Cristina Kirchner y Mauricio Macri son, hablando mal y pronto, el Boca River en el polarizado debate político nacional. Y si uno se baja de una pelea electoral, la pregunta que resta responder es cómo afecta al otro. La vicepresidenta aún no se expresó sobre la decisión del ex presidente, comunicada esta mañana, de que renuncia a ser candidato. Y los dirigentes que la rodean, por ahora, evitaron opinar en público sobre cómo la afectaría. Sin embargo, por lo bajo, y a primera vista, en el Instituto Patria creen que la determinación del fundador de Pro no tiene injerencia en su futuro político, e insisten en que su última palabra sobre las PASO fue que no sería candidata “a nada”. Mientras tanto, en La Cámpora y organizaciones afines sostienen que su nombre aún puede estar en lo alto de las boletas.
Mientras la oposición de Juntos por el Cambio multiplica, por minuto, las repercusiones sobre la decisión de Mauricio Macri de bajarse de las PASO, el kirchnerismo usa esa resolución para empujar a Alberto Fernández a que haga lo mismo. Pero mientras tanto, en el Frente de Todos se preguntan cómo afectará la ausencia del fundador de Pro a la propia configuración electoral del oficialismo y, en especial, a Cristina Kirchner.
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El renunciamiento de Mauricio Macri, según argumentan en el entorno más cercano de la vicepresidenta, no modifica un ápice su futuro electoral. “Ella ya tenía decidido no jugar. Esto no cambia nada porque ella ya lo dijo”, aseguraron desde la sede del Instituto Patria quienes conocen y dialogan con la máxima dirigente del oficialismo. “Los motivos por los que no va a ser tienen que ver, primero que nada, con sus hijos. Y segundo, con la persecución judicial y mediática, impulsada en gran parte por Estados Unidos. No tiene que ver con lo que haga Macri”, sostuvieron desde el Senado, donde CFK ostenta la presidencia.
Es cierto que Cristina Kirchner dijo que no iba a ser. A comienzos de diciembre, cuando fue condenada en la causa Vialidad, anunció, a través de un video que la mostraba iracunda, que no se postularía a ningún cargo, ni siquiera para una banca del Senado, como se rumoreaba. Pero en los meses siguientes, empezó a desplegar una estrategia de indicios contradictorios.
Antes de fin de año, durante un acto militante en Avellaneda, aclaró que había tomado esa determinación únicamente porque estaba “proscripta”, lo cual abrió las puertas nuevamente a las especulaciones. Además, eligió no volver a referirse a cuestiones electorales, a pesar de que sus perspectivas clave en el armado del FDT. En cambio, en sus siguientes apariciones en público, se limitó a lanzar, como máximo, someras indirectas, sin mensajes decisivos.
Desde enero, viene sumando a la confusión que La Cámpora, organización comandada por su hijo, Máximo Kirchner, e integrada por algunos de sus dirigentes más fieles, levanten la bandera “CFK2023″ con cada vez mayor frecuencia y vehemencia. La última demostración fue anteayer, durante la larga y publicitada marcha por el Día de la Memoria desde la ex Esma a la Plaza de Mayo, donde criticaron a la Justicia, al FMI y a Alberto Fernández, y pidieron, desde los discursos y los cánticos, a las gorras y las remeras que llevaban, que su líder pelee por el sillón de Rivadavia.
“No somos cuatro locos sueltos. Si ella no quisiera que lo dijéramos, no volaría una mosca”, aportó esta mañana de domingo, después de conocer la noticia sobre Macri, un dirigente k que trabaja por la reelección desde una intendencia bonaerense. El escenario sigue igual que hasta el sábado por la noche, cuando Macri aún estaba en carrera, dicen desde las agrupaciones afines. “Seguimos diciendo que es la mejor candidata porque es la que tiene el mejor potencial, y la que mejor expresa lo que la sociedad demanda”, sostuvo un dirigente.
Un funcionario, en tanto, desmereció los análisis que plantean un “espejo” entre Cristina y Macri. “La diferencia es que los votos de él son más fáciles de transferir que los de ella. Y ella tiene un piso más alto. Nuestro problema es interno, no incide lo de afuera. Por ahora la dificultad es que no hay un candidato que pueda sintetizar a Cristina”, explicó.
La vicepresidenta no sólo omite una censura, sino que les muestra a las organizaciones kirchneristas su apoyo de manera constante. Esta semana dio una fuerte muestra de afinidad con los principales militantes de su candidatura, Axel Kicillof, Andrés “Cuervo” Larroque y Eduardo “Wado” de Pedro. El martes por la noche, el gobernador, el ministro bonaerense y su par nacional entraron con ella, cual futbolistas que irrumpen en un estadio, al Salón de la Ballena Azul del CCK, donde el Grupo de Puebla había montado un encuentro para defenderla, entre descomunales elogios, contra el “lawfare”. Poco antes, tras bambalinas, los cuatro habían estado reunidos en privado. Y cuando CFK se sentó en el centro del escenario, sus alfiles hicieron lo propio, en la primera fila del auditorio, donde las cámaras los tomaron sonrientes y dispuestos a aplaudir, una y otra vez.
En el Senado aseguran que la vicepresidenta deja correr esos planteos de los militantes propios, pero juran que no cambió de opinión sobre bajar cualquier eventual candidatura desde el día que la condenaron. Y no creen que lo haga, a la vez que juran que la candidatura de Mauricio Macri no es un elemento importante en su decisión.
En La Cámpora, en cambio, creen que aún es una posibilidad firme que Cristina Kirchner se presente, aún con su principal adversario fuera de juego. No vieron como una sorpresa o un factor determinante el renunciamiento del ex mandatario. “Todos nuestros análisis miraban a Larreta y a Bullrich. Nunca lo tuvimos en el radar como candidato”, sostuvo un armador este mediodía. Y consideró que, en todo caso, el corrimiento del principal líder opositor indice que Cambiemos está competitivo. “No es candidato porque los que pican en punta ya tienen sus números”, sostuvo un importante asesor K.
Durante el anuncio de Macri, con un video publicado en las redes a las 10 am, Alberto Fernández se encontraba en República Dominicana, a donde viajó el viernes para participar de la Cumbre Iberoamericana de jefes de Estado. A priori, en su entorno coincidían con el kirchnerismo en desmerecer el impacto de la novedad en la oferta electoral del oficialismo. “Esto no reduce las chances de nadie en el Frente de Todos. Sólo complejiza la interna de ellos, claramente. Macri era el único que podía unificar. Ahora tienen una interna limpia y descarnada, sin un moderador y sin estar aglutinados”, interpretó un funcionario del círculo del Presidente.
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