Cristina Kirchner abrió la primera sesión del año parlamentario en el Senado y significó el regreso a su silla de la Presidencia de la Cámara alta por primera vez desde el pasado 1 de septiembre del 2022, en la previa al intento de asesinato en su contra.
Ocho meses más tarde, la Vicepresidenta reingresó para comandar una sesión en la que se aprobaron varios temas acordados entre el oficialismo y la oposición que incluyeron la ley de Alcohol Cero, el Fortalecimiento de la Justicia en Santa Fe, la Ley Lucio, el nombramiento de jueces y fiscales para Santa Fe y Córdoba, la ley sobre lengua de señas, enfermería, cardiopatías congénitas y una modificación a la ley de impuesto a las Ganancias para trabajadores de la salud.
Las vuelta de la ex presidenta también marcó, por lo menos en esta ocasión, un cambio en la actitud al frente de la Cámara alta. Hasta el año pasado, la ex mandataria solía iniciar las sesiones y luego se retiraba a su despacho y, en algunas ocasiones, volvía al cierre de la misma. Sin embargo, este jueves, se pudo ver a una Cristina Kirchner diferente.
La Vicepresidenta solo se retiró en algunos momentos del recinto. Estuvo en casi todas las votaciones de las leyes y se la pudo ver disfrutar del manejo del debate. Esto quedó claro en uno de los pocos cruces que se observó durante la tarde entre con el senador Luis Naidenoff.
La senadora oficialista María Eugenia Durá fue la última oradora a la hora de debatir la ley de la lengua de señas. Al final, pidió permiso a la presidencia y se acercó hacia el espacio que ocupa Cristina Kirchner y le entregó el característico pañuelo azul que representa la lucha por la Lengua de Seña Argentina (LSA). Luego, la ex jefa de Estado procedió a anunciar la votación del proyecto. En ese momento, Luis Naidenoff pidió la palabra.
“Obviamente que la ley que estamos por aprobar es importante, pero no quiero dejar pasar un hecho que me parece que desde lo político no corresponde. Lo que corresponde es que cuando se da el cierre, se proceda a la votación. Y si se trata de un pañuelo, el gesto se puede hacer, pero primero se vota y después se puede avanzar sobre ese acto protocolar. Lo quiero dejar claro porque esto nunca lo vi y se asemeja a un acto que puede desnaturalizar la importancia de la ley y de todos los que están presentes”.
“Si quiere, devuelvo el pañuelo y procedemos a la votación. Por favor, no arruinemos un bello día”, replicó Cristina Kirchner al senador oficialista Mayans que pedía ya la palabra y procedió a llamar a votar.
Minutos más tarde, cuando el tablero mostraba que la ley era aprobada, estallaron los aplausos y los gritos de festejo desde las gradas, algo que desde la oposición habían pedido que no sucediera. Frente a esto, Cristina Kirchner, que saludó haciendo la seña universal del amor con su mano derecha, se dirigó al bloque de JxC y dijo: “Pido disculpas a los senadores por no pedir silencio a los que están en los palcos porque ya tuvieron una vida de silencio. Dejemos que griten un poco”.
Finalmente, la Vicepresidenta fue y volvió en varias ocasiones. Se reunió en su despacho con los abuelos de Lucio Dupuy y prometió a las organizaciones de sordos que los iba a recibir en los próximas días. Entrada la sesión, decidió dejarle el cierre a la senadora Claudia Ledesma Abdala porque entendió que lo que vino hacer lo hizo. Regresó, se llevó varios “gracias Cristina” que bajaron de los balcones y tuvo un pequeño cruce con Naidenoff. Al final del día, CFK podrá decir que sacó una buena cantidad de temas.
Seguir leyendo: