“Es todo mentira. Somos gente grande. Politizar algo con la muerte de una persona me parece bajo, ridículo. Acá no hay infiltrado, acá damos la cara”. El testimonio de Pablo, uno de los compañeros en la línea 620 del chofer asesinado Daniel Barrientos en La Matanza, se suma a las versiones que contradicen tanto al gobernador bonaerense Axel Kicillof como al ministro de Seguridad, Sergio Berni, quienes sembraron dudas sobre la motivación del crimen y la protesta posterior de los colectiveros en la que involucraron a dirigentes del PRO como Patricia Bullrich.
“Parecía el robo de un blindado y se llevaron un bolso, una mochila y a quemarropa asesinaron a un chofer”, describió Kicillof. El mandatario subrayó en diferentes entrevistas que los dos delincuentes que subieron a la unidad portaban “armas de calibre alto” y que les llamó la atención que el colectivo fue “cruzado” por un auto de apoyo.
Consultado sobre esta versión, Pablo fue contundente: dijo que “es todo un verso que se hace para desviar el caso puntual, que es la inseguridad, porque el tipo sube y en el arrebato apunta con el arma y se le escapa un tiro”. Además, sostuvo que no hubo “infiltrados” en la manifestación en la que Berni fue agredido y que los dos choferes detenidos actuaron “en un momento de calentura, de bronca”, pero indicó que “están arrepentidos”.
“Le buscan la vuelta para politizar todo esto. Acá es una zona caliente. La gente está cansada, es una caldera que en cualquier momento va a explotar, entonces lo que hicieron fue cazar a dos perejiles”, advirtió en diálogo con Radio Con Vos. A su vez, cuestionó el proceder de la DDI de La Matanza para detener a los choferes que golpearon a Berni: “Fuimos tratados como delincuentes, en lugar de tirar abajo una puerta, una pared, había que mandar un patrullero, una notificación y el compañero se iba a presentar, no había necesidad”.
Este testimonio se encadena al relato de María, la esposa del policía de la Ciudad que se tiroteó con los dos delincuentes tras el asesinato de Barrientos. El oficial pertenece al Departamento Operaciones Urbanas de Contención (DUOC) y estaba entre los pasajeros en el momento del crimen. Una vez que uno de los dos ladrones mató a sangre fría al colectivero y se bajó de la unidad, el agente -que estaba de civil- también descendió, se identificó como tal y disparó contra los sospechosos.
Todo ocurrió a la madrugada, poco antes de las 5 AM. Según la reconstrucción del hecho que hizo su marido, la mujer acreditó que había otro vehículo presente con un tercer cómplice, pero el auto no se cruzó ante el colectivo , sino que “estaba esperando” a los delincuentes en una “calle paralela”. “Ahí es que se escapan. Había una tercera persona en una esquina esperándolos”, dijo, también en declaraciones con radio Con Vos.
“Es mentira que cruzaron un auto delante del colectivo. Mi marido, que estuvo ahí, me lo dijo. Hay cámaras que muestran como subieron los delincuentes arriba del colectivo porque hay una cámara que los toma, y no había ningún auto detrás o delante del colectivo. El auto los esperaba en una calle paralela para huir”, agregó, consultada por las declaraciones de Kicillof.
El relato coincide con el testimonio de Guillermo, un trabajador de maestranza que estaba presente en el colectivo y viaja todos los días a la Ciudad de Buenos Aires. El empleado aseguró que ningún auto se cruzó, y que cuando los delincuentes empezaron a disparar, “se abatatan (sic), bajaron del colectivo y salieron corriendo por una calle paralela, ahí había un coche esperándolos”. En todo momento, Guillermo -que estaba al fondo de la unidad- estuvo tirado en el piso y a cubierto de cualquier bala que pudiera alcanzarle.
En sus primeras declaraciones sobre el caso, el ministro Berni consideró que no se siguieron los patrones frecuentes de los hechos de inseguridad. Insistió que es “no es habitual” que “crucen un auto a las 4 de la mañana, a un colectivo que no tiene plata”. Y le llamó la atención que el arma utilizada para perpetrar el crimen fue una pistola calibre 40, con municiones Smith&Wesson, que es un arma “típica de sicario” y no “el arma de los delitos amateur del conurbano”. “No sé si nos tiraron un muerto”, analizó Berni.
En su reconstrucción del hecho, María reflejó que, a diferencia de la hipótesis oficial de que solo los delincuentes buscaban matar al conductor, uno de los ladrones se subió y “pidió los celulares y bolsos a todos los pasajeros, mientras que el otro se quedó en la puerta apuntando a una vecina que estaba con su hija”. “Este fue el que dio la vuelta y disparó al chofer”, dijo sobre el disparo que alcanzó al hombre de 65 años.
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“No sé si estaba asustado, pero pareciera que no sabía disparar el arma, como que se levanta la mano al disparar”, recordó la mujer. “Ahí manotea la mochila de la persona que estaba adelante y salieron a correr los dos”, agregó.
En coincidencia con este testimonio, Guillermo contó que los delincuentes pidieron “los bolsos y celulares” de los pasajeros. “Cuando vi las armas atiné a tirarme al piso. Escuché los disparos, no sabía para donde fueron. Le habían disparado al colectivero. Por nada le dispararon, el colectivero no hizo nada, ningún movimiento brusco”, recordó.
Sobre el motivo de por qué uno de los delincuentes disparó a matar a Barrientos, los dos testimonios apuntan a que los podrían estar bajo los efectos de estupefacientes. “No estarían en sus cabales. Estarían drogados. La verdad no lo sé, se están diciendo un montón de barbaridades, que es política”, dijo Guillermo. “En ese horario (de la madrugada) nos conocemos todos los vecinos que venimos ‘del fondo’ (del barrio). Estos muchachos vinieron encapuchados. No se los veía muy bien”, agregó.
Otro paro deja sin colectivos a La Matanza
“Decidimos sumarnos a la protesta después de lo que ocurrió (en relación a la detención de dos choferes de la empresa Almafuerte por la agresión a Berni). Nos tratan como delincuentes y no como ciudadanos que se levantan a la mañana para transportar a los ciudadanos”, sostuvo Pablo.
La mencionada empresa, al igual que Nueva Ideal, decidieron interrumpir el servicio en la zona oeste del conurbano bonaerense. Hasta el momento, las líneas afectadas son 218, 284, 325, 378, 622, 628, 620 y la 382.
En principio, el paro de colectivos sería por 24 horas o hasta que liberen a los choferes detenidos en las últimas horas. Hasta el momento la única medida de fuerza es la interrupción del servicio, pero no se descarta desarrollar un corte de ruta. “En asamblea se va a decidir los pasos a seguir, nada está descartado”, reveló a Infobae Antonio Petkovsek, delegado de la línea 620.
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