“Horacio va a hacer lo que sea necesario para ser presidente”. Esa frase deambula como un mantra entre los colaboradores de mayor confianza del jefe de Gobierno de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta. Es la respuesta que más da en la mesa política larretista ante la consulta sobre si la elección en la Ciuada será simultánea a la de Nación y si se usará Boleta Única o no. Se ha convertido en un aforismo que parece seguir algunos de los consejos que Maquiavelo dio en El Príncipe.
En la semana, Rodríguez Larreta dio un atisbo sobre los parámetros que guiarán su decisión respecto a si, finalmente, desdoblará la elección porteña. “Es una decisión mía, que tengo todavía para tomarla. Voy a tomar la decisión que considere mejor y daré los argumentos correspondientes”, le respondió a Eduardo Feinmann en LN+. En efecto, el Código Electoral porteño establece que es una atribución del jefe de Gobierno -vía decreto- la convocatoria y la definición del instrumento de sufragio para las votaciones en la Ciudad.
Rodríguez Larreta tiene plazo hasta el 13 de abril para decidir cuándo y cómo votarán los porteños. La fecha surge del artículo 57 del Codigo Electoral porteño, que dispone que la convocatoria a la elección debe ser 120 días corridos antes de las PASO. Aún no hay una definición oficial en Uspallata. Lo cierto es que, conforme establece la legislación electoral de la Ciudad, el alcalde deberá anunciar la semana que viene qué hará. No se trata de una medida cualquiera. Es una definición clave, porque puede resultar determinante para la suerte de su plan presidencial. En política, el tiempo tienen usos horarios propios. Puede cambiar todo en una noche. O, bien, una semana puede caer en eterno retorno sin variación alguna.
El alcalde porteño se preparó durante toda su carrera política para ser presidente de la Nación y por estas horas siente como nunca el “tic-tac” de su reloj. En medio esta incertidumbre política, Larreta decidió viajar y se tomará el fin de semana largo para cavilar su decisión. En su círculo no revelaron el destino elegido, aunque detallaron que no tendrá actividad pública hasta después de Semana Santa. Plantea recluirse y analizar en la introspección los detalles de la estrategia política con la que pretende destrabar la interna porteña de Juntos por el Cambio (JxC). No obstante, seguirá todo de cerca de forma remota. Su teléfono estará activo, en un llamado tras otro. Y no se descarta que pueda tener alguna reunión reservada en clave electoral.
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La intriga política respecto al cronograma electoral de la Ciudad tensó la interna de JxC. La elección porteña es clave para el PRO, por tratarse de su casa matriz. Mauricio Macri, fundador y líder del partido, se ha mostrado reticente a que Rodríguez Larreta ceda la administración de CABA a la Unión Cívica Radical (UCR). El ex Presidente está convencido de que el alcalde porteño selló un acuerdo con Martín Lousteau, candidato a jefe de Gobierno de Evolución radical, para allanarle el triunfo en las elecciones locales. Es una hipótesis que Larreta rechaza.
En el PRO, todavía siguen en camino las candidaturas de los funcionarios porteños Jorge Macri, ministro de Gobierno, Fernán Quirós, ministro de Salud, y Soledad Acuña, ministra de Educación. En los próximos días, de esos tres quedará sólo uno. Mauricio Macri y Patricia Bullrich pulsean para que sea su primo Jorge. El predilecto de Rodríguez Larreta es el médico. El jefe de Gobierno está condicionado entre elegir un candidato de consenso en el PRO sin exhibir debilidad política.
Jorge Macri apuesta a quedar como único candidato del PRO y ejecuta una presión irrefrenable para conseguirlo. Mientras tanto, Quirós y Acuña seguirán recorriendo la Ciudad con el traje de candidatos hasta que en Uspallata les indiquen decisión en contrario.
Lousteau advierte que irá a la Justicia si no le garantizan “condiciones parejas”
En paralelo, Lousteau presiona a Rodríguez Larreta para que establezca el desdoblamiento concurrente de la elección de la Ciudad. Se trata de una forma de desdoblar la elección sin hacerlo. En el larretismo analizan esa posibilidad desde hace semanas y creen que puede ser una salida a la interna porteña. Macri es reticente a esa alternativa. Otro argumento que suma Lousteau y el larretismo es que el “desdoblamiento concurrente” es también una forma de “quitarle el arrastre” a Javier Milei en la Ciudad. Lo entienden como un modo de garantizar “gobernabilidad” al futuro jefe de Gobierno.
Si prospera el escenario que impulsa Lousteau, los porteños votarán el mismo domingo que Nación pero con un sistema mixto: Las candidaturas nacionales (presidente y diputados nacionales) se votarían con boleta sábana tradicional; mientras que para las candidaturas de la Ciudad (jefe de Gobierno, legisladores y comuneros) se usaría la Boleta Única Papel o electrónica.
La Ciudad está habituada al desdoblamiento. De hecho, la única vez en la historia que los porteños votaron en simultáneo con la Nación fue en 2019. Macri presionó a Larreta para que atara su suerte a la de la elección presidencial. Lo novedoso de en esa ocasión sería el desdoblamiento concurrente y la idea del sistema mixto de votación. El Código Electoral porteño permite esa posibilidad. Habla de la simultaneidad y concurrencia de las elcciones en su artículo 60. En tanto, detalla el uso y las características de la Boleta Única en el artículo 111.
En cuanto al instrumento de votación, la Boleta Única puede ser electrónica o papel. Es opcional. En cambio, el uso de la misma para la elección de cargos locales es imperativo. Así lo consigna la normativa. Es el principal argumento que esgrime Lousteau para presionar a Rodríguez Larreta. El radicalismo porteño advierte que se presentará ante la justicia si el jefe de Gobierno no implementa las elecciones concurrentes. En esa estrategia, Lousteau cuenta con el respaldo de Daniel Angelici, ex presidente de Boca Juniors y hombre de peso en la UCR porteña. En esa táctica, el Tano tiene tanto conocimiento del mundo político como del judicial.
Después de Semana Santa se acelerarán los tiempos y las definiciones electorales. Las definiciones políticas sobre el destino de la Ciudad serán una nueva prueba de fuego para Rodríguez Larreta. “La tardanza nos roba a menudo la oportunidad”, reflexionaba Maquiavelo. Es otro probervio que también circula implícito por los corrillos de Uspallata.
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