El 27 de abril será el Rubicón para la política entrerriana. Después de ese día, la suerte estará echada y los dos aparatados electorales más fuertes de la provincia tendrán aclarado el horizonte electoral. Es que ese jueves será la última oportunidad del gobernador Gustavo Bordet para convocar a elecciones desdobladas de las nacionales, con primarias el 30 de julio y generales el 24 de septiembre. De lo contrario, la elección será concomitante con las nacionales
El mandatario deslizó hace unos días que buscará consenso con la oposición antes de tomar una determinación. Y en la Casa de Gobierno afirman que intentó husmear con referentes opositores. Pero en JxC dicen que nadie llamó y que tienen el compromiso del mandatario de que las elecciones serán desdobladas.
Bordet también habla con referentes nacionales. En los últimos meses recompuso su relación con el presidente Alberto Fernández y aceitó el diálogo con Sergio Massa. También charla con el cordobés Juan Schiaretti. A todos les explica que el votante de Entre Ríos quiere dejar atrás las antinomias, que tiene un voto positivo: a favor de, y no en contra de.
En su entorno comentan que el Gobernador entrerriano descree que se pueda sacar ventaja con la fecha de elecciones. La razón que suele esgrimir es que el ciudadano que tiene el voto decidido no lo cambiará así sea que las elecciones se adelanten o no.
Las otras definiciones
A la incógnita de cuándo se votará se suma la de cómo estará integrada la fórmula para la gobernación del peronismo para enfrentar, casi con seguridad, a Rogelio Frigerio.
La vice María Laura Stratta; el intendente de Paraná, Adán Bahl y el de Concordia, Enrique Cresto, dan vueltas en esa calesita desde hace un año. Hace poco se subió también el secretario de Agricultura, Juan José Bahillo. Todos esperan la bendición de Bordet. Pero ninguno ha logrado sacar la sortija. Tampoco quieren hacer el papelón del diputado nacional Marcelo Casaretto, quien lanzó por Twitter su candidatura y volvió a la intrascendencia.
A medida que el tiempo transcurre, la tensión interna se vuelve insostenible. Todos tienen en claro que, para contar con alguna posibilidad real de competir contra Frigerio, necesitan al menos de tres elementos: a Bordet, y su imagen favorable superior al 50%; el aparato del PJ y el bien más escaso, tiempo para posicionarse.
El Gobernador anticipó que estará donde se lo necesite. Pero ese lugar lo decidirá él y aún no ha hecho público qué quiere hacer. Cualquier postulante oficialista lo querrá al frente de la lista de diputados provinciales, para que su nombre y foto estén en la boleta por toda la provincia. Pero si el mandatario finalmente si inclina por ir de candidato a diputado nacional, eso sólo será posible en una elección conjunta.
Quién conducirá el PJ entrerriano es otra incógnita abierta. El miércoles, Bordet le pidió al secretario general del partido José Cáceres que anuncie una convocatoria a elecciones de autoridades el 25 de junio. La fecha es fronteriza con el cierre de candidaturas en cualquiera de los dos escenarios de votación: el 10 si se adelantan, el 24 si son en conjunto. Las actuales autoridades, con Bordet a la cabeza, fueron electas en 2016. El mandato fue prorrogado en medio de la pandemia y luego prosiguieron de facto al frente del partido.
Ni en Casa de Gobierno ni en el PJ pudieron confirmar si la intención del Gobernador es continuar como presidente del partido, lo que le daría el rol de conducción política del peronismo entrerriano pase lo que pase en los comicios.
En la sede partidaria de calle 9 de Julio comentaron que la presentación de listas para autoridades partidarias se hará con la fórmula a la gobernación confirmada. Y entendieron que quien encabece deberá ser, por tradición, el presidente del PJ. Si es electo para ocupar el sillón de Urquiza, unificará conducción política y de gobierno. Y si pierde, deberá ejercer el rol de jefe de la oposición desde ese lugar.
En medio de todo esto, surgió un espacio sub-40 que reclama su lugar en el justicialismo local. Las dos figuras más conocidas son la diputada nacional Carolina Gaillard, una de las protagonistas del juicio político a la Corte por ser la presidenta de la comisión, y el dos de Tristán Bauer en Cultura, Federico Prieto.
El tercer elemento, el tiempo, es el que más complica. Su paso es inexorable. Cada día queda menos para la elección y se estrecha el margen para posicionar en la opinión pública una candidatura competitiva. Esto fastidia a los referentes territoriales que deben armar en sus ciudades en medio de una nube de rumores que reemplaza, por ahora, a los datos ciertos.
La vereda de enfrente
El panorama es totalmente distinto en Juntos por el Cambio. Todo está más claro. Es un hecho que Frigerio tendrá que disputar en primarias la candidatura a la gobernación con el diputado nacional radical Pedro Galimberti (bendecido por Gerardo Morales).
Frigerio y Galimberti ya se enfrentaron de cara a las legislativas 2021. El ex ministro del Interior ganó 70 a 30. Ahora enfoca los cañones para que la primaria le vuelva a dar un espaldarazo contundente.
El frigerismo desarrolla una estrategia para que haya tantas candidaturas como cargos a elegir. En Entre Ríos se renuevan la Legislatura (34 diputados y 17 senadores), más de 80 municipios y casi 300 comunas y juntas de gobierno, con sus respectivos concejos deliberantes. Para ello cuenta con referencias propias y con parte de la dirigencia de Galimberti que está cambiando de bando.
Si bien no hacen públicos los números que les dan las encuestas, dejan saber que los resultados son más que suficientes para mantener alto el optimismo.
El radicalismo, en tanto, está sumido en su juego favorito: la interna. El 16 de abril renovará los cargos partidarios del Comité provincial, de los departamentales y la representación en la Convención Nacional.
Hay dos bandos en pugna. El frigerismo, es decir los boina blanca regidos por la conducción política de Frigerio, impulsan al veterano dirigente Amado Fuad Sosa como presidente de la UCR entrerriana. Por el otro lado, el sector de Galimberti impulsa al intendente de la localidad de Crespo, Darío Schneider. A Sosa lo apoyan más sectores internos, pero de manera desarticulada. Schneider tiene detrás un bloque compacto, pero con menor inserción provincial.
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