Por estos días, Axel Kicillof, busca alejarse de versiones y elucubraciones que lo ubican como un potencial presidenciable ante la indefinición del Frente de Todos en esa materia. A tres meses del cierre de listas y sin novedad en el frente, el gobernador bonaerense tiene un objetivo: que el 24 de junio cuando se conozcan todas las candidaturas su nombre quede atado a la pelea electoral por la provincia de Buenos Aires.
En las últimas semanas hubo algunas señales que pusieron en alerta el plan bonaerense de Kicillof y compañía. El entredicho con el presidente del PJ bonaerense y líder de La Cámpora, Máximo Kirchner, fue quizás el más elocuente. El pedido de Kirchner a Kicillof -en medio de un acto que pedía por la candidatura de su madre- sobre que no hay que bajar al territorio sino “subir a la militancia a los lugares de decisión”, abrió nuevamente especulaciones sobre la relación entre ambos dirigentes que despliegan su construcción política en la provincia de Buenos Aires y las estrategias de uno y otro.
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Tras ello, se bajó la tensión con una foto e inauguración de un hospital en Lomas de Zamora este lunes. El articulador fue el Jefe de Gabinete bonaerense, Martín Insaurralde; anfitrión de esa actividad de la que participó Kirchner, Kicillof y también el ministro del Interior de la Nación, Wado de Pedro.
De Pedro es la carta que parece repetirse en el espinel cristinista para una precandidatura presidencial. El funcionario nacional planteó que el Frente de Todos se encamina a una PASO para definir candidato y que la reunión de la mesa del Frente de Todos que se llevó adelante en el mes de febrero no tuvo demasiadas consecuencias ni cambios en la estrategia electoral. En este marco, Kicillof se encargó de elogiar al ministro nacional en el último acto que compartieron juntos. Dijo que el funcionario -que supo estar en la fundación de La Cámpora- “no ha parado un solo día de caminar todo el interior del país, toda la república”, entre otras consideraciones. La ecuación es que si no es Cristina, que sea de Pedro.
Al igual que las bases militantes, Kicillof quiere que la candidata presidencial sea Cristina Kirchner. Dice que hay que generar las condiciones para lograr eso; que cuatro jueces -de la Corte Suprema- no pueden estar por encima de la voluntad popular. Pero a diferencia de la militancia, también interpreta que será el conjunto del espacio quién definirá su propia suerte electoral y la del resto de los dirigentes cuyos nombres hoy aparecen en el bolillero.
En la gobernación bonaerense bajan un mensaje en el que no se descarta que Kicillof pueda llegar a ser candidato presidencial; aunque -claro- es un escenario no deseado. “Si la decisión del espacio es que Axel sea candidato a presidente o a cualquier otro cargo, lo será porque no se trata de caprichos ni aventuras individuales. Se trata de hacer la mejor elección posible”, advierten en La Plata ante la consulta de Infobae. Caprichos o aventuras individuales, son los términos que suele emplear el presidente del PJ bonaerense para referirse, implícitamente, al posicionamiento del presidente Alberto Fernández y sus intenciones de ir por otro mandato y, en el peor de los casos, sin acordar con Cristina Kirchner.
El gobernador y quienes lo rodean en la diaria van detrás de la candidatura a la reelección. “No cambiamos nuestro objetivo, seguir haciendo la mejor gestión que se pueda para que el pueblo de la provincia de Buenos Aires nos vuelva a elegir”, aseguran. Detrás de esto también hay abanico sectorial que pugna por un Kicillof gobernador 2023.
Esta semana, el mandatario participó de la reunificación de la CGT regional La Plata, que abarca además de la capital provincial a las ciudades de Berisso, Ensenada, Punta Indio, Brandsen, Magdalena y Ranchos. Se trató de un hecho particular, pues la reunificación de la confederación tardó 17 años en concretarse. El acto contó con la participación de varios sindicalistas, entre ellos el secretario general adjunto de la Confederación General del Trabajo de la República Argentina, Andrés Rodríguez (UPCN); los secretarios generales de la Unión Obrera Metalúrgica, Abel Furlán; y de la CGT Regional La Plata, Héctor Nieves (UPCN), Antonio Di Tomasso (UOM), y Julio Castro (SOSBA); y los secretarios adjuntos, Nahuel Chancel (Petroleros); Pedro Borgini (Sanidad), y Darío Micheletti (Satsaid). Los sindicalistas, incluído Rodríguez, respaldaron a Kicillof en su reelección. En su discurso, el mandatario bonaerense volvió a insistir “con romper la proscripción” que pesa sobre la vicepresidenta, a los que los cegetistas acompañaron.
Detrás de la Vicepresidenta, Kicillof es quién mejor mide dentro del Frente de Todos en la provincia de Buenos Aires; el territorio clave para la elección nacional. Ese es uno de los factores que analizan quiénes lo imaginan como un presidenciable. En ese grupo hay, fundamentalmente, intendentes peronistas del conurbano bonaerense.
Algunos todavía anhelan que el candidato a la gobernación sea el actual Jefe de Gabinete, Martín Insaurralde. Algo que el intendente en uso de licencia de Lomas de Zamora, busca esquivar. El estado deliberativo y de especulación irá en aumento hasta tanto, la vicepresidenta no defina la estrategia electoral. Este martes, la ex mandataria volvió a escuchar “Cristina presidenta…”, en al menos tres pasajes de lo que fue el encuentro del Grupo Puebla en el Centro Cultural Kirchner. En la primera arenga pareció emocionarse, al último cántico prácticamente ni se inmutó. En primera fila aplaudían, De Pedro, Andrés Larroque y Kicillof.
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