A fines de abril o principios de mayo. Esa es la fecha en que quedaría cerrado el acuerdo entre Juntos por el Cambio y referentes liberales como José Luis Espert para ampliar la coalición opositora con un doble objetivo: ganarle por un margen más amplio al kirchnerismo y frenar el avance de Javier Milei.
Aun faltan definiciones para el gran anuncio y, sobre todo, unificar criterios en el PRO: Horacio Rodríguez Larreta es el más entusiasmado en que Espert se presente como candidato presidencial en las PASO dentro del espacio de JxC, mientras que Patricia Bullrich aprueba que más expresiones liberales se sumen a la coalición, pero discrepa con la estrategia de su adversario interno: sospecha que, en el fondo, es una jugada que apunta a sacarle votos en un electorado más afín a su perfil.
La jefa del PRO cuenta con su propia “pata liberal” y esta semana la sacará a la cancha: el jueves viajará a hacer campaña a Tucumán acompañada por Ricardo López Murphy, el líder de Republicanos Unidos, hasta ahora más consustanciado en profundizar su acuerdo con Bullrich que en comenzar a mostrarse en la ciudad de Buenos Aires para apuntalar su anunciada candidatura a jefe de Gobierno.
Te puede interesar: En defensa de su plan presidencial, Rodríguez Larreta tomó una decisión que enfrenta a Macri y protege su acuerdo con la UCR
Antes de ese entendimiento, el “Bulldog” era el postulante a la Casa Rosada al que apostaba Larreta para que no avanzara Milei en el plano nacional. Pero López Murphy cerró su pacto con Bullrich y desbarató la estrategia del alcalde porteño para salir a la caza del voto liberal en todo el país. Hasta entonces, Espert era el candidato a gobernador bonaerense de Avanza Libertad, sin descuidar la idea que enarboló en soledad antes de las elecciones legislativas de 2021: que su espacio liberal se sumara a Juntos por el Cambio para competir en las PASO con la idea de armar un “megafrente” opositor.
Ahora, Espert encontró en la dirigencia de JxC una predisposición a escuchar esa idea que dos años antes era imposible. El porqué es obvio: no sólo el miedo al avance a Milei sino también la certeza de que algunos ejes del pensamiento liberal, como el achicamiento del Estado, tenían hoy una aceptación mayor en el electorado a raíz de los malos resultados de la gestión económica del Gobierno.
Por eso el diputado de Avanza Libertad -que esta semana elevará su perfil en Nueva York mediante reuniones con académicos e inversores- pudo reunirse con casi todos los referentes de Juntos por el Cambio, desde Mauricio Macri, Rodríguez Larreta y Bullrich, del PRO, hasta radicales como Gerardo Morales, Alfredo Cornejo y Gustavo Valdés, pasando por Elisa Carrió y Miguel Angel Pichetto.
“Todos se mostraron muy dispuestos a ampliar el espacio opositor”, dijo Espert en una entrevista con Diego Sehinkman en TN, donde resaltó las coincidencias que había tenido con algunos dirigentes: “Hablando con Gerardo Morales él está muy a favor de la libre empresa para encarar la explotación del litio en Jujuy. Y Lilita se me adelantó al plantear la necesidad de quitar las retenciones”.
En el bullrichismo predomina la desconfianza por el desembarco de Espert: “Queremos que José Luis esté dentro de Juntos por el Cambio porque representa valores y pensamientos que compartimos, pero no parece razonable que se presente como candidato a la Presidencia para sacar el 1% o 2% de los votos. Ya hay dos candidatos, como Patricia y Horacio, y a lo sumo puede sumarse un tercero del radicalismo”, afirmó uno de los estrategas de la titular del PRO. Y deslizó su presunción: “Los que lo impulsan presumen que los votos de Espert son los que naturalmente irían a Patricia. Pero no es fácil lo que implica un proyecto presidencial. Hay que tener candidatos en todas las provincias y 120 mil fiscales en todo el país, por ejemplo. ¿Cómo va a hacer? ¿Quién lo va a financiar?”.
Para los allegados al jefe de Gobierno, un postulante liberal para la Casa Rosada aportaría votos estratégicos para ganarle al kirchnerismo que no tendrían por sí solos Rodríguez Larreta ni Bullrich. Y se aferran a los resultados de una encuesta de una consultora de primera línea, realizada tras el renunciamiento de Macri y con la hipótesis de Espert como candidato presidencial, que registró que el voto a Milei baja 2 puntos cuando se suma al escenario de las PASO el diputado de Avanza Libertad, que obtuvo una proyección de 3 puntos aun sin haber confirmado su postulación. Con Espert, Juntos por el Cambio sube a 41 puntos y sin él lo deja en 39, mientras el Frente de Todos logra 33%. Es decir, el economista liberal pondría a la coalición opositora en posición de ganar en primera vuelta.
Cerca de Espert niegan que haya cualquier intención de influir en la interna del PRO y hacen hincapié en que el legislador liberal quiere “hacer un aporte al país para derrotar al kirchnerismo”. Para el economista, según sus allegados, Avanza Libertad debería integrarse a la Mesa Nacional de JxC de manera activa y la decisión abriría las puertas a la oportunidad de que el próximo gobierno adopte medidas de corte liberal. A Espert, admiten, le gustaría ser presidente del Banco Central.
A este escenario se sumó el radical Facundo Manes, quien advirtió que si Juntos por el Cambio “sigue girando en base a la interna del PRO vamos a tener un problema en la elección porque la coalición se está corriendo muy a la derecha”. “Le está haciendo más mimos a los sectores libertarios”, se quejó. ¿Será una voz solitaria dentro de JxC? El neurocientífico está más outsider que nunca: aún no se sabe si será candidato presidencial y ahora cuestiona los posibles acuerdos con los liberales. Es el mismo Manes que hace un mes posó con Bullrich y venía de reconciliarse con Macri, los dirigentes del PRO que con más entusiasmo predican y operan para que JxC haga una alianza con sectores liberales.
López Murphy también será una pieza clave de un eventual gobierno de Juntos por el Cambio si la ganadora de las elecciones es Bullrich. Hay versiones de que la jefa del PRO ya le ofreció ser su canciller y que otros dirigentes de Republicanos Unidos ocuparían puestos en el gabinete nacional. La confirmación de que el ex ministro de Economía viajará con Bullrich a Tucumán afianza otra versión: López Murphy se bajaría de su candidatura porteña y se incorporará a la mesa chica bullrichista.
Aquí también hay liberales atrapados en la grieta del PRO: el acuerdo Bullrich-López Murphy puso a Republicanos Unidos en un estado de virtual ruptura. Dirigentes del partido como Yamil Santoro aseguran que López Murphy “se cortó solo de manera inconsulta” y que “Patricia Bullrich puede ser muchas cosas pero no es liberal”. Su aliado Roberto García Moritán, diputado porteño, iba a ser el candidato a jefe de Gobierno de Republicanos Unidos a partir de una estrategia acordada por la conducción partidaria, pero dice que se enteró por los medios de la decisión de López Murphy. Ambas fracciones se cruzan acusaciones y se tildan de “bullrichistas” o “larretistas” como si fueran insultos.
Los dos sectores se enfrentaron en la convención de Republicanos Unidos del 20 de marzo pasado, donde se tenía que definir su sistema electoral interno: por apenas un voto ganó el sector de Santoro y García Moritán, que proponía que las candidaturas fueran resueltas por los afiliados de manera unipersonal. Los partidarios de López Murphy, en cambio, defendían las listas sábana.
Aun así, en este espacio liberal nadie descarta nada en materia de alianzas electorales. García Moritán puede secundar a Espert en la fórmula presidencial que auspicia el larretismo. Nada casualmente, los dos posaron en la cena anual del CIPPEC y publicaron sendos mensajes en Twitter en los que resaltaron la necesidad de que los liberales se unan. Por eso, pese al enfrentamiento en Republicanos Unidos, tampoco se descarta un acuerdo con López Murphy para terminar en las filas de Bullrich e incluso algún entendimiento con Milei, a quien muchos liberales le cuestionan sus posturas extremas, pero valoran -y envidian- la fuerza electoral que registran las encuestas para el líder libertario.
El liberalismo se convirtió en un oscuro objeto del deseo para Juntos por el Cambio, hasta tal punto que Omar De Marchi, el larretista rebelde del PRO mendocino, también está conversando con los dirigentes de Milei en la provincia para armar un frente electoral que le permita competir con el radical Alfredo Cornejo por la gobernación. Un adelantado en el PRO del interior fue el senador nacional Ignacio “Nacho” Torres, candidato a gobernador de Chubut, que admitió que buscaba “cerrar alianza con cualquier partido liberal que quiera estar” en la versión provincial de Juntos por el Cambio.
La actitud de De Marchi, quien desafió a Rodríguez Larreta, su jefe político, y cuya decisión de competir por afuera de JxC en Mendoza derivó en la intervención del PRO provincial, tuvo un efecto contagio. Sin llegar a la ruptura, dirigentes neuquinos del partido fundado por Macri se rebelaron contra la resolución partidaria de apoyar la candidatura a gobernador de Rolando Figueroa. Se trata de las juntas promotoras del PRO en Cutral Có, Plaza Huincul, El Chocón, Zapala, Villa La Angostura y Junín de los Andes, que en una serie de comunicados rechazaron “ser utilizados por el populismo neuquino” y cuestionaron “la decisión de algunos dirigentes de nuestro partido quienes, de manera ilegítima e inconsulta, nos han querido obligar a seguir y apoyar al diputado del Movimiento Popular Neuquino, ex vicegobernador del MPN y servidor político del kirchnerismo Rolando Figueroa”.
La disidencia no es menor: en esa provincia, Juntos por el Cambio se dividió entre quienes respaldaron la postulación de Figueroa, como el PRO alineado con Macri y Rodríguez Larreta, y los que avalaron la candidatura de Pablo Ciervi, como el radicalismo y la Coalición Cívica. La ruptura favorece la continuidad del MPN al frente de la provincia a través de la figura de Marcos Koopmann.
Este convulsionado mapa del PRO en algunas provincias no disimula la máxima tensión por la disputa en dos distritos cruciales como el porteño y el bonaerense. Rodríguez Larreta estaría cerca de decidir esta semana el desdoblamiento concurrente para que se vote en la ciudad de Buenos Aires. Es el sistema que pide el radical Martín Lousteau para disputar la jefatura de Gobierno en igualdad de condiciones con el PRO. Elegir esa alternativa implica que la elección se haga en un mismo día, pero con dos urnas: una, con boleta sábana, para votar las candidaturas nacionales (presidente y diputados nacionales), y otra, con boleta única de papel o electrónica, para las candidaturas locales (jefe de Gobierno, legisladores y comuneros). Esa decisión significará una pelea declarada con referentes de su partido como Macri, Bullrich, María Eugenia Vidal y Cristian Ritondo, que prefieren el sistema electoral tradicional porque favorece al candidato único del PRO y perjudica a Lousteau por no contar con una fórmula presidencial de la UCR tan competitiva que arrastre su boleta.
La interna del PRO de la provincia de Buenos Aires también se aproxima a una etapa clave: Bullrich decidiría antes de fin de mes a quién elegirá como candidato a gobernador para enfrentarse al larretista Diego Santilli. Sus actuales postulantes son Néstor Grindetti, Joaquín de la Torre y Javier Iguacel. Algunos referentes bonaerenses sugieren no descartar a Ritondo: hablan de una inminente reunión entre Bullrich y Vidal, con un posible acuerdo político como telón de fondo. ¿Hará gestos hacia la rival de su amigo Rodríguez Larreta? Es muy difícil que se crucen ciertas fronteras. Aun así, se vienen unas semanas cargadas de definiciones trascendentes para JxC y puede haber otras sorpresas.
Ya lo dijo la propia Vidal en una entrevista con Infobae: “La política es un circo sin público, actuando para sí misma con los argentinos afuera de la carpa”. Eso quiere decir que, si apuesta a cambiar, la dirigencia opositora debe ponerle límites a los equilibristas, acróbatas, magos y contorsionistas.
Seguir leyendo: