Las miradas estaban puestas en ese bloque de cinco senadores. Estaban en silencio, no se hablaron durante la hora en la que estuvo en pie la sesión en el Senado de la Nación y fueron el centro de atención tanto del Frente de Todos como de Juntos por el Cambio.
Los cinco senadores que conforman el nuevo bloque Unidad Federal -que hasta el año pasado 4 eran del Frente de Todos- hoy definen el ritmo de la Cámara alta. Su número es fundamental a un lado y otro de la grieta para alcanzar el quórum y lo saben y lo explotan de la mejor manera.
El jueves pasado fueron los que le dieron el número a Juntos por el Cambio para hacer caer la sesión, pero también fueron los que hicieron dudar al bloque opositor que no logró llevar adelante un movimiento coordinado a la hora de retirarse del recinto. El acuerdo estaba, pero la desconfianza también.
La primera en leer el escenario fue Cristina Kirchner, quien aprovechando que estaba suplantando a Alberto Fernández no fue quien hizo el decreto de llamado a sesión. Tampoco estuvo presidiéndola, a pesar de que ya había terminado su interinato a cargo del Ejecutivo. No iba a estar en la foto de la derrota.
“Cristina perdió el control del Senado, por lo menos por ahora, por eso no vino. Ni siquiera estuvo en el Palacio”, explicaba un senador de Juntos por el Cambio. “Esto es largo, hay que ver qué pasa tema por tema, pero esta la iba a perder y no quiso estar”, agregó.
Desde el kirchnerismo la lectura que hicieron es que JxC siguió con su estrategia de “impedir” y que el nuevo bloque se mueve mirando el calendario electoral. “Estamos en un año de elecciones y cada uno quiere hacer bailar su trompo”, dijo el presidente del interbloque del Frente de Todos, José Mayans, sosteniendo que “este nuevo bloque responde a los intereses de los gobernadores de Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos que pretenden que se bajen las retenciones al agro y otros impuestos”.
“Estamos de acuerdo en que hay que bajar todos los impuestos, pero que digan cómo vamos a hacer para cubrir todos los gastos que tiene el país y que gran parte de ese gasto se lo llevan esas tres provincias”, señaló Mayans apuntándole a los legisladores.
Unidad Federal está conformada por los peronistas de extracción kirchnerista Guillermo Snopeck (Jujuy), Eduardo Kuider (Entre Ríos), Carlos Espínola (Corrientes), María Eugenia Catalfano (San Luis), y Alejandra Vigo (Córdoba), esposa del gobernador Juan Schiaretti.
De estas provincias, quienes eligen senadores este año son Jujuy y San Luis.
Ahora comienza otra pelea por el control de la Cámara alta. La primera fue mostrar quién maneja el quórum y marcar el ritmo de cuándo y cómo se sesiona. Sin embargo, mediante un artilugio reglamentario del kirchnerismo, la oposición sólo pudo manejar el quórum.
Llegará un nuevo round respecto del temario. Las negociaciones van por abajo y por arriba. Entre los bloques y con los gobernadores. El Senado es fundamental para aprobar y blindar, por ejemplo, el Decreto de Necesidad y Urgencia que estableció el canje de bonos con la Anses y otros temas álgidos para la administración nacional en general y el kirchnerismo en particular.
“Existe desconfianza entre Unidad Federal y Juntos por el Cambio. El otro día -por el jueves- el bloque de los cinco no se paraba e hizo tambalear la estrategia de irse de la sesión. Luis Juez -senador y precandidato a gobernador de JxC en Córdoba- no se paraba hasta que no se parara Vigo -posible candidata por el oficialismo a la gobernación-. Eso sigue porque la lectura fue que le mostraron los dientes a los k pero nos la hicieron difícil”, explicó un senador de JxC.
Unidad Federal atiende los teléfonos de los dos lados y se pone en el medio de la cancha. Cotiza sus votos y exige a ambos lados del recinto. Todo hace suponer que la próxima sesión será el 13 de abril, cuando la Cámara alta encadene cinco meses sin sesionar.
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