¿Cuál será el nuevo rol de Mauricio Macri tras su renunciamiento? Ya era ex presidente y ahora es ex candidato (nunca se lanzó como tal, pero daba la sensación de que estaba en campaña). Su gesto le dará más autoridad entre sus pares para el reordenamiento opositor que precipitará su sorpresivo mensaje. Queda la incógnita acerca de si condicionará a un eventual gobierno de Juntos por el Cambio, aunque él mismo advirtió: “Nunca más vamos a tener una marioneta como presidente”, en una frase que apuntó a Alberto Fernández y al poder real que ejerce Cristina Kirchner en el oficialismo.
El ex presidente hizo política en el último año como quizá no lo había hecho durante su gobierno. Ahora deberá reinventarse. Lo ayudará haberse despojado del peso del ego, al que calificó como “ese enano que tenemos adentro y es muy fuerte”. ¿Podrán reinventarse muchos dirigentes de JxC que siguen mirándose el ombligo y haciéndole zancadillas a sus rivales internos, aferrados a candidaturas que centrifugan la fuerza opositora y se sostienen con una ínfima intención de voto?
Macri sacudió el escenario político. Nada debería ser igual que antes. Lo interpretó María Eugenia Vidal cuando, tras el anuncio de Macri, dijo: “No podemos poner en riesgo lo que conseguimos por discusiones arbitrarias de la política, hay cosas que ya no van más. Basta de los sobre análisis de las fotos, del lugar en la mesa, del punto y la coma en un discurso, de a quién se saludó primero o segundo. El estado del país con el que empezará el próximo gobierno será calamitoso. Este pedido de cohesión que hago es hijo de esa emergencia. Lo que puede pasar si no nos ponemos de acuerdo es tan dramático que estamos obligados a trabajar unidos y construir un mensaje más claro”.
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El ex jefe del Estado confesó que atravesó un “proceso muy largo” hasta que tomó su decisión de dar un paso al costado en la carrera electoral. Sus compañeros de partido y de coalición no tendrán tanto tiempo para las definiciones que podrán llevarlos nuevamente al gobierno, casi sin margen de error. El peronismo-kirchnerismo no es un adversario para menospreciar y Javier Milei tampoco. Macri delegó en la dirigencia de JxC la posibilidad de hacer algo distinto para llegar al poder y gobernar bien.
Cerca del ex mandatario imaginan que será imparcial en la pulseada del PRO, ahora sí concentrada en Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich y Vidal, pero advierten que no será neutral: lo anticipó el propio Macri cuando, en la entrevista con Luis Majul, le dijo que estará focalizado en el “para qué volvemos al poder”. En ese diálogo volvió a pedir “firmeza” a la dirigencia opositora, cuestionó “el buenismo” que rigió en su gobierno y marcó uno de sus límites: “No creo en la grieta”, dijo. Aun así, resaltó que “en Juntos por el Cambio somos gente de diálogo”. ¿Les hablaba a los presidenciables?
Macri aseguró que no interferirá en la gestión del futuro gobierno. “Habrá un solo presidente, el que gane. Como dije en el mensaje. Basta de marionetas, acá no habrá doble comando”, le aseguró a Infobae. Luego, en la entrevista con LN+, reiteró: “Presidente hay uno solo, no puede haber 2 presidentes”. Y sostuvo que ejercerá “el rol que el presidente necesite”, dando “consejos en privado” y “ayuda”, con su “experiencia a disposición, pero no condicionante”.
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¿Quiere decir que evitará criticar públicamente las medidas que no le gusten? ¿No intentará que un eventual gobierno de JxC incorpore a funcionarios que trabajaron en su administración, por ejemplo Germán Garavano o Guillermo Dietrich, como ya les habría insinuado a los presidenciables del PRO? Este Macri casi en “estado zen” que acaba de estrenarse requerirá de comprobaciones.
Las primeras horas después de su renunciamiento serán clave para detectar al “nuevo” Macri que irrumpió a partir de la mañana del domingo. Habrá pistas sobre la flamante etapa del ex presidente este lunes por la noche, cuando participe de manera protagónica de la cena anual de la Fundación Libertad, rodeado de muchas figuras del liberalismo que seguramente discreparán con su decisión de no competir en las elecciones. Y también aportará indicios el martes, en la reunión que mantendrá con los dirigentes del PRO bonaerense, donde, a diferencia de su gesto, nadie renuncia a nada y se apilan competidores para la gobernación mientras Axel Kicillof celebra semejante dispersión opositora.
Otra prueba de fuego podría darse el miércoles, a las 8.30, en el Instituto Hannah Arendt: está previsto que delibere la Mesa Nacional de Juntos por el Cambio y nadie descarta que concurra Macri. El ex mandatario hace casi un año que no participa de los encuentros presenciales con los líderes de la coalición. Su última presencia fue la del 27 de abril, en la sede del Arendt, en la traumática reunión en la que le cerraron las puertas a Milei para su incorporación a un frente electoral con JxC. Desde entonces, apareció sólo en el Zoom de la Mesa Nacional que tuvo lugar el 9 de noviembre. Y no dijo una palabra. ¿Cómo será recibido Macri? ¿Cuál será su rol si decide participar de manera activa?
Donde nadie cree que Macri se reinvente será en la definición de las candidaturas del PRO. En ese terreno, admiten en su entorno, no hay renunciamiento posible. Ya insistió en que Jorge Macri debe ser el único candidato del PRO a jefe de Gobierno porteño, aunque elogió al resto de los postulantes, incluso a Martín Lousteau. Y eludió mencionar a su favorito para la gobernación bonaerense porque esa categoría, afirmó, se gana con el arrastre del triunfo del candidato a presidente.
Fue el ex mandatario, en realidad, quien un día antes les anticipó a un puñado de líderes opositores (como Larreta, Bullrich, Vidal y Miguel Angel Pichetto) que iba a renunciar a cualquier candidatura. A la ex gobernadora bonaerense se lo reveló durante su fiesta de casamiento, en San Antonio de Areco. En esa misma celebración dicen que Macri estuvo más descontracturado que nunca, bailando y haciéndole bromas al jefe de Gobierno por la interna porteña. Como si se hubiera sacado un peso de encima. Por entonces ya estaba filmado su mensaje de renunciamiento: el peso de su papel siempre determinante se lo estaba por transferir a la dirigencia del PRO y de Juntos por el Cambio.
“Me di cuenta de que no necesitaba revancha”, explicó Macri sobre su renunciamiento. ¿Qué será lo que necesita ahora? Esa definición es la que se irá moldeando en una etapa crucial de la oposición.
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