El formato de la elección porteña es apenas una excusa, un argumento, una coartada. El anuncio de Horacio Rodríguez Larreta de convocar a elecciones concurrentes en la ciudad de Buenos Aires implica, en los hechos, la decisión de enfrentar a Mauricio Macri, vencerlo y consolidarse como un líder sin tutelajes. El jefe de gobierno pareció tomar como modelo y mal ejemplo la tortuosa relación política entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner.
La decisión de que se vote de manera separado pero el mismo día a presidente y jefe de Gobierno, más allá de que mejore o no las chances de Martín Lousteau -que carece de un presidenciable competitivo- encolumna a todos los adversarios de Larreta y reordena la constelación de pesos pesados de Juntos por el Cambio. “Qué profunda desilusión”, manifestó el ex primer mandatario luego del anuncio.
Rodríguez Larreta termina, así, confrontando además de con el ex presidente, con Patricia Bullrich, María Eugenia Vidal y el primo Jorge. Pero, en verdad, cristaliza lo que estará en juego el 13 de agosto: el liderazgo de Juntos por el Cambio. El jefe de Gobierno decidió ir al encuentro de un destino de confrontación que la decisión del ex presidente de no competir le había negado. ¿El objetivo?: no ser percibido como el Alberto Fernández de Mauricio Macri.
Te puede interesar: Macri mostró que quiere ser más juez que parte del futuro de Juntos por el Cambio
Con el tuit de hace tres domingos, Macri anuló la posibilidad de que se produjera ese choque que Larreta decía que estaba dispuesto a dar. Decir “mi candidatura no depende de otros” era, en última instancia, desafiar al ex presidente a una competencia mano a mano. Lo que hizo hoy el jefe de gobierno, en definitiva, fue explicitar un gesto de autoridad y, sobre todo, de autonomía política.
Es ahora, en las escuelas porteñas y con boleta electrónica y dos urnas, donde se dirimirá la conducción de una coalición política que -en caso de ganar- deberá enfrentar reformas de una magnitud que no tolerará la existencia, otra vez, de un poder bifronte, ni disidencias. Hasta estos días, los dos ex presidentes, Macri y CFK, ordenaban las realidades y los tiempos políticos de cada una de sus coaliciones.
Con el anuncio de esta mañana, el jefe de Gobierno cruzó el Rubicón. Ya no hay vuelta atrás, por más que en su discurso haya mencionado a Macri -”Mauricio”- dos veces y las reacciones así lo demuestran. “El PRO y el JxC que le prometimos a los argentinos no es este. No hay ambición personal que pueda estar por encima de nuestros valores y del equipo. Somos el cambio o no somos nada”, dijo Vidal, anticipando el tono de la fractura expuesta. A ese tuit le respondió el ex presidente: “Coincido con María Eugenia. Qué profunda desilusión”.
Poco después, la reacción de la otra presidenciable, Patricia Bullrich, contra Larreta subió aún más el tono de la interna: “Hoy, él manipuló las reglas electorales en la ciudad de Buenos Aires a cuatro meses de las elecciones. Cuidemos el dinero de la gente. Esta decisión es un despilfarro. Nosotros seguimos por el camino de los valores. Conmigo, estas cosas no van a pasar”, publicó en Twitter.
En la batalla interna, Elisa Carrió se puso del lado del jefe de gobierno porteño: “Llegó la hora de honrar a nuestro electorado con la boleta única y que podamos así elegir sin condicionamientos a nuestro próximo Jefe de Gobierno. Esto puede hacerse en forma concurrente con la elección de Presidente de la Nación”, expresó la Coalición Cívica porteña, con aval de la líder del espacio.
Y también el radicalismo, que tanto ayer como hoy, dejaron trascender su respaldo a una movida que en principio equilibra las chances de todos los candidatos porteños, sobre todo Martín Lousteau, que no cuenta con un candidato presidencial fuerte que empuje su boleta.
En el entorno más íntimo de Larreta subrayaban esas reacciones como la confirmación de su objetivo apuntó más a fortalecer Juntos por el Cambio que abroquelarse dentro del PRO para no repetir la experiencia 2015-2019, que dejó a los otros partidos integrantes de la coalición como meros espectadores de una gestión ajena.
No ser otro Alberto Fernández
A Macri le nació la rebelión allí donde todo empezó. Rodríguez Larreta no sólo fue testigo del artificio político de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, sino que vivió en carne propia en la ciudad de Buenos Aires las intervenciones cruzadas del ex presidente. El trasplante de Jorge Macri, de intendente de Vicente López a ministro de Gobierno porteño es un botón de muestra. Extender esa sensación de que el poder formal y el real no coinciden es el único pecado que el próximo presidente no puede cometer.
El presidente, tarde y mal, encaró una sublevación contra su vice que, casualmente, también se da en el ámbito electoral. El remoloneo de Alberto Fernández en bajar sus pretensiones de continuidad debilitan las chances de una victoria del Frente de Todos, pero sobre todo la potencia ordenadora de CFK.
En noviembre del año pasado, con una agudeza singular, el director de Poliarquía, Eduardo Fidanza había dado una definición sobre lo que cinco meses después tiene una increíble actualidad: “Cristina y Macri son políticos habilidosos que vienen perdiendo liderazgo político, pero ganan liderazgo mediático. Los dos están en una decadencia, con baja apreciación a nivel de opinión pública”, dijo en una entrevista con Infobae.
Te puede interesar: La entrevista a Eduardo Fidanza donde expresó su mirada sobre Mauricio Macri y Cristina Kirchner
Larreta ya había mostrado su capacidad de ordenar la coalición aún en contra de la opinión de Mauricio Macri. Lo hizo en las elecciones del 2021, cuando ejecutó una operación política que pudo haber sido un fracaso. Entronizó a María Eugenia Vidal como cabeza de lista de los diputados en la ciudad de Buenos Aires y a Diego Santilli, en el mismo lugar, pero en la provincia de Buenos Aires. Ese cruce de jurisdicciones se hizo a pesar de la opinión de Macri -de Mauricio y de su primo Jorge- y terminó con una victoria que lo fortaleció en su carrera presidencial.
Ahora, el jefe de gobierno porteño vuelve a desafiar al ex presidente, pero con un antecedente que en 2021 no estaba en el escenario: un país roto por la inflación, la pobreza y la desesperanza derivado de un gobierno signado por el doble comando.
A la convocatoria a elecciones con boleta única electrónica el mismo día que los comicios nacionales le seguirá otra definición igual de importante: quién será el candidato que representará al PRO para la interna que disputará con Lousteau y, en principio, Ricardo López Murphy. Es que Larreta confirmó que el partido irá con un solo candidato a las PASO, como siempre exigió Mauricio Macri. ¿Será el ex intendente de Vicente López?
Advierten en el entorno de Larreta que la ley porteña lo ampara para la decisión que tomó de convocar a votar con Boleta Única Electrónica el mismo día que en los comicios nacionales. La misma ley electoral que puede resultarle a Jorge Macri un escollo insalvable a su proyecto porteño.
Seguí leyendo