La Confederación General del Trabajo (CGT) reanudó su actividad en una reunión ampliada de su mesa chica, sin el moyanismo, en la que dirigentes de distintos sectores sindicales coincidieron en dos puntos: la preocupación por la crisis económica y las críticas contra “la falta de reacción” del Gobierno para encaminar la situación y “el destrato” que sienten por parte de algunos funcionarios. Para exteriorizar su postura, se acordó realizar un acto masivo el 1° de mayo, Día del Trabajador.
Que una veintena de gremialistas se hayan reunido bajo el paraguas de la CGT ya fue una noticia: la central obrera no se reunió nunca desde que comenzó 2023 y sólo hubo contactos informales de la mesa chica cegetista. En todo 2022 el Consejo Directivo de la CGT se reunió apenas 5 veces. Ahora, la dirigencia sindical busca reactivarse ante un contexto crítico de la economía, con una inflación que no da tregua y salarios que deben recomponerse en plazos cada vez más reducidos, en un decisivo año electoral, además, en el que la continuidad del oficialismo se visualiza como una meta difícil.
En el encuentro que se hizo esta tarde en la sede de UPCN, que tuvo mucho de catarsis, quedó en claro que la brecha entre el Gobierno y los sindicalistas es más grande y que la CGT quiere escenificar su malestar ante la falta de soluciones: hablaron de aprobar un documento que graficará los reclamos al oficialismo y a la oposición como responsables de la situación actual y analizaron convocar a un acto para el 1° de mayo, en un estadio cerrado, en el que la central obrera confirmará su postura crítica.
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Nadie descarta una medida de fuerza si desde la Casa Rosada no surgen respuestas a los reclamos cegetistas, que son diversos: desde el alza inflacionaria y el aumento incesante de los precios hasta la situación de los trabajadores formales cuyos salarios los ubican debajo de la línea de la pobreza, pasando por el fuerte impacto en los sueldos de los descuentos por el Impuesto a las Ganancias.
Sobre el último punto, en la reunión de UPCN se analizó la posibilidad de exigirle al Gobierno que no haya “discriminación” en materia de alivio por Ganancias: hay malestar porque el Ministerio de Economía benefició a los trabajadores bancarios al eximir del impuesto a distintos adicionales que cobran, pero cada sindicato deberá negociarlo en forma individual para que beneficie a su actividad.
“La CGT tiene que fortalecerse como canal de diálogo y factor de presión”, advirtió uno de los sindicalistas que participó del debate. Por eso durante el encuentro se estableció un cronograma para llegar a aquel objetivo: la semana próxima seguramente habrá una reunión con Hugo y Pablo Moyano y dirigentes cercanos al Sindicato de Camineros y luego se fijará la fecha para la convocatoria al Consejo Directivo de la CGT, que deberá aprobar el documento y el acto del 1° de mayo.
En medio del agitado debate de esta tarde, los dirigentes plantearon nuevamente sus cuestionamientos al Gobierno por la falta de solución a la crisis financiera de las obras sociales, mientras Argentino Geneiro (gastronómicos) pidió un reconocimiento a las intensas gestiones que realiza por este tema el secretario de Acción Social de la CGT, José Luis Lingeri (Obras Sanitarias).
Participaron del encuentro en UPCN los dirigentes que integran el sector mayoritario de la CGT como Héctor Daer (Sanidad) y Armando Cavalieri (Comercio), de “los Gordos”; Andrés Rodríguez (UPCN), Gerardo Martínez (UOCRA) y Lingeri, de los independientes, y Carlos Acuña (estaciones de servicio) y Geneiro, del barrionuevismo, además de aliados como Jorge Sola (seguros), Carlos Frigerio (cerveceros) y Julio Piumato (judiciales). También estuvieron referentes de otras corrientes sindicales como Guillermo Moser (Luz y Fuerza), Oscar Mangone (gas), Norberto Di Próspero (personal legislativo), Carlos Sueiro (aduanas) y Horacio Arreceygor (televisión), entre otros.
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