La Cámpora ya asumió que habrá PASO, como exigía Alberto Fernández, y el Frente de Todos empieza a apurar la fijación de fechas concretas para definir los acuerdos electorales frente a las primarias. Por ahora apuntan al 15 de abril como momento tentativo para que se reúna el Consejo del PJ, que a su vez estará seguido por el Congreso del partido, donde se terminarán de decidir las alianzas, la cantidad de listas y, sobre el final, los nombres de las cabezas y “las colas” de las nóminas. El debate por los requerimientos burocráticos estará atravesado por definiciones políticas, que ya se están negociando en privado.
“Se nos achican los plazos y estamos trabajando para actuar. No queremos que quede todo pegoteado, en los próximos días se decide”, dijo un ministro de Alberto Fernández que participa de las reuniones del armado con el kirchnerismo. A pesar de los dardos políticos que se siguen disparando desde La Cámpora para marcar el antagonismo con la Casa Rosada, en los últimos días hubo señales de distensión con fines pragmáticos.
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Sólo transcurrió un mes desde el cimbronazo en el Gobierno por las declaraciones off the record que lanzó Eduardo “Wado” de Pedro contra Alberto Fernández por su polémico encuentro con Lula y organismos de Derechos Humanos. Pero ayer, el ministro del Interior eligió mostrarse junto a Victoria Tolosa Paz, ladera del Presidente, que aquella vez le había respondido con dureza. Estuvieron juntos en Mercedes, el pago chico del ministro del Interior, y en la Casa Rosada leyeron ese encuentro como un nuevo guiño de aprobación del kirchnerismo a las PASO.
En el fondo, el vínculo entre Cristina Kirchner y Alberto Fernández está roto, y la foto conjunta no significa que habrá un candidato de consenso, advierten en ambos sectores. Pero sí indica que el escenario de unas primarias es prácticamente “irreversible”, según deslizaron en el camporismo. Los gestos apuntan a que la alianza se mantendrá en pie, lo cual los obligará a acordar las reglas de juego para la competencia interna formal, inédita en la historia del peronismo y del kirchnerismo.
“No hay nadie, sacando a Cristina, que aglutine cuarenta puntos, o 38. Con tanta incertidumbre, vamos a consolidar este espacio con una competencia interna”, dijeron cerca del primer mandatario, triunfantes. “Es lo que viene diciendo Alberto hace dos años, ganó”, se jactaron.
Faltan dos meses y medio para la fecha de cierre de listas, es decir, la instancia donde cada frente deberá presentar las alianzas con las que competirá el 13 de agosto. Y tanto el albertismo como el kirchnerismo tienen apuro para convocar a las dos reuniones clave del partido para definir cómo estará conformada la coalición y cuáles serán los pisos de las mayorías.
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“En estas semanas se van a definir reglas de juego, pisos, minorías, y se va a establecer cuántos candidatos a presidentes logramos. Las PASO van a servir para unirnos”, dijo un ministro del ala de Alberto Fernández.
La cantidad de fórmulas que les conviene llevar es un punto de debate. “Está claro que vamos a ir a una PASO, pero no sabemos si van a ser dos o tres fórmulas”, agregó otro funcionario nacional. El kirchnerismo apunta a dos; el “albertismo” sugiere que sean tres, para abarcar la mayor cantidad posible de adhesiones que luego, creen, podrían capitalizar en las Generales.
Cuando analizan la estrategia en el distrito central, la provincia de Buenos Aires, en el FDT contemplan dos tipos de esquema, que denominan, respectivamente, “fórmula de X” -dos candidatos a presidente con sus respectivos postulantes bonaerenses; o una “fórmula de Y” -dos aspirantes nacionales con un único candidato provincial-.
En el primer caso, el “albertismo”, que podría estar liderado por Daniel Scioli si el jefe de Estado no compite, debería buscar un candidato propio que se enfrente a Axel Kicillof. El gobernador está identificado exclusivamente con Cristina Kirchner y, por lo tanto, acompañaría la campaña de su eventual delfín, que podría ser Wado de Pedro o Jorge Capitanich.
Durante los últimos días distintos funcionarios del sector dialoguista dijeron que se inclinan por la “Y”, pero no descartan llevar una lista distinta en el territorio más importante del país. Se mencionan, para ese panorama, los nombres de Tolosa Paz y del ministro de Obra Pública, Gabriel Katopodis, que prefieren evitar referencias al respecto.
En el ámbito nacional también está vigente la posibilidad de que haya una tercera lista, encabezada por Juan Grabois. “Es posible que logre superar el piso de las PASO, con un 2 por ciento. Los otros serían candidatos ‘de verdad’, y él sumaría por el lado más radicalizado”, dijeron en Balcarce 50, preocupados por cada punto porcentual. Las encuestas les devuelven a los frentetodistas un panorama muy ajustado en la disputa contra Juntos por el Cambio. Y sobrevuela el fantasma de Javier Milei, el líder de La Libertad Avanza que, proyectan, podría restarles adhesiones a ambos espacios.
Estos pormenores serán clave para la definición de las cabezas, la incógnita principal en torno a la cual se ordenarán el resto de las variables. Serán anunciadas una vez que Cristina Kirchner defina su rol. La semana pasada, Mauricio Macri, el principal líder de la oposición, dijo que no se presentará, y todo apunta a que la Vicepresidenta tampoco jugará. En diciembre dijo que no estaría en ninguna lista; pero luego apuntó que su decisión se debía a una “proscripción” por su condena en la causa Vialidad; y durante los primeros meses del año dejó que sus soldados le pidieran en público que juegue. Ahora resta que decida, y en el FDT aguardan su pronunciación para terminar de ordenarse.
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Mientras tanto, cada presidenciable hace movidas para posicionarse en el tablero electoral. De Pedro levantó el perfil en los medios esta semana; y hoy estará en Santiago del Estero, donde se mostrará con el gobernador Gerardo Zamora, uno de los líderes de peso en el Norte Grande que también suena como candidato a vicepresidente en una eventual fórmula con mirada “federal”.
Por su parte, ayer Capitanich armó un acto en torno a su figura, con el mismo formato que había montado La Cámpora, en Avellaneda, hace dos semanas. No fue ningún referente de la cúpula K, según dijeron, porque era un acto de tinte exclusivamente local. Sin embargo, en la esfera del kirchnerismo provincial y nacional deslizaron que habían decidido adrede no asistir, a pesar de que estaban invitados. “Coqui quería que todo girara en torno a él mismo, y lo dejamos”, dijeron. Otras versiones indicaban que intentó restar volumen al acto en Resistencia porque se está fortaleciendo la hipótesis de que Cristina Kirchner no será candidata.
Los sectores no kirchneristas empiezan a plantear que haya una mayor representación de las minorías en los acuerdos. Así, prometen mayor espacio para los movimientos sociales y los sindicatos, que vienen presionando para tener mejor representatividad. “La Cámpora, cuando cierra listas siempre pone dirigentes de La Cámpora. No dan lugar a los gremios, a los movimientos. Nosotros queremos ampliar y dar representación a todo el peronismo”, sostuvo un alto funcionario.
En el kirchnerismo “moderado” también empezaron a hablar de “ampliar”. Hace diez días, Wado de Pedro, que actúa bajo las órdenes de Cristina Kirchner, mencionó esa palabra específicamente, pero apuntó a sectores empresariales. “No se va a romper el frente y estamos trabajando para ampliarlo, para sumar a sectores de la vida económica, social y política de la Argentina que fueron perjudicados por el gobierno de Cambiemos, por ejemplo, las pymes, los empresarios, sectores de distintas industrias”, dijo.
Los tiempos de decisiones empiezan a acelerarse en el oficialismo y en los próximos días habrá novedades, al menos, sobre las fechas para tomar determinaciones concretas, después de meses de puja interna por el poder. En un ambiente de tensión permanente, los líderes de los espacios que conforman el FDT buscan la forma de ponerse de acuerdo para mantenerse unidos en la pelea electoral.
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