El clima electoral suele frenar bastante la actividad en el Congreso de la Nación. Sin embargo, en el Senado se verá una situación inédita respecto de lo que se pudo observar durante los últimos tres años.
Con la escisión de los senadores del bloque del Frente de Todos que conformaron Unidad Federal, el oficialismo perdió la capacidad de alcanzar el quórum propio y de avanzar sin demasiado debate con un temario a medida. Esto cambia el escenario para Cristina Fernández de Kirchner, quien descansaba en sus espadas parlamentarias para llevar adelante la agenda de la Cámara alta. Ahora observa cómo deberá enfrentar su último año de gestión -dijo que no se iba a postular a ningún cargo- negociando con Juntos por el Cambio los proyectos de ley que busquen ser aprobados en el recinto.
La composición del Senado hoy es de 33 senadores del interbloque del Frente de Todos quienes suelen sumar dos aliados -1 por el bloque Juntos Somos Río Negro y 1 por Misiones-, mientras que el interbloque de Juntos por el Cambio tiene le mismo número y suele sumar el apoyo de Hay Futuro Argentina.
Ahora, quienes tienen la capacidad de inclinar la balanza para que cualquiera de los dos interbloques llegue a 37 senadores y alcance el quorum es Unidad Federal, que cuenta con 5 miembros. Y está empezando a hacerlos valer.
“Hay conversaciones con el bloque nuevo para armar una agenda en común”, señalaron a Infobae desde Juntos por el Cambio. “Ellos buscan una agenda más ligada a leyes que necesitan sus provincias pero estamos en conversaciones con algo más global”, agregaron.
La construcción está en marcha, por lo menos para encarar el año. Aunque hay cierta desconfianza de parte del PRO y la UCR porque la mayor parte del nuevo bloque “no deja de responder a gobernadores peronistas” y entienden que habrá que esperar a que se debata “alguna ley que quiera Cristina Kirchner o el Ejecutivo para saber bien qué actitud van a tomar”, la intención es la de avanzar y tomar el control de la Cámara alta.
En el medio de esto ya hubo movimientos que parecen marcar el ritmo de lo que será el Senado. La primera actitud del bloque disidente fue la de, en medio de las negociaciones entre Juntos por el Cambio y el Frente de Todos para armar una sesión, elevar un pedido de sesión extraordinaria para el 29 de marzo. Acto seguido, JxC hizo lo propio, pero la pidió para el día siguiente, el 30 de marzo, fecha que venía conversando con el oficialismo.
El punto principal será aprobar son los pliegos de los jueces, pero hay diferencias entre lo que buscan uno y otro sector. Y el resultado marcará la primera derrota para alguien durante el 2023.
Mientras el bloque que responder a Cristina Fernández de Kirchner busca avanzar con la aprobación de 34 pliegos judiciales, Juntos por el Cambio -que cambió de actitud respecto de la negativa de sesionar- solamente quiere tratar los pliegos de los jueces para Santa Fe.
Parte de la justificación tiene que ver con la posibilidad que observa Juntos por el Cambio de acceder a una mayoría propia a partir del 10 de diciembre y ser ellos quienes nombren a los jueces. En las próximas elecciones renuevan sus bancas ocho provincias: Juntos por el Cambio pone en juego 11 lugares mientras que el Frente de Todos, 10.
Este cambio de escenario quedó plasmado en un acto inédito desde que Cristina Fernández de Kirchner es la presidenta del Senado de la Nación. La próxima semana, entre martes y miércoles, se citará a los presidentes de los bloques y a sus secretarios parlamentarios para lo que será una de las pocas reuniones de labor parlamentaria que se registra desde el comienzo de esta gestión.
El encuentro será para debatir el temario con el que se planea abrir la temporada de sesiones ordinarias el próximo 30 de marzo, y pondrá al bloque del Frente de Todos en una posición inédita: tendrá que negociar las leyes que se llevarán al recinto.
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