Mauricio Macri expuso este fin de semana que quiere ser más juez que parte del futuro de Juntos por el Cambio. Con la presión pública sobre Horacio Rodríguez Larreta para que en las próximas elecciones se vote en la ciudad de Buenos Aires con lista sábana, el ex presidente puso al jefe de Gobierno en una encrucijada y envió un mensaje contundente hacia adentro de la coalición opositora: no sólo no será neutral sino que está dispuesto a inclinar la balanza de la interna.
No es una sorpresa que haya explicitado ese rol respecto al único tema sobre el cual no fue ambiguo en materia electoral de estos últimos meses: el apoyo absoluto para que su primo Jorge vuelva a llevar el apellido Macri a la jefatura de gobierno de la ciudad de Buenos Aires. Por encima de los otros precandidatos, como Fernán Quirós y Soledad Acuña, Ricardo López Murphy y el radical Martín Lousteau, el verdadero “objetivo” de esta sorda guerra.
Mauricio Macri no dio pistas sobre si iba a ser o no candidato hasta que anunció hace tres domingos por las redes sociales que no iba a competir. Sigue hasta el día de hoy sin decir quién es su candidato a gobernador bonaerense preferido, ni dice públicamente si está a favor de Larreta, Patricia Bullrich o María Eugenia Vidal. Al único que ungió como favorito, ya el año pasado, fue a su primo, que fue intendente de Vicente López, se tomó licencia y asumió en CABA en plan sucesorio.
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El ex presidente no sólo dio una entrevista por radio para decir que no estaba de acuerdo con la idea de hacer elecciones concurrentes -votar el domingo de las PASO por separado, las listas para presidente y las listas diferenciadas de jefe de gobierno- sino que pocos minutos después publicó varios cuatro tuits para dejar en claro no sólo su rechazo, sino que establecer ese formato minaba los “valores” de Juntos por el Cambio.
“No cambiar las reglas electorales en un año electoral es un valor de JxC. La mayoría del PRO está en desacuerdo: hacerlo sería ir en contra de lo que hemos hecho. No podemos complicar la vida de la gente, perjudicarlos y malgastar su plata por especulaciones o maniobras”, publicó el ex presidente y agregó: “Los argentinos estamos cada vez más claros y decididos a favor de un cambio y con menos paciencia para atropellos y abandonos. Tenemos que ser respetuosos, no complicarles la vida y no estar cambiando las reglas creyendo que de esa manera se los va a manipular en algo”.
Este y los otros tuits, como las declaraciones radiales dejaron a Horacio Rodríguez Larreta en la disyuntiva de hierro: doblegarse ante el planteo de Macri o rebelarse y enfrentar a quien fue su jefe y hoy actúa como su rival más duro en la interna de Juntos por el Cambio.
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Con el anuncio de hoy del formato electoral ¿Larreta quedará enfrentado a Macri? Y su sucede ¿Macri blanqueará el apoyo gestual y simbólico que le viene dando a Patricia Bullrich?
Tampoco es casual que en simultáneo a su ofensiva para recuperar a la ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri haya confirmado su compromiso personal en regresar al poder perdido de Boca Juniors, su otro bastión, el verdadero kilómetro cero de un proyecto de poder que empezó desde la nada y terminó gobernando el país, la provincia de Buenos Aires y CABA.
El adversario, en este caso, es Juan Román Riquelme, el ídolo como jugador que viene arrastrando malos resultados y enfrenta un futuro complicado. Macri, que presidió el club desde 1995 hasta 2008, confirmó que apoyará y hará campaña por Andrés Ibarra, un ex ministro que acompañó al ex presidente en todo su recorrido, desde el origen xeneize hasta el cénit del poder, entre 2015 y 2019.
Una crítica pertinente
Este sábado, el politólogo y ensayista Vicente Palermo, en una entrevista con Infobae, expresó una mirada crítica sobre los últimos movimientos del ex presidente en lo referido a la interna opositora, que tiene una relevancia nueva después de las declaraciones al periodista Ignacio Ortelli en radio Rivadavia. Dijo el integrante de Club Político Argentino: “Juntos por el Cambio tiene el gran problema de seguir siendo Juntos por el Cambio, que no es sencillo. La correcta decisión de Macri de no ser candidato estuvo bien, pero lo que está empezando a hacer después de eso está mal”.
“Macri entró con el pie cambiado a su nueva etapa y eso no está ayudando a la coalición. Con lo que está haciendo, el riesgo de que la coalición se deshaga aumenta. No incluyo en esto su primera movida en estos tiempos de desistir. Después, ser el ‘meta garante’ de la coalición es una cosa muy difícil, que se puede, pero no así como él lo está haciendo”.
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Según Vicente Palermo, el ex presidente dejó expuesto que quiere ser “el gran elector, de un modo u otro” de la coalición opositora. “Dice que va a apoyar a un candidato a presidente y después se mete en el tema de Jorge Macri. Si se empieza a romper por ahí la unidad en la Capital Federal o como lo vimos en Mendoza, empieza a romperse todo de abajo hacia arriba”.
Esa alerta, planteada desde un ámbito intelectual afín, se combina con un factor clave, que es el rechazo generalizado y creciente que hay a la política por identificar la sociedad, los votantes, que la dirigencia, antes que discutir problemas tan gravitantes como cotidianos -léase inflación o inseguridad- se enredan en internas de palacio o disputas chiquitas de poder.
Es que la oposición pareció contagiarse del internismo destructivo que atraviesa al Frente de Todos, donde los grupos alineados con Cristina Kirchner presionan a Alberto Fernández para que desactive sus pretensiones de continuidad y se encolumne disciplinadamente detrás del liderazgo y la estrategia electoral de la vicepresidenta.
Una luz de alarma
En medio de todo el ruido político, en la última Encuesta de Satisfacción Política y Opinión Pública (ESPOP) que difunde de manera bimestral la Universidad de San Andrés, apareció un dato inquietante. Además de que el 89% de la sociedad está insatisfecha con la marcha general de las cosas, un índice llamó la atención de los responsables del estudio.
En diálogo con Infobae, el responsable de la investigación, el politólogo Diego Reynoso, subrayó que ante la pregunta ¿cuáles son las características que debe tener el próximo presidente?, el 36% respondió que tiene que ser conocido y contar con capacidad de gestión, pero el 44% afirmó que debería ser alguien que patee el tablero, no sea conocido ni tenga experiencia de gestión.
“Es un dato alarmante. Esto puede generar un escenario de muchísima incertidumbre si eso se confirma”, afirmó Reynoso. El candidato que hoy las encuestas señalan como el outsider con potencialidad electoral es el libertario Javier Milei. “La tendencia es que está aumentando el descrédito de la dirigencia política y que los candidatos maximalistas están ganando terreno en el escenario político electoral”, resaltó el experto.
Para el analista, “en el eventual caso de que Milei sea el ganador no va a tener casi gobernadores, intendentes, ni diputados ni senadores. Esto generaría una situación de tensión institucional muy grande”, afirmó. El director de la ESPOP de la Universidad de San Andrés consideró que la opción maximalista encuentra límites en el Frente de Todos debido a que “no tiene mucha competitividad electoral” y cuenta con sus potenciales candidatos con baja imagen positiva y escasas chances de éxito.
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“Si quiere resolver la cuestión de la competitividad va a tener que conseguir un dirigente que va a tener mucho trabajo. Hoy los dirigentes presidenciables tienen un bajo nivel de imagen positiva y además son parte de la coalición de gobierno que están teniendo también bajos niveles de aprobación”, explicó.
Y resaltó que en el kirchnerismo “no encuentran un candidato que pueda maximizar el voto para que entren diputados, senadores y demás. El que parecería que lo puede hacer, si no es Cristina Kirchner, es Axel Kicillof, pero Axel Kicillof tiene muchos incentivos para competir como gobernador, más que como candidato a presidente, porque tiene más chances de ser gobernador que las remotas chances de ser presidente si encabeza la lista”.
Por eso la discusión abierta y pública de Juntos por el Cambio genera una tensión que podría tener favoreciendo las alternativas y la tendencia creciente de Javier Milei entre los votantes desencantados del sistema político. Macri nunca dejó de elogiar al economista.
Y el líder libertario tiene a Horacio Rodríguez Larreta no sólo como su enemigo, sino su némesis.
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