo que vas a hacer”. En esa línea, expresó: “Hay que hacer algo innovador y superador”.
Scioli afirmó que será el candidato del “argentinismo”. “Se habla de kirchnerismo, peronismo y albertismo. Es el tiempo de la Argentina y los grandes acuerdos. Yo tengo flexibilidad y poder de adaptación. No quiero extremos ni creo que haya que dinamitar todo como dice Macri”, expresó.
El ex vicepresidente contó que para su actual proyecto político quiere rescatar las mejores cosas de los gobiernos que hubo desde el regreso a la democracia. En ese sentido, se focalizó en las últimas dos décadas. “Rescato del gobierno de Cristina que dejó los salarios más altos de Latinoamérica y que gracias a que recuperó YPF, hoy estamos hablando de Vaca Muerta”.
“Rescato el superávit gemelo de Néstor Kirchner y la vivienda 100.000 que entregó Alberto hace pocos días”, explicó. Y cuando le consultaron sobre el gobierno de Mauricio Macri, aseguró: “Es difícil rescatar algo de esa gestión. La gente nos terminó pidiendo que nos unamos para que ellos se vayan”.
Por último y respecto a su candidatura dijo que debe ser “el tipo mas predecible y confiable desde el año 2003 hasta ahora” porque nunca se movió del lugar donde estaba. “Aspiro a ser un delegado obrero como presidente defendiendo el trabajo argentino, a la industria nacional, las pymes, la clase media, los sectores más humildes”, agregó.
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