Este lunes Alberto Fernández volverá a la escena política luego de resguardarse en la Quinta de Olivos tras realizarse un bloqueo radicular. Será su reaparición pública en un acto más allá de que su agenda siguió activa entre el viernes y el domingo. Sin embargo, hoy se expresará en público en el inicio de una semana en la que el kirchnerismo tendrá un importante protagonismo en la agenda política.
El Presidente encabezará el inicio del tercer Foro Mundial de Derechos Humanos que se realizará en el Centro Cultural Kirchner (CCK). Será un día antes de la presentación de Cristina Kirchner en el mismo edificio, que participará del encuentro “Unidad popular y democracia” organizado por el Grupo de Puebla. En dos días ambos forcejearán por el protagonismo y el centro de la escena.
La participación pública de la fórmula presidencial llega en un momento delicado de la economía y en un proceso electoral que está arribando, lentamente, a una etapa de definiciones. En ese contexto, Fernández deja saber que su voluntad releccionista está intacta, mientras que la Vicepresidenta se anima a cuestionar la inflación, la degradación del salario y la generación de trabajo. Apunta a la gestión.
Por la tarde el Presidente se sumergirá en una agenda internacional, donde se suele sentir cómodo. A las 16 recibirá en la Casa Rosada al ex presidente de Colombia y ex secretario general de la UNASUR, Ernesto Samper, y una hora después a los integrantes del Grupo de Puebla. Cada uno se aferra a su agenda sin mediar palabra. La relación está rota.
Alberto Fernández y Cristina Kirchner están en una sintonía diferente, aunque en el futuro quieren lo mismo: que el peronismo siga en la Casa Rosada por cuatro años más. El Presidente está convencido que tiene credenciales para competir y ya construyó una coraza que lo protege de las embestidas de La Cámpora, a las que ya nadie, dentro del mundo del peronismo, le da demasiada entidad.
La Vicepresidenta mandó a los dirigentes bonaerenses que le responden a que armen actos en todo el país para instalar con mayor fuerza el operativo clamor y así seguir teniendo centralidad en el escenario político. CFK cree que Fernández puede llevar al peronismo a la derrota si se presenta como candidato. Fernández cree que es tiempo de que CFK suelte la lapicera y disminuya considerablemente su influencia en la conducción del espacio político.
Lo que se avecina ya no es solo una discusión por la posible reelección de Alberto Fernández, sino un debate de fondo sobre el lugar que el kirchnerismo debe ocupar en el próximo tiempo del peronismo, ya sea como oficialismo o como oposición. Lo que el Presidente y su círculo político plantean es el final de la “hegemonía kirchnerista”, aunque creen que ya hay un desgaste muy avanzado de ese bloque político.
Mientras tanto Cristina Kirchner sigue colocada en un extraño lugar dentro de la escena política, hablando del gobierno del Frente de Todos como si no fuera el suyo pero, al mismo tiempo, diseñando la estrategia para seguir conservando el poder dentro del esquema del peronismo. Desde esa zona de confort que ha encontrado, mueve los hilos de su porción de poder, bien representada por intendentes del conurbano, La Cámpora, funcionarios bonaerenses y sindicalistas K.
“El kirchnerismo va a sostener el operativo clamor para que Cristina sea candidata. Eso tiene un proceso natural de unos 30 días. En mayo habrá más claridad. Si Massa es candidato o no, si Scioli es el que juega y qué hace Alberto. Es ingenuo pensar que esto se va a ordenar en dos reuniones”, analizó un ministro que confía que, más allá de las tensiones, el Frente de Todos seguirá unido y se producirá un ordenamiento.
Durante el fin de semana los dos ministros políticos que hacen base en la Casa Rosada corrieron el foco de la interna y empezaron a instalar un discurso más lógico para estos tiempos electorales. El Jefe de Gabinete, Agustín Rossi, y el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, apuntaron contra la oposición. Ellos o nosotros.
“En estas elecciones se pone en juego el sentido de la historia. Nos vamos a enfrentar con quienes dicen que el problema de la Argentina es el peronismo y el populismo”, indicó el “Chivo”, durante un acto que encabezó en Rosario. Además, dijo que nunca, desde el 2003 a esta parte, “tuvimos enfrente a una derecha tan desembozada, que dice lo que viene a hacer y para qué quiere tomar el poder”.
De Pedro participó del primer congreso nacional de la Corriente Martín Fierro y allí expresó: “Hay que tener la responsabilidad de hablar menos entre nosotros y hablarle más a los jóvenes que no conocieron las consecuencias de (la crisis) 2001. De lo que se trata un proyecto nacional y popular porque hoy el futuro vuelve a discutirse”, explicó.
Hasta el momento esa línea discursiva ha sido muy difícil de sostener dentro del Frente de Todos por los constantes idas y vueltas de la interna. Sin embargo, hay dirigentes que empezaron a tratar de enfocar el discurso en la oposición y salirse del internismo para poder ampliar la discusión política, sabiendo de antemano que aún queda mucho camino por recorrer de cara a las elecciones y la tensión irá en aumento.
En el Frente de Todos la incertidumbre aumenta todos los días. Cada vez hay más dudas sobre la posibilidad de que Sergio Massa sea candidato pero, al mismo tiempo, está la certeza de que es el candidato respaldado por Cristina Kirchner y que podría obtener un importante consenso en el oficialismo. Es el precandidato virtual con más apoyo.
Por otra parte, el camino hacia a la reelección de Alberto Fernández desorienta a propios y extraños, ya que algunos dirigentes entienden que el Presidente puede terminar compitiendo si se da una determinada ecuación en la que Massa y CFK quedan fuera del tablero electoral. Las especulaciones y las diferencias que reinan en el Gobierno sacuden a la coalición oficialista que, aunque lo disimule, está partida y sin un rumbo claro.
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