Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich recibieron en las últimas horas distintos pedidos de empresarios del círculo rojo para que bajen los decibeles de la pelea en el PRO y no compliquen el clima político en el país en un momento de crisis.
Lo admitieron en forma coincidente a Infobae operadores de los tres líderes del PRO en medio del duro enfrentamiento que se registró luego de que el jefe de Gobierno anunciara el lunes pasado el sistema de elecciones concurrentes, con dos urnas, para que voten los porteños.
Casualmente, o no, en el macrismo y el larretismo deslizaron que el ex presidente se reunirá en breve con el jefe de Gobierno para hablar sobre el conflicto que mantienen. Por ahora, sólo se sabe que Macri estuvo reunido con Bullrich el miércoles pasado y que, aunque sus allegados lo niegan, analizaron el nuevo escenario que existe en el PRO a partir del nuevo sistema electoral porteño y la actitud de Rodríguez Larreta de haber avanzado con su decisión pese al rechazo de Macri.
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Los estrategas opositores reconocieron que Juntos por el Cambio no crece como marca en las últimas encuestas encargadas por los candidatos presidenciales del PRO, tendencia que preocupa porque ya venía bajando a raíz de las fricciones internas. Por eso muchos temen que el conflicto que escaló a partir del anuncio electoral de Rodríguez Larreta siga dañando al espacio ante el electorado. Es la inquietud que predomina en el empresariado y ya se lo hicieron saber a los líderes del PRO
En el almuerzo del Cicyp, Macri se sentó al lado del titular de la UIA, Daniel Funes de Rioja, con quien habló animadamente durante casi todo el encuentro. El directivo empresarial le expresó al ex mandatario que la pelea en la oposición tornaría muy difícil el futuro de la Argentina. Lo mismo le advirtieron a Macri importantes dueños de empresas. El ex presidente tuvo en cuenta los comentarios.
Lo que desató la pelea en el PRO fue el anuncio de Rodríguez Larreta del nuevo sistema de elecciones concurrentes que se instrumentará en la ciudad de Buenos Aires y que implicará que en un mismo día se elegirán los cargos nacionales (presidente y diputados) y locales (jefe de Gobierno, diputados porteños y comuneros) con dos urnas: los cargos nacionales se elegirán con la boleta de papel tradicional y los representantes de la ciudad, con la boleta única electrónica.
Para los “halcones” como Macri y Patricia Bullrich, la decisión tomada por Larreta equivale a “manipular las reglas electorales a cuatro meses de las elecciones” para favorecer al radical Martín Lousteau en el bastión electoral del PRO, algo que, a su juicio, confirmaría la versión de que el jefe de Gobierno tiene un acuerdo político con el senador de la UCR. Y el principal damnificado por esta jugada sería Jorge Macri, el candidato a jefe de Gobierno que promueven el ex presidente y la titular del PRO.
Hasta el anuncio de Rodríguez Larreta, el sistema electoral en la ciudad era perjudicial para Lousteau: al no tener un candidato presidencial de la UCR que sea competitivo, iba a tener menos chances de que la boleta sábana le aportara votos para su postulación a jefe de Gobierno. Para el PRO, en cambio, dos candidatos fuertes como Larreta y Bullrich dejaban mejor parado a Jorge Macri. Ahora, las posibilidades se emparejan. Para el ala dura del PRO, es un acto de “traición” del jefe de Gobierno.
Por eso Macri se mostró enfurecido en el Zoom de líderes del PRO, sin la presencia de Rodríguez Larreta, que tuvo lugar el martes pasado y en donde criticó al jefe de Gobierno: “Nadie que tiene la lapicera circunstancialmente puede decidir solo, sin consultar al resto”, dijo.
En esa reunión virtual, donde participaron macristas y bullrichistas y sólo los larretistas Diego Santilli y Eduardo Macchiavelli, el ex presidente se quejó de quienes “lo querían jubilar” y cuestionó “decisiones electorales equivocadas” en el PRO, como los comicios legislativos de 2021, en los que ganaron María Eugenia Vidal en el distrito porteño y Santilli en el bonaerense, quienes estaban presentes mientras Macri relativizó sus triunfos electorales. Ambos le recordaron su triunfo en las urnas.
La tensión en el PRO fue cediendo con el correr de las horas. El miércoles pasado, al hablar ante empresarios del Consejo Internacional de Comercio y Producción (Cicyp), en La Rural, Macri dio por terminada la pelea con Larreta aunque cuestionó que el jefe de Gobierno “no haya trabajado en equipo y no haya decidido en equipo, respetando a las dos candidatas a presidente, María Eugenia Vidal y Patricia Bullrich”. “Ya está, ahora hay que seguir trabajando”, sostuvo.
En el mismo sentido, Bullrich se negó ese día a profundizar la disputa: “No voy a volver a hablar sobre la decisión de Rodríguez Larreta”, señaló. El jefe de Gobierno, por su parte, resaltó: “No participo de discusiones internas, puede haber diferencias, pero la unidad del PRO y de Juntos por el Cambio está más garantizada que nunca”. Y agregó: : “Jamás me han escuchado, ni me van a escuchar, criticando a a otro miembro de Juntos por el Cambio. Si hay una diferencia, la discutimos”.
Como anticipó Infobae, las declaraciones moderadas de Macri, Larreta y Bullrich no alcanzaron para que sus adherentes acordaran una tregua. Más bien sucedió lo contrario y se precipitaron conflictos inusuales, como el que desarrolló este jueves en el PRO de la ciudad de Buenos Aires, donde el oficialismo porteño se enfrentó a macristas y bullrichistas agrupados detrás de Jorge Macri.
La asamblea ordinaria del PRO de la ciudad de Buenos Aires fue convocada para definir el firmante de la documentación de la alianza electoral del partido (es decir, su integración a Juntos por el Cambio), pero la alianza de los Macri con Bullrich reclamaron designar un representante propio para esa tarea con el fin de garantizar que “no nos hagan trampa”.
El larretismo tiene mayoría entre los 90 representantes que votaron para ese rol a un candidato del oficialismo porteño como Eduardo Macchiavelli, secretario de Proyección Federal del gobierno porteño, y el macrismo-bullrichismo amagó con complicar el quórum si no sumaban a alguien propio.
Fue un acto desafiante al poder del jefe de Gobierno en su distrito, pero hubo intensas negociaciones para evitar que se profundizara el enfrentamiento interno. La asamblea, que se realizó en el Club Español, Bernardo de Irigoyen 172, terminó con un triunfo del larretismo, aunque debió ceder y, aunque sólo Macchiavelli será el firmante, habrá 2 responsables económicos y financieros, uno por cada sector. El macrismo-bullrichismo interpretó como un triunfo el hecho de haber logrado que los referentes del jefe de Gobierno hayan aceptado una parte de su reclamo. En las filas larretistas, en cambio, destacaron que consiguieron que Macchiavelli fuera el único elegido para firmar la alianza electoral y que sus adversarios no pudieron imponer lo que querían: “El cargo de responsable económico y financiero no tiene peso como para que hablen de una victoria; en realidad, perdieron”.
La importancia que le dio a esta asamblea del PRO el sector de “los halcones” fue tanta que los negociadores de Mauricio y Jorge Macri y Bullrich fueron Fernando de Andreis, estrecho colaborador del ex presidente y jefe de campaña de su primo; Ezequiel Sabor (ex secretario de Trabajo del gobierno de Cambiemos) y César Torres, subsecretario de Gobierno de la ciudad. Por el larretismo piloteó la estrategia Augusto Rodríguez Larreta, el hermano del jefe de Gobierno, además del titular del PRO porteño, Claudio Romero. ¿Fue apenas el primer round de una batalla que apenas comienza?
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