El reloj corre cada vez con más velocidad y el Frente de Todos no logra generar avances respecto a su armado electoral. Sigue enfrascado en el operativo clamor para que Cristina Kirchner compita en las elecciones y en la espera de la decisión de Alberto Fernández sobre si buscará o no su reelección.
Con ese escenario electoral estático, en el kirchnerismo crece la ansiedad por la falta de un punto de encuentro con el Presidente para discutir la estrategia de cara a los comicios. No hay una convocatoria formal, ni una negociación avanzada para generar una mesa política donde se sienten todos los sectores.
“Es ilógico que todavía no nos juntemos a discutir una estrategia electoral. Cómo vamos a ordenar las PASO, cómo se van a armar las listas. El estado de quietismo de Alberto genera mucha exasperación”, blanqueó un importante funcionario nacional del kirchnerismo.
En el ala K esperan desde hace tiempo que el Presidente avance en la diagramación de una estrategia. Sobre todo considerando que se ha plantado con su idea de que el Frente de Todos necesita generar unas PASO competitivas y que se deben discutir los liderazgos. Al día se hoy se mantienen los puentes entre la Casa Rosada y el kirchnerismo, pero no hay una convocatoria a la vista.
En la Casa Rosada proyectan que los encuentros para discutir la estrategia electoral serán en el marco del consejo y el congreso del PJ Nacional. Ninguno de los puntos de encuentro del peronismo tienen una fecha confirmada, aunque se estima que serán en la segunda quincena de abril.
Prevén que esas mesas serán operativas y servirán para organizar el sistema de cómo se competirá en las elecciones primarias. Es decir, para poner las reglas de juego dentro de la coalición y analizar cuál es el camino más conveniente.
Hay dos temas centrales a resolver. El primero es si en las PASO se debatirán dos modelos de peronismo. Uno representado por el kirchnerismo y otro por el peronismo no kirchnerista. O si habrá una tercera fórmula que provenga de los gobernadores o, eventualmente, una lista de unidad como la que se logró en el 2019.
En el ala K son proclives a considerar que la mayor parte del peronismo se terminará alineando a la voluntad de CFK. “El peronismo no kirchnerista no tiene contenido. No tiene militancia, no tiene dirigentes y no tiene votos”, sentenció un funcionario K con llegada al núcleo duro de la Vicepresidenta.
El segundo tema es definir cómo se ordenarán las listas de candidatos después de las elecciones primarias. El kirchnerismo quiere que la lista ganadora sea la que siga en pie en el resto del proceso electoral, tal cual se presentó en las PASO. Una segunda opción, que consideran en otros sectores de la coalición, es que se utilice el método D’Hondt y se arme una lista nueva combinada, según los votos obtenidos por cada propuesta.
En el mundo K imagen una lista en la provincia de Buenos Aires compuesta por tres socios del Frente de Todos: el cristinismo y La Cámpora bajo el paraguas del kirchnerismo; el Frente Renovador de Sergio Massa y los intendentes peronistas del conurbano bonaerense. Ese alianza triangular está sólida y podría agruparse en una misma propuesta.
Del otro lado creen que debe estar el albertismo, por el que se sienten desafiados. En esa terminal colocan a Scioli, el único precandidato presidencial confirmado. Alberto Fernández alienta al ex motonauta a caminar el país y consolidar su candidatura porque cree que Sergio Massa, finalmente, no será candidato. No lo ve con ganas y advierte que los números que marcan las encuestas no son positivos para el ministro de Economía.
Massa no ha dado ninguna definición hasta el momento más allá de haber recalcado en varias oportunidades que no será candidato en las elecciones de este año. Sin embargo, en el massismo hay un sector que sigue considerando que el ministro debe competir. Creen que es el mejor posicionado para enfrentar los comicios y que, en el caso de perder, podría quedar parado como un eventual líder de la oposición.
“Alberto dice que hay que terminar con el kirchnerismo. Y dice que hay que ir a una PASO. Vayamos a unas PASO. Pero que nos convoque para ordenar la estrategia”, indicó un nombre propio de peso en el núcleo K. Si la convocatoria no llega, la presión sobre Alberto Fernández volverá a aumentar, luego de un puñado de días sin ataques directos.
Mientras tanto los únicos dos dirigentes que se mueven en clave electoral son Daniel Scioli y Eduardo “Wado” de Pedro. El embajador en Brasil ya se muestra decididamente como un candidato a presidente. Ayer por la mañana se reunió con la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, una de las dirigentes clave de La Cámpora.
Protagonizó una foto de impacto en el mundo peronista. Avalada por Máximo Kirchner, Mendoza le abrió las puertas a Scioli sabiendo que la imagen iba a generar suspicacias en el Frente de Todos. Fue una señal de distención y de acercamiento que cortaron el clima de permanente tensión que existe en la coalición de gobierno.
El otro dirigente que se mueve en el tablero electoral es el ministro del Interior, quien busca consolidar su perfil alto con apariciones en los medios y actividades permanentes que cuenta a través de sus redes sociales. De Pedro camina con la estampa de precandidato porque Cristina Kirchner así lo quiso. Avanza confiado y espera que la Vicepresidenta le marque cuál será su rol en las elecciones.
El Presidente no ve a De Pedro con posibilidades de volverse competitivo en el corto plazo. Claro está que en el kirchnerismo a nadie le importa la opinión de Fernández. Es parte de la disfuncionalidad del gobierno nacional. “Wado” avanza con sus recorridas y se consolida como la principal opción dentro de esa porción el Frente de Todos.
Esa solidificación se da después de las últimas semanas en donde las encuestas sobre las elecciones en la provincia de Buenos Aires, dejaron a la luz la necesidad de que Axel Kicillof se concentre en su territorio y deje sepultada las especulaciones que lo tienen como protagonista como un posible candidato nacional.
Los números proyectados son cada vez más ajustados. En paralelo, el Gobernador analiza la posibilidad de desdoblar la elección general bonaerense de la nacional. Todavía no está definido. Las especulaciones en La Plata aún subsisten, mientras en el oficialismo ya nadie tiene dudas de que para retener la provincia de Buenos Aires, lo que visualizan como una elección muy peleada, es necesario que Kicillof busque su reelección.
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