En medio de un contexto económico difícil y de una sequía que mes a mes encrudece la realidad del campo, el gobierno bonaerense anunció que la emergencia agropecuaria continúa. En ese sentido, Axel Kicillof, en diálogo con representantes de entidades rurales, comunicó que la situación se extiende al menos hasta octubre y transmitió una serie de nuevas medidas para los productores afectados por las condiciones climáticas.
El mandatario bonaerense destacó que la “sequía afectó transversalmente a toda la actividad agropecuaria” y planteó que se necesitan “medidas específicas que se adecuen a las necesidades de cada sector”. En ese sentido anunció que monitorearán permanentemente la situación para lograr adecuar las políticas según cómo evolucione la situación en los próximos meses.
Por su parte, pero en línea con los anuncios, el ministro de Desarrollo Agrario, Javier Rodríguez, explicó qué otras iniciativas se seguirán para dar solución al tema: “Se decidió prorrogar la situación de emergencia en los distritos afectados y avanzar con una línea de financiamiento específica para pasturas, tanto de ganadería como de tambos, con tasa bonificada”.
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Además, el funcionario sostuvo que estas iniciativas tienen por objetivo ayudar a algunos productores en específico: “Hemos planteado una línea de trabajo vinculada a aquellos productores de pequeña y mediana escala, que arriendan predios para poder producir, con el objeto de equiparar los beneficios respecto de los propietarios. Esta política da cuenta de la realidad del sector agropecuario bonaerense para contribuir a mitigar el impacto de la sequía”.
En ese marco, según se indicó, desde el momento en que se declaró la emergencia en noviembre de 2022, la provincia ejecutó prórrogas y exenciones en el pago del Impuesto Inmobiliario Rural. Además, el Banco Provincia puso en marcha la línea de crédito por Emergencia por Sequía y el Financiamiento para Afectados por Fenómenos Naturales para solventar el costo de reparación de los daños materiales en inmuebles y vehículos.
La peor sequía en 60 años
La situación que atraviesa el país queda enmarcada como la peor sequía en los últimos 60 años. En total ya son tres años consecutivos de escasez de agua que llevaron al desastre de las dos principales cosechas anuales. El contexto también se debe a ‘La Niña’, fenómeno que ocasiona menores lluvias a las habituales.
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Si bien las lluvias de las últimas semanas llevaron algo de alivio a algunos puntos de la región agrícola, los recortes en la estimación de producción de granos continúan y pueden seguir empeorando. De hecho, la BCR ajustó negativamente la previsión de cosecha de soja hasta los 34,5 millones de toneladas, que de concretarse sería la peor en 14 años, mientras que la de maíz caería a 42,5 millones de toneladas, la más baja en cinco campañas. A esto hay que sumarle que la trilla de trigo se desmoronó un 50% respecto al ciclo anterior y finalizó en 11,5 millones de toneladas.
A partir de entonces, los productores vieron como las cosechas de trigo y cebada fueron un fracaso, y para colmo a estas se suman la de soja y maíz. Los especialistas destacan la gravedad del fenómeno y resaltan que en los últimos 15 años no se tiene registro de que hayan fallado las dos cosechas, la fina y la gruesa.
Como agravante, la sequía generó una pérdida de humedad que se volvió muy crítica, ya que de los últimos tres años se perdió todo un año de agua. Es decir, hay zonas donde sólo llovió el 50% de lo que tendría que haber llovido normalmente. Si bien se espera que para finales de marzo y abril se normalice el régimen de lluvias, marcando así el final de La Niña en la región, los especialistas destacan que la situación recién podría empezar a revertirse en la primavera o verano si son meses buenos en lluvias.
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