El reconocido politólogo Andrés Malamud (UBA y Universidad de Lisboa) consideró que la decisión de Mauricio Macri de declinar una eventual candidatura presidencial en 2023 ordenó a la oposición y también al oficialismo, aunque en situaciones distintas. “Desde 2018 que en Latinoamérica ningún oficialismo gana una elección presidencial. La última vez fue en Paraguay. Desde ese entonces, el que gobierna pierde”, marcó.
Con este dato de contexto, para Malamud es claro que el ganador de las elecciones primarias en Juntos por el Cambio puede alzarse luego con la victoria en las generales. “En principio sí, sería el próximo presidente”, señaló, ante la consulta de la periodista Cristina Pérez en Radio Rivadavia.
El docente universitario observó el corrimiento de Macri como un elemento que elimina el ruido existente en el PRO durante los últimos meses. “Esto es importante porque el PRO fue justamente un gran ordenador. Cuando estaba todo desarmado, con una Cristina con el 54% y una oposición fragmentada, el PRO trajo hambre y orden”, señaló.
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Acto seguido, explicó su expresión: “Hambre porque tenía vocación de poder, a diferencia del radicalismo y la coalición cívica, que en esa época eran partidos testimoniales. Orden porque tenía un método con el cuál decidieron estudiar a la opinión pública y proponer una oferta atractiva”.
En esa línea de razonamiento, el investigador señaló que Macri, como potencial candidato, presentaba un “alto piso, y bajo techo”, en alusión a que el ex presidente contaba con un núcleo de votantes que le garantizaba cierto caudal de sufragios pero no demasiadas chances de crecer electoralmente fuera de ese público.
“Cuando Macri define cuál va a ser su papel ordena, y obliga al gobierno a reordenarse también, porque el que se desorganiza pierde”, añadió.
En tanto, Malamud, actualmente radicado en Portugal donde brinda clases como docente, anticipó un escenario negativo para el kirchnerismo, con una particular definición para La Cámpora. “Es un movimiento envejecido, son empleados públicos, ya no son más jóvenes revolucionarios”, describió al movimiento fundado por Máximo Kirchner.
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“El kirchnerismo es una etapa del peronismo, y las etapas pasan. Como el menemismo. Menem tuvo que terminar siendo un pobre senador al servicio de Cristina”, dijo de la fuerza política que gobernó 16 de los últimos 20 años en la Argentina.
No obstante, no subestimó la potencia electoral que aún conserva. “Sigue teniendo fuerza en la provincia de Buenos Aires. El voto de los descamisados hoy es de ella”, advirtió, en alusión a la vicepresidenta Cristina Kirchner.
Malamud también comparó a los militantes más intransigentes de ambos espacios, pero hizo una salvedad respecto de sus líderes. “Los fanáticos macristas son iguales a los cristinistas. Para ellos Macri no tiene razón si no ES la razón. La diferencia es que Macri no es Cristina, sus fanáticos son más papistas que el papa, en cambio ella es muy intensa. Macri mostró que sabe parar”, comentó.
“Cristina va camino a terminar su vida sin influencia política”, agregó.
El futuro en la interna de Juntos por el Cambio
Luego de la renuncia de Macri a la posibilidad a competir nuevamente por la presidencia, el académico brindó su mirada sobre lo que sigue en Juntos por el Cambio.
“En las PASO tenés que correrte al extremo y moderarte en las generales. Si esto es así, la que está haciendo las cosas bien es Patricia Bullrich”, señaló.
En ese marco, Malamud destacó nuevamente las diferentes realidades en el oficialismo y en la oposición. “Macri tiene superávits de candidatos, Cristina no encuentra candidato. Tiene uno, Kicillof, pero si lo ponen de presidente desvisten la provincia. Está desarmado el kirchnerismo”, sostuvo.
Finalmente, opinó cuál podría ser el rol que ocupe Mauricio Macri en adelante. “Puede ser el gran elector, el que se baja apuntando al sucesor; ser el garante, el que se pone por encima y dice peleénse, pero el que pierde se baja, y la tercera opción es que lo hagan un lado, aunque esto es lo menos probable”, analizó.
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