Cristina Kirchner abrió un nuevo capítulo del operativo clamor y su núcleo duro se ilusiona con una posible candidatura

Durante el encuentro con el Grupo de Puebla la Vicepresidenta volvió a sembrar incertidumbre sobre su rol en los comicios. La dirigencia K le reclamó que compita por la presidencia

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Cristina Kirchner dejó la puerta abierta a una posible candidatura en las elecciones de este año (REUTERS/Matias Baglietto)
Cristina Kirchner dejó la puerta abierta a una posible candidatura en las elecciones de este año (REUTERS/Matias Baglietto)

El cancionero kirchnerista está cada vez más concentrado en un solo tema. Quedó explicitado en la exposición que dio anoche Cristina Kirchner y los principales dirigentes el Grupo de Puebla en el Centro Cultural Kirchner (CCK), cuando desde el núcleo duro K hicieron tronar la ballena azul con el ya clásico “Cristina presidenta”.

Lo cantaron en reiteradas oportunidades a lo largo de las tres horas que duró el encuentro que se realizó durante el III Foro Mundial de Derechos Humanos, en el que estuvieron los ex presidentes José Luis Rodríguez Zapatero (España), Rafael Correa (Ecuador), Evo Morales (Bolivia), Ernesto Samper (Colombia) y José “Pepe” Mugica (Uruguay). Todos respaldaron a CFK.

Sin embargo, el estallido popular se generó con una de las últimas intervenciones de la Vicepresidenta. Con euforia y seguridad, aseguró: “No me importa si me van a meter presa, sino que volvamos a reconstruir un estado democrático en el cual las garantías que establece la Constitución no sean cartón pintado”

Pero el latiguillo final fue el que dejó la puerta abierta a una posible candidatura. “Se trata de volver a construir un país como el que alguna vez tuvimos. Se puede hacer porque alguna vez lo hicimos”, sostuvo. La frase hizo levantar a todos los presidentes de las sillas y arrancar, nuevamente, con “Cristina presidenta”, ya instalado como grito de guerra.

Cristina Kirchner junto a Rafael Correa y José Luis Rodríguez Zapatero (REUTERS/Matias Baglietto)
Cristina Kirchner junto a Rafael Correa y José Luis Rodríguez Zapatero (REUTERS/Matias Baglietto)

La Vicepresidenta juega a mantener la incógnita sobre su candidatura, después de decir que no será candidata a nada, pero luego bajar la orden a los dirigentes k de la provincia de Buenos Aires que realicen actos por todo el país con el objetivo de mantener vivo el operativo clamor. Una contradicción que no le interesa al kirchnerismo, donde hay muchos dirigentes convencidos de que CFK es la mejor opción electoral.

El núcleo duro k alienta su candidatura y la milita todos los días en forma pública. Frente a ella, en la primera fila de la platea, Mariano Recalde, Eduardo “Wado” de Pedro, Axel Kicillof y Andrés “Cuervo” Larroque, uno sentando al lado del otro, no dejaron de aplaudir y cantar cada vez que la proclama para que sea candidata a presidenta inundaba el auditorio.

Que CFK no haya cerrado la puerta definitivamente, genera cierta ilusión en el kirchnerismo, donde hay muchos dirigentes que creen que la decisión de no competir se puede rever, y que el Frente de Todos para ser competitivo en estas elecciones la debe llevar a ella en la boleta si o si. Especulaciones y conclusiones de la temporada electoral.

El nuevo capítulo del operativo clamor que activó ayer Cristina Kirchner fue en un contexto político organizado especialmente para la ocasión. Todos los líderes latinoamericanos aseguraron que la Vicepresidenta es víctima de lawfare, que la justicia argentina busca su proscripción y que la causa Vialidad no tiene sustento.

La ballena azul del CCK estuvo colmada por dirigentes y militantes del kirchnerismo (REUTERS/Matias Baglietto)
La ballena azul del CCK estuvo colmada por dirigentes y militantes del kirchnerismo (REUTERS/Matias Baglietto)

“Cristina se te aplicó la doctrina del derecho penal del enemigo”, le dijo el legislador nacional Eduardo Valdés, que se encargó de coordinar la exposición. El ex juez Baltazar Garzón siguió esa línea: “Lo que se persigue es la proscripción de una persona. Es evidente. Van a pasar muchos años para que la gente de este país vuelva a confiar en la justicia”.

La Vicepresidenta dio otra señal sobre su futuro rol en las elecciones de este año. Con frases de dirigentes de la oposición, hizo una enérgica defensa de su últimas gestión. Aseguró, como lo había hecho el ex ministro de Economía Nicolás Dujovne, que la Argentina tenía niveles de endeudamientos muy bajos en el final de su gobierno.

También que había reservas en el Banco Central y que por eso Mauricio Macri pudo levantar el cepo, tal como describió Horacio Rodríguez Larreta hace pocos días. Por último resaltó una frase del economista radical Eduardo Levy Yeyati, quien aseguró que “a diferencia de 2015, hoy los salarios están rezagados”.

“Entonces, si no había deuda, había reservas en el Central y los salarios reales no estaban rezagados, ¿me quieren decir qué hicieron en cuatro años que dejaron el país hecho percha en 2019?”, se preguntó. A partir de ese momento encadenó la idea de que si su gobierno pudo “levantar el país”, también la fuerza política de hoy podría reinventar ese proceso político y económico.

El auditorio fue completamente kirchnerista. La primera vez que Alberto Fernández fue nombrado no hubo un solo aplauso. Se instaló un silencio incómodo pero corto. La segunda y la tercera, en boca de Correa y Rodríguez Zapatero, que agradecieron el apoyo del Presidente al Grupo de Puebla, surgieron algunos aplausos que matizaron el descontento con su figura.

En el CCK quedó bien en claro la división que hay dentro del Frente de Todos. Fue un acto meramente kirchnerista que no tuvo el respaldo político de una gran parte del peronismo. Un encuentro que sirvió para aclamar a la líder del espacio, seguir instalando la idea de que la justicia la quiere proscribir y que el proceso político que ella encabezó fue tan bueno que se debería reeditar.

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